CIFRAS QUE SORPRENDEN

Todos los efectivos involucrados en los incidentes quedaron en libertad.

En la noche del pasado domingo dos funcionarios policiales iban en una moto por la calle Carlos A. López en la zona de Manga. Cuando llegaron al cruce con Teodoro Fells apareció otra moto con dos ocupantes. Uno de ellos sacó una pistola Beretta calibre 22 y apuntó a los policías. A los gritos les exigió que entregaran sus pertenencias.

Uno de los efectivos tomó su arma de reglamento, una pistola calibre 9 milímetros, y se identificó como policía ante los delincuentes. Sin embargo, el asaltante no bajó su arma. Siguieron varios disparos policiales que derribaron al delincuente. Su compañero abandonó la moto y huyó a pie.

Un médico constató el deceso del hombre y efectivos policiales de la Zona III incautaron la moto de los asaltantes y una pistola denunciada como robada en el año 2014.

Esta fue la séptima muerte producida por funcionarios policiales en lo que va del mes de febrero. La cifra sorprende. Durante todo el mes de febrero del año 2018 no hubo ningún caso similar, según datos de la Fundación Propuestas (Fundapro).

Hasta el momento ningún efectivo policial fue imputado. Expertos en materia penal, basados en el información de prensa, consignaron a El País que se trata de “casos que son claros” y que hay “suficiente prueba” para descartar el reproche penal a los efectivos.

Para el director de Fundapro, Guillermo Maciel, se trata de un fenómeno relacionado con un “aumento en la inseguridad que afecta a toda la población”. “Ya vimos en el informe del año pasado que la delincuencia se animaba a asaltar cada vez más a los policías. A esto se suma un leve aumento en el número de efectivos muertos en enfrentamientos con delincuentes. Esto lleva a que la Policía se encuentre más atenta y reaccione frente a estos casos”, explicó Maciel.

Ya en el mes de enero se produjo un incidente fatal. Un grupo de once policías debieron explicar su comportamiento por la muerte de un hombre en Paso de la Arena. Al parecer, la víctima recibió varios disparos tras una persecución callejera y posterior ataque con un machete a los policías.

El primero de los incidentes fatales de febrero tuvo lugar el martes 5 en Pando. Un funcionario policial llegó a una cancha de baby fútbol del barrio Villa Manuela. En ese momento, su señora cuidaba el kiosco que los padres de los niños que entrenan tienen en el lugar. La mujer fue a su casa. Un delincuente la vio salir y pensó que el pequeño negocio estaba sin custodia. El ladrón estaba armado y cuando vio al policía logró reducirlo.

En determinado momento el asaltante se distrajo y recibió varios disparos. El sábado 10 un policía, que se encontraba trabajando como reponedor en un supermercado de Las Piedras, abatió a dos delincuentes que salían del negocio tras rapiñar el lugar. Familiares de los fallecidos provocaron disturbios en el Hospital de Las Piedras donde ambos habían sido trasladados.

Al otro día, el lunes 11, una banda intentó asaltar un local de la banca de quinielas de Joaquín Suárez. Se produjo un enfrentamiento donde un delincuente perdió la vida.

El mismo día en La Blanqueada, un efectivo policial fue asaltado por tres hombres cuando dejaba a su hijo en horas de la noche en Cádiz y Luis Alberto de Herrera. Uno de los delincuentes apuntó con su arma al menor y el policía le disparó. Horas después los amigos y familiares del asaltante fallecido se movilizaron en la zona y se enfrentaron a las fuerzas de choque de la Guardia Republicana.

Mientras tanto, el lunes 18 en el barrio La Comercial un equipo policial detectó un auto haciendo movimientos extraños. Se inició una persecución e intercambio de disparos que terminó con un delincuente muerto y otro herido. Luego se supo que el fallecido y sus dos cómplices pretendían asaltar una remesa cuando fueron detectados por la Policía.