A Uruguay

De los reclusos extranjeros que hoy cumplen su pena en cárceles de la provincia de Buenos Aires, uno de cada diez es uruguayo.

Las cárceles bonaerenses están superpobladas. Los centros de reclusión tienen espacio para alojar a unos 28.000, pero hoy están allí más de 42.000. De ahí que sea prioridad para las autoridades penitenciarias argentinas comenzar a "descomprimir" las prisiones.

Y una de las formas de hacerlo es deportando a los presos extranjeros que hayan cumplido la mitad de la pena.

De los reclusos extranjeros que hoy cumplen su pena en cárceles de la provincia de Buenos Aires, uno de cada diez es uruguayo (unos 200 de 2.159). No todos ellos están en condiciones de ser liberados, pero la intención de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, es que a medida que vayan cumpliendo la mitad de su condena puedan ir siendo liberadas esas plazas.

Esos presos que se liberan, no pueden regresar "legalmente" a Argentina, explicó el diario La Nación. Y salvo que tengan un juicio pendiente, quedan totalmente libres en sus países de origen.

Según fuente penitenciarias consultadas por El País, "Argentina lleva adelante una medida que, legalmente, puede tomar… la pregunta es si es un acto amistoso o no".

El subsecretario de Política Penitenciaria de Argentina, Juan Barik, dijo a La Nación: "A raíz de la superpoblación empezamos a mirar todas las situaciones que podrían tener un tratamiento especial dentro del sistema penitenciario: delitos leves, neuropsiquiátricos, extranjeros".

Los paraguayos son más de la mitad de los presos extranjeros que hay en las cárceles porteñas. Les siguen los peruanos y en tercer lugar se ubican los uruguayos. Y completan el listado ciudadanos de otras 14 nacionalidades.