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Toledo, un pueblo sometido por delincuentes violentos

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Bronca: la familia del comerciante se hizo cargo del negocio mientras la víctima se recupera de los tres tiros. Foto: Marcelo Bonjour.

MIEDO EN UNA CIUDAD TRANQUILA

Los vecinos se declaran “hartos” y comienzan a organizar nuevas movilizaciones.

En cualquier momento tenemos un estallido social en Toledo, la violencia nos está ganando la batalla", aseguró en la tarde de ayer a El País Alejandro Ruiz, principal referente de la comisión de seguridad de la ciudad canaria.

"Toda la zona metropolitana está desbordada, acá tuvimos un crecimiento demográfico grande y vino mucha gente de malos hábitos. Pasamos de tener hurtos a padecer rapiñas y de ahí a los copamientos. La violencia es cada más importante", aseveró Ruiz.

El comerciante está al frente de una carnicería. Mientras atiende a El País, llegan dos clientes. Una anciana, que lleva milanesas, propone: "hay que matar a dos o tres y se les van todas las pavadas".

El otro cliente, un hombre de unas 45 años, retruca: "no, ya te dije Alejandro que hay que conseguir 800 cubiertas, poner 200 en cada esquina del Palacio Legislativo y esperar a que se junten todos, después darle fuego".

Ruiz escucha las propuestas y no responde, sacude la cabeza. "De esa forma piensan los vecinos de Toledo, están hartos. La gente tiene que defenderse de alguna manera y se están manejando distintas ideas, todas dentro de la legalidad. Muchos padres de familia están pensando en irse de Toledo por la inseguridad. Estamos al borde de algo grave porque ya no se aguanta más", subrayó Ruiz.

Varios vecinos señalaron que las rejas ya se han vuelto parte del paisaje de Toledo. Tal vez la única excepción sea el edificio de la Escuela Militar que está rodeado por un muro bajo, sin rejas, pero cuenta con la presencia de un buen número de guardias armados por todas partes.

Ferocidad.

El miércoles, a las 19:30, tres hombres llegaron en auto a un pequeño comercio de la avenida Hugo Méndez y Valdenegro. Víctor Hugo Pombo, propietario del pequeño negocio, vio que los delincuentes estaban armado y se interpuso en la puerta, cerrando la reja, según contó ayer Matías, su hijo a El País.

La esposa del comerciante gritó y los delincuentes dispararon sobre el hombre. Un tiro se alojó en la cadera y otros dos dieron en su mano derecha. Cuando se iban, lo atropellaron con el auto. Este es el cuarto asalto que sufre el pequeño almacén en seis meses.

"Es imposible vivir de esta forma, creíamos que era una sensación pero nos equivocamos. Esto da miedo porque los delincuentes están cada vez más violentos", afirmó Mónica una mujer que dejó de hacer mandados después de la hora 18:00 en Toledo.

La falta de presencia policial es evidente. En la tarde de ayer, cientos de personas cobraban sus haberes en las redes de cobranza instaladas sobre la Ruta 6 y no había policías a la vista. Un guardia privado era el único ser humano que exhibía un arma de fuego. La escena se pudo ver tres días después que un guardia de seguridad y un cliente fueran heridos durante un asalto a un supermercado y a una sucursal de una red de cobranzas.

Había más de cien personas en el momento del asalto, una mujer fue tomada como rehén y se produjeron entre 20 y 30 detonaciones.

Felizmente, el guardia está fuera de peligro y el cliente, un joven militar de 19 años de edad, ya fue dado de alta.

Respuesta.

Las víctimas de la inseguridad comienzan a pensar en soluciones drásticas para el drama. Entienden que todos los días pasa algo violento en distintas localidades del interior. En cinco ciudades de Canelones se han conformado comisiones de trabajo para organizar una respuesta a la ola de inseguridad.

Se trata de un movimiento que no tiene carácter político y que procura un cambio en la normativa penal, según explicó a El País el presidente de la Comisión de Seguridad de Canelones, Diego del Valle, un vecino residente en la localidad de Joaquín Suárez.

Hasta ahora se han realizado cortes de rutas, pero se están analizando otras medidas. Comerciantes han propuesto dejar de pagar impuestos y militares retirados plantean hacer patrullas ciudadanas. No hay nada resuelto.

Mató a un intruso en Ciudad de la Costa y fugó

La Policía de Canelones busca a la pareja de una comerciante de Ciudad de la Costa como principal sospechoso de haber dado muerte a un hombre de 28 años, ayer de tarde.

La víctima fue identificado como Ernesto Morales. El homicidio ocurrió en el patio de una vivienda, según confirmaron fuentes policiales a El País.

De acuerdo al testimonio de la mujer que vive en la casa donde ocurrió el crimen, Morales se acercó hasta el comercio ubicado en una vivienda de las calles 34 y 50, que ya estaba cerrado, para que la vendieran vino. Ante la negativa de la propietaria, el fallecido saltó el portón de la casa y comenzó a perseguirla. Los gritos de la mujer alertaron a su esposo, quien salió y comenzó a discutir con Morales, momento en que lo hirió con un arma blanca.

La víctima llegó a ser trasladada a un centro de salud, donde falleció poco después. El agresor se fue de la casa y viene siendo buscado.

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