Mantuvieron entrevista cara a cara con Rocco Morabito.

Funcionarios de la Policía italiana llegaron ayer a Montevideo para mantener la primera entrevista cara a cara con Rocco Morabito, reputado jefe de la mafia calabresa que fue detenido en Montevideo el pasado fin de semana tras permanecer prófugo durante más de veinte años.

Poco antes del mediodía, en medio del ulular de sirenas de vehículos policiales, Rocco Morabito fue trasladado en furgón desde Cárcel Central hasta la sede de Interpol, en la calle Maldonado, en donde ingresó flanqueado por fuerte custodia y con el rostro cubierto.

Según explicó el abogado Alejandro Balbi —quien junto con Víctor Della Valle está a cargo de la defensa— Morabito mantuvo con los funcionarios italianos una entrevista "de cortesía", pero no accedió a responder preguntas ya que su caso está ahora en manos de la Justicia uruguaya.

En la víspera circuló la versión de que un hermano de Rocco Morabito había viajado desde Italia para interesarse por la situación; sin embargo, consultado por El País, Balbi señaló que no tenía noticias al respecto. Dijo sí estar al tanto de que un familiar de su defendido se aprestaba a venir.

Rocco, hijo de Giuseppe Morabito —capo de una de las familias más poderosas de la mafia calabresa— es hermano de Giovanni (arrestado en 2005 por tráfico internacional de drogas) y de Domenico (muerto en un enfrentamiento con la policía italiana en 1996). Varios primos han sido arrestados por sus vínculos con la mafia.

Actualmente hay 93.807 personas requeridas por notificación roja en todo el mundo. Los procedimientos de investigación de fugitivos de la Justicia a nivel internacional son regulados por la Secretaría General de Interpol.

En casos como el de Rocco Morabito, Interpol Uruguay activa todos los sistemas de alerta que posee la Policía Nacional y se transmiten a través del Sistema de Gestión en Seguridad Pública (SGSP).

Esto genera que las unidades especializadas del Ministerio del Interior —como la Dirección Nacional de Migración, Identificación Civil, y la Policía en sí—, tengan registrado al requerido a nivel internacional si pretende ingresar al país o tiene una identificación falsa.

Interpol comparte con 192 países miembros la información de cada requerido: fotografías, juego de huellas dactilares, datos de los delitos que cometió, y lugares donde se lo vio por última vez o a los que podría ir.

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