INSEGURIDAD

Dos personas fueron asesinadas ayer en Montevideo. El primer caso ocurrió en el barrio Conciliación. Un policía, que trabaja para una empresa de reparto, descargaba mercaderías frente a un comercio, se le acercaron dos personas en una moto y mediante amenazas con un arma de fuego, le exigieron la recaudación al efectivo y a otra persona que lo acompañaba.

El agente les entregó el dinero. Posteriormente, se identificó como policía. En ese momento comenzó un intercambio de disparos entre ambas partes.

Uno de los rapiñeros, de 21 años, recibió un balazo en el pecho.

El fiscal de Homicidios, Juan Gómez, se dirigió al barrio Conciliación para observar el lugar donde ocurrió la rapiña y muerte del asaltante. Luego emplazó al policía a que concurriera a declarar como cualquier persona involucrada en una muerte.

El policía transmitió al fiscal que había disparado más de un tiro contra los rapiñeros y explicó que había repelido el fuego de los agresores.

Gómez pudo comprobar en el lugar que había rastros de disparos en la camioneta usada en el reparto.

u201cEl policía en ningún momento estuvo detenidou201d, expresó el fiscal de Homicidios. Y agregó que es probable que se trate de un caso de legítima defensa aunque el representante del Ministerio Público aguarda el dictamen de Policía Científica.

En el barrio Conciliación, el fiscal Gómez dialogó con la hermana del delincuente abatido. Ésta le reconoció que desde que era menor su hermano u201candaba en malos pasosu201d. Tenía un antecedente por un homicidio cuando era adolescente y también habría cometido un hurto. Además poseía varias indagatorias por otros hechos delictivos.

El cómplice dejó la moto en el lugar y se dio a la fuga.

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Un hombre fue encontrado muerto de cinco disparos en un basural ubicado en el barrio 40 Semanas.

Gómez dijo a El País que la hipótesis primaria hace suponer que se trataría de un caso de deudas por consumo de drogas.

u201cEstamos analizando las cámaras para poder identificar a los asesinosu201d, agregó.

Según el fiscal, la víctima no murió en el lugar donde lo abandonaron y sostuvo que la persona ultimada poseía antecedentes penales y se encontraba en situación de calle.

Una gran parte de los homicidios se deben a u201cajustes de cuentasu201d entre delincuentes que pujan por territorio para vender drogas o por deudas de consumo de estupefacientes impagas.

u201cEs una cuestión de principiosu201d, se dice en el mundo del hampa cuando el jefe de una u201cbocau201d decide ultimar a un deudor. Ello significa que si el jefe narco no toma medidas contra deudores, nadie le pagaría.

Antes de una bala, el deudor recibe varias advertencias: palizas y huesos rotos.

Ayer se supo que 2019 va camino a ser el segundo año con más homicidios.