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Blancos creen que las murgas han sobrepasado los límites de las críticas contra ellos

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Espectáculo en el Teatro de Verano. Foto: Archivo El País.
LUBOLOS YAMBO KENIA EN CONCURSO OFICIAL DE CARNAVAL EN T. DE VERANO, FOTO BARCELOS, ND 20110212 - PUBLICO EN TEATRO DE VERANO - ARCHIVO EL PAIS, GENTE, LLENO
Julio Barcelos/Archivo El Pais

"SON EXTREMADAMENTE DURAS", DICEN LOS NACIONALISTAS

A Luis Lacalle Pou lo tildaron de "drogadicto" , a Graciela Bianchi de "loca", a Lorena Ponce de León de "frívola"; Cayó la Cabra cantó un “chiste” sobre Jorge Larrañaga, que no lo volvió a repetir.

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Desde el presidenteLuis Lacalle Pou, hasta la senadora Graciela Bianchi, pasando por la primera dama Lorena Ponce de León, los libretos de las murgas vienen golpeando a diestra y siniestra a las figuras del gobierno. En el caso de estos tres, al primero lo tachan de “drogadicto” y señalan que “escapa de los problemas”, a la segunda la muestran como una “loca” que quiere colonizar la luna y a la tercera como una “frívola”.

Varios espectáculos que se conocieron en este febrero ya generaron la reacción de dirigentes del Partido Nacional. Por eso algunos blancos, teniendo en cuenta que se está en plena campaña del referéndum que se celebrará el 27 de marzo contra 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC), decidieron “dar pelea”.

El secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, criticó a la murga Queso Magro que acusa de drogadicto a Lacalle Pou. Mientras, la senadora Bianchi ha señalado que le importa “un comino” las críticas pues provienen de la “izquierda dura”. De todos modos sostiene que quienes realizan imitaciones del jefe de Estado están cometiendo un delito.

A su vez, el diputado blanco Álvaro Viviano, que insiste en concurrir a estos espectáculos -y lo hace en primera fila-, confiesa que se ha reído de algunos “chistes respetuosos”, aunque remarca que hay algunos libretos que considera “una falta de respeto institucional”. “Yo voy. Y ataco. Soy uno en cien, pero ataco”, le comentó Viviano a Bianchi, e incluso se animó a decirle que se ha reído con algunos pasajes de Queso Magro, la murga que la imita.

Las críticas de políticos y militantes no suelen moverle un pelo a los conjuntos, pero a veces se generan excepciones. Es el caso de la murga Cayó la Cabra, que decidió cambiar una cuarteta de su espectáculo luego de recibir una ola de críticas.

En la prueba de admisión de cara al concurso, Cayó la Cabra cantó: “Hay orden de no aflojar, fue la promesa de Larrañaga. Y hasta al último minuto parece fuerte la militancia. Aún no se sabe mucho de su partida inoportuna, lo que todo el mundo sabe es que estaba en una”.

El “chiste” generó reacciones en las redes sociales, entre otras la del hijo del fallecido ministro del Interior, Jorge Larrañaga. “Si Cayo la Cabra está tan interesado en saber cómo murió mi padre, me puede llamar y le saco las dudas. Es triste que se intente hacer humor con un hecho tan doloroso. Los invito a reflexionar y pedir disculpas. Nuestra familia las va a recibir con gusto”, escribió.

El martes 8, durante la primera rueda del concurso en el Teatro de Verano, la murga no cantó esto, pero tampoco hizo modificaciones en la letra. “Hay orden de no aflojar, fue la promesa de Larrañaga…”, empezó la murga, cuando uno de sus componentes interrumpió: “No, no, vamos a la (cuarteta) que viene”.

Más adelante en el espectáculo, incluso, la murga volvió a hacer referencia a la situación: “Tuve un desacierto, me reí de un muerto y han pedido censura (...) Murga quiso hacer chiste, murga no sabía que alguien se iba a ofender. Murga está arrepentida, aunque murga tal vez lo volvería a hacer”.

Según supo El País, la murga, sin embargo, sí le pidió disculpas a Larrañaga hijo.

En el arranque del popurrí -donde se centra la crítica política- Cayó la Cabra sí apunta contra Lacalle Pou. “El presi en Navidad se fue al Congo y fue noticia. Mientras acá hubo incendios y se fundió Casa de Galicia. Por suerte hizo un safari que lo dejó recontra feliz. Safari de los problemas de su país”.

Pese a las críticas al gobierno, que son muchas, Viviano se define como un “enamorado de la fiesta desde siempre”. Aunque alerta: “El carnaval se ha fortalecido como un bastión de la izquierda. La crítica traspasa lo normal. Nos parece que hay relatos y libretos exageradamente duros en algunos casos”.

El diputado blanco, sin embargo, remarcó que continuará yendo a ver los espectáculos. “Yo con algunas cosas me divierto mucho, y con otras me siento incómodo. Me gusta el espectáculo en general. Pero hay momentos donde hacen sentir al pueblo que es un cornudo por haber elegido otra opción política. Eso está fuera de todos los límites y corre a la gente que piensa distinto”.

“Fiscalía debió actuar de oficio”

Para la senadora Graciela Bianchi no fue una sorpresa que varios conjuntos de carnaval se refirieran a ella. La dirigente blanca recordó que en el pasado ya hacían sátiras con su episodio en el liceo Bauzá, tras la difusión de un video en el que se enfrentaba a algunos estudiantes. “Antes lo hacían con otro cariño porque estaba en el Frente Amplio”, dijo a El País.

Sin embargo, sí cree que algunas murgas han cometido delitos en las críticas al presidente Lacalle Pou, por no respetar e insultar la magistratura del jefe de Estado. “Hay otras cosas que sí son complicadas, si no tuviéramos la Fiscalía que tenemos y los jueces que tenemos, ya se hubiera actuado de oficio. La figura presidencial no se puede atacar, acusándolo de lo que sea. En este caso, de drogadicto”, dijo en referencia a la murga Queso Magro.

La senadora dijo que antes le gustaba el carnaval, pero consideró que la fiesta montevideana se ha alejado de gran parte de la población. “Son uno de los tantos tentáculos que tiene el Frente para apoderarse de la cabeza de la gente”, opinó Bianchi.

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