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Residencial en que murió mujer de 82 años no estaba registrado ante el MSP o el Mides

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Incendio en residencial de ancianos. Foto: Francisco Flores

LA BLANQUEADA

La Vida es Bella, como se llama el lugar, no está registrado en el Ministerio de Salud ni en Desarrollo Social. Ni siquiera contaba con la habilitación de Bomberos actualizada.

Una casa de dos pisos, en La Blanqueada, ardió en la madrugada del jueves. Los bomberos pudieron rescatar a una veintena de ancianos ante el avance de las llamas y la concentración de un humo espeso. Pero una mujer de 82 años falleció tras una descompensación.

Este residencial de adultos mayores no era, técnicamente, un residencial. Porque no estaba registrado en el Ministerio de Salud Pública ni en el Ministerio de Desarrollo Social, las dos carteras responsables de la fiscalización de los centros de larga estadía para ancianos.

La Vida es Bella, como se llama el lugar, apenas figura en una página de Facebook. La última publicación, como si fuera una paradoja, es el festejo de La Noche de la Nostalgia, hace dos años.

Mientras los bomberos dilucidan el origen del fuego, Salud Pública está investigando si, alguna vez, hubo algún intento de regularización de ese residencial. Porque los dueños han insistido en que presentaron los papeles en 2017, aunque la cartera no tiene tal registro.

En 2016, en el barrio Atahualpa, habían fallecido siete ancianos en un residencial que no contaba con la habilitación de Bomberos, aunque sí había sido inspeccionado por la sanidad. Aquella tragedia, una de las más virulentas que recuerdan los socorristas, puso en el candelero las situaciones de los hogares de adultos mayores en un país cuya sociedad tiende a envejecer.

Cuatro años después, en el tercer brote de magnitud que despertó el COVID-19 en Uruguay, los residenciales volvieron a ocupar las noticias cuando el gobierno anunció que, según datos previos a la pandemia, en el país había 109 establecimientos en “estado crítico”.

En conferencia de prensa, el 26 de abril, el ministro de Desarrollo Social, Pablo Bartol, había dicho que detrás de esas cifras se esconden historias “espeluznantes” y ordenó la inmediata fiscalización.

Cuatro meses después, y habiendo habido una nueva tragedia, se desconoce la cantidad de residenciales en estado crítico. El abogado Juan Ceretta había informado sobre 34 hogares bajo este rótulo en Montevideo, pero fuentes de Desarrollo Social desestimaron ese dato por tratarse de una información que no responde a la nueva fiscalización ni a la recategorización que la cartera está afinando con Salud Pública.

Menos del 4% de los adultos mayores del país (léase de los mayores de 65 años) están institucionalizados. Así lo señala el último censo poblacional.

Incendio en residencial "La vida es bella". Foto: Francisco Flores.
Incendio en residencial "La vida es bella". Foto: Francisco Flores.

Entre los que habitan en residenciales, las mujeres son mayoría: 11.279 contra 4.282. Y si bien esa relación está condicionada porque ellas sobreviven más, en los establecimientos de larga estadía está sobredimensionado: en la población en general, hay 66 varones cada 100 mujeres adultas mayores. En los residenciales son 38 cada 100.

Investigación de Bomberos.

Cuando el jueves recién comenzaba y en Montevideo la temperatura se desmoronaba por la ola de frío polar, la planta baja del residencial La Vida es Bella empezó a prenderse fuego. El llamado a los bomberos llegó poco después de las 00.30 horas.

Los peritos aún no determinaron el origen exacto del foco, pero la experiencia les bastó para manejar una primera hipótesis: frío polar más necesidad de calefacción equivale a aumento de riesgo de incendio.

El vocero de Bomberos, Pablo Benítez, dijo que, en lo que va del año, han fallecido 29 personas a causa de incendios. Por eso le rogó a la población a que extreme las medidas de cuidado.

Según Benítez, la mala ventilación, el exceso de monóxido de carbono en una habitación, un descuido, la falta de revisión del estado de los artefactos y los tomacorrientes, el uso abusivo de “alargues” y otras conductas son tierra fértil para una tragedia. Y, en este sentido, alertó: “ante un falso contacto o cortocircuito hay que interrumpir el uso del artefacto de calefacción”.

Más allá de la afectación en la salud y la vida humana, los incendios suelen dejar secuelas materiales que a veces suponen riesgos para habitar. El residencial en cuestión, a priori, no reviste riesgo de derrumbe, pero los problemas en el circuito eléctrico y la mampostería podrían hacer que la veintena de adultos tardasen mucho en regresar a su lugar.

Si es que regresan allí. Porque ante la falta de registro, tanto Salud como Desarrollo Social están analizando las alternativas de cuidado. En ese sentido, el Estado uruguayo tiene faltante de plazas en centros públicos.

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