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La trama detrás del asesinato de una mujer que demoró siete años en salir a la luz

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Seccional policial en Canelones. Foto: Archivo El País

u201cESTO ES LO QUE QUERÍASu201d, DIJO EL ASESINO

u201cUtilizadou201d. Esa fue la palabra que el hombre eligió para argumentar dos cosas. Primero el crimen y después la confesión siete años después del episodio.

La agarró por la espalda con una mano y sin soltarla la tiró sobre la cama de una plaza que había en la habitación. Ella quedó boca abajo. Ahí estiró su otra mano y alcanzó una maceta con la que la golpeó dos veces. La mujer murió. De inmediato, el asesino tomó una silla y la colocó junto a la cama, contempló el cuerpo de la víctima y dijo: u201cEsto era lo que vos queríasu201d.

Así lo declaró, según consta en el auto de procesamiento al que accedió El País, el hombre de 68 años que el miércoles 6 de noviembre confesó haber matado y luego enterrado a una mujer en 2012.

Era cerca del mediodía de un jueves de u201cjunio o juliou201d dijo el hombre sin recordar la fecha. La mujer, con la cual tenía un vínculo sentimental desde hacía tiempo, le pidió $ 16.000 para pagar una deuda que tenía por consumo de droga.

Era la cuarta vez que le pedía sumas similares y el hombre se negó, ante lo que la mujer intentó agredirlo con una cuchilla y él terminó matándola.

A continuación el asesino cubrió el cadáver con un cubrecama y lo tiró sobre una alfombra. Luego se fue de la casa y planeó la manera de deshacerse del cuerpo.

Terminó recurriendo a un inquilino suyo que habitualmente le efectuaba trabajos de albañilería. El trabajador, en ese entonces de 31 años, vivía a dos cuadras de distancia con su pareja y sus cinco hijos. El femicida le pidió que fuera hasta su casa para ayudarlo, y luego de tomar dos litros de vino, le dio una pala y le indicó que hiciera un pozo en algún lugar. En ese momento ya había caído el sol.

El albañil fue hasta el río Santa Lucía, cavó un pozo de 0,45 metros de profundidad y regresó a la casa de su patrón.

Los dos cargaron el cuerpo y lo llevaron hasta el hueco. Luego lo arrojaron y lo cubrieron con arena.

Confesión

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u201cUtilizadou201d. Esa fue la palabra que el hombre eligió para argumentar dos cosas. Primero el crimen y después la confesión siete años después del episodio. Sobre lo primero dijo que él era quien pagaba el alquiler de la casa donde vivía la mujer. Y que además de eso, le pidió plata en cuatro ocasiones.

Sobre la confesión, indicó sentirse u201cutilizadou201d por el albañil. Según declaró el hombre, el albañil -que vivía en una casa del autor del crimen y le pagaba con dinero y trabajo-, comenzó hace seis meses a presionarlo. u201cGracias a mí estás libreu201d, le decía el hombre según declaró el autor del crimen.

Él dijo que lo ayudaba con comida para su pareja y sus cinco hijos y que además le entregaba $ 1.000 por día. Además le había dado varios regalos, dijo, entre ellos una bicicleta.

Fuentes del caso dijeron a El País que el hombre u201cno descartóu201d en un momento matar a su cómplice. Finalmente decidió ir hasta la seccional 2a. de Santa Lucía y confesar todo.

El 13 de diciembre de 2013, a poco más de un año de la desaparición de la mujer, la madre denunció el hecho. En ese momento el autor del homicidio dijo a la Policía que la mujer, según sabía, se había ido a trabajar en el cuidado de una mujer día y noche y nombró que esa casa estaba ubicada en Colonia y Las Piedras. Esa versión la inventó, declaró, u201cpara seguir estirandou201d la situación.

El hombre fue procesado ayer con prisiónpor el juez de Santa Lucía, Humberto Verri, por ser el presunto autor de un delito de homicidio muy especialmente agravado.

El albañil, por su parte, fue procesado con prisión por ser el presunto autor de un delito de encubrimiento. Vale aclarar que al momento de cometerse el crimen, en 2012, no existía el delito de femicidio. El mismo fue aprobado por el Senado en octubre de 2017.

Fuentes del caso comentaron a El País que la pareja del cómplice se presentó ayer ante la Policía y denunció que la familia de la víctima la había amenazado.

Búsqueda del cuerpo comenzará mañana

El Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) de la Facultad de Humanidades se ofreció por medio de la Policía a participar en la búsqueda y recuperación del cuerpo de Viviana Ramos Mangieri, desaparecida desde 2012 y quien el hombre de 68 años confesó haber matado ese año.

Mañana, integrantes del GIAF viajarán hasta el lugar para comenzar los trabajos donde el hombre indicó, en una reconstrucción que se realizó ayer, que enterró el cuerpo.

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