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Reabren caso de niño que murió en inflable

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Patrullero. Foto: Ricardo Figueredo

INVESTIGACIÓN

Video muestra cómo el menor fue hallado sin parte de su ropa.

En las últimas semanas apareció un video que podría reabrir la investigación de la muerte de Luciano Silveira, el niño de 5 años que apareció muerto en un castillo inflable, durante un cumpleaños infantil, el 9 de diciembre de 2016.

La causa, que fue caratulada en principio como una muerte accidental, podría dar un giro luego de que en una filmación del día del hecho en el salón de fiestas se observa cómo el niño es sacado del inflable semidesnudo y no vestido como se lo entregaron a su padre cuando llegó a buscarlo al lugar.

En un primer momento, cuando arribó al salón, le dijeron que su hijo no estaba, que se había ido con otros padres, algo que consideró imposible ya que alguien le habría avisado.

Pero a los pocos minutos, uno de los animadores lo llamó y le pidió que pasara a una sala donde un enfermero y una médica —que habían sido invitados al cumpleaños— intentaban reanimarlo.

Según el relato del padre, Luciano estaba cianótico debido a la asfixia que había sufrido luego de que el inflable fuera desinflado y el quedara atrapado en el interior. Se estima que había muerto 45 minutos antes.

A fines de diciembre de 2017, un año después de ocurrida la tragedia, a través de una filmación aportada por la empresa encargada del sistema de cámaras del salón, la Dirección Criminalística del Departamento de Planimetría constató que al ser encontrado dentro del inflable, el cuerpo de Luciano estaba sin las prendas de vestir inferiores.

Según dijo a El Observador Pablo Sosa, abogado de la familia, "con este nuevo elemento no se puede descartar que no haya habido atentado violento al pudor".

Confusión.

De acuerdo a la Justicia, el episodio fue confuso, dado que las grandes dimensiones del castillo —que medía cerca de cuatro metros de alto y ocupaba toda la habitación— bloqueaban la cámara que estaba ubicada en la sala donde estaba el juego. Eso impide ver cómo ingresó el menor al castillo. El análisis realizado por un equipo de médicos forenses concluyó que al menor— que sufría de epilepsia— se le detectaron concentraciones superiores del psicotrópico para tratar esa enfermedad, lo que le pudo causar somnolencia, aunque el médico tratante, Raúl Ruggia, dijo que con la medicación que tomaba el niño no podía tener un ataque de sueño, pero sí de epilepsia.

"Se tiene que haber desmayado antes de que lo desinfláramos y al arrollarlo no nos dimos cuenta", sostuvo una de las animadoras en el juzgado.

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