TESTIMONIO

Sandra Young tenía las manos entrelazadas. Estaba ansiosa porque sabía que había llegado el momento de su homenaje. Decía pocas palabras, pero las que enunciaba tenían la fuerza suficiente para generar admiración entre quienes la rodeaban ayer en un pequeño salón. Young, una policía de 52 años que en marzo recibió tres disparos en la cabeza en un intento de rapiña, y se recuperó, dijo ayer: “Fue un partido difícil”.

Estaba nerviosa porque la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, el presidente del Pit-Cnt, Fernando Pereira, y todo el equipo del Sindicato de Funcionarios Policiales de Montevideo (Sifpom), la habían invitado a la sede del gremio para reconocer y celebrar su lucha.

“Estoy muy contenta y alegre de que todos se hayan preocupado por mí. Qué más decir... volví a la vida”, expresó con la voz entrecortada al recibir un diploma por parte de Argimón.

La vida de Young cambió por completo el 16 de marzo de este año. Como todos los días, había salido de la Seccional 24 donde trabajaba, en el barrio Cerro, rumbo a su casa ubicada en el barrio Maracaná. Un compañero de trabajo se había ofrecido a llevarla y ella había aceptado. Cuando estaba a unos pocos metros de su casa, se despidió de su compañero y bajó del patrullero.

Eran casi las 22:00 horas. Ella llevaba puesto el uniforme policial. Cuando estaba a pocos metros de su casa, la sorprendieron unos delincuentes para robarle el arma de reglamento. Sin mediar palabra le dispararon tres veces en la cabeza. Young cayó y los delincuentes fugaron. Un móvil de la Policía llegó rápidamente al lugar y la trasladó a un centro de emergencias. Luego la derivaron al Hospital Policial.

A partir de ahí empezó su lucha entre la vida y la muerte. Ayer, cuando esperaba recibir el diploma de reconocimiento por “su vocación, entrega al servicio” y por ser “un ejemplo para la Policía Nacional”, firmado por la presidenta de Sifpom Patricia Rodríguez, Young le explicó a Fernando Pereira por qué había sido “un partido difícil”.

“En enero se fue mi marido”, dijo la policía, madre de dos hijos. Ese mismo mes, a los pocos días de que falleciera su pareja, nació su primer nieto.

El 7 de abril, luego de pasar 22 días internada y de haber sido intervenida quirúrgicamente, Young fue dada de alta. Salió caminando del Hospital Policial acompañada de sus familiares y rodeada de los aplausos de sus compañeros, que se acercaron para alentarla y regalarle un ramo de flores.

Young cree que su esposo le dio fuerzas para que pudiera ganarle la pulseada a la muerte.

El equipo de Sifpom le preparó el reconocimiento e invitó a Argimón para que le entregara la placa, porque la vicepresidenta había estado muy pendiente durante la internación de Young. La policía también había recibido la visita del ministro del Interior, Jorge Larrañaga. “Cuando pasó lo de la compañera, la primera que se solidarizó fue Beatriz (Argimón)”, explicó la presidenta de Sifpom.

Young se mostró emocionada ayer, agradeció el apoyo de todos los que se acercaron para ayudarla en su recuperación, y tomó fuerte la mano de Argimón cuando la vicepresidenta destacaba su “calidad humana”.

Luego del homenaje, la mujer de 52 años volvió a su casa, donde hoy viven sus dos hijos y su nieto. Pero que siga viviendo en el mismo barrio donde fue atacada y donde se salvó de milagro es algo que preocupa a las autoridades del sindicato policial.

“El sindicato va a reiterar la solicitud de mudarla. Es urgente sacarla de allí”, indicó a El País Patricia Rodríguez.

Young ingresó a la institución policial en 2002. Este 2021, tras 19 años de oficio, “volvió a la vida” luego de ser atacada por delincuentes a pocos metros de su casa.