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Mujer de 104 años salvó a nieta apuñalada

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Tras el ataque, el hombre fue trasladado a un hospital. Su vida no corre peligro. Foto: Archivo El País

VIOLENCIA DOMÉSTICA

"No sé de dónde sacó fuerzas, y lo sacó a empujones”, señaló la víctima.

Hoy lo puede contar y salió a hacerlo frente a cámaras de la prensa de su ciudad, Artigas. El pasado domingo, en cambio, sintió que se moría, porque todo el cuerpo de le aflojó y se veía ensangrentada, incapaz de intuir la profundidad de las heridas que recibió en su casa de parte de la pareja con la que retomó la relación amorosa en 2018, después después de haberlo ya denunciado a la policía por maltrato.

Al llegar a la casa de un vecino y desplomarse en un sillón, Claudia todavía no podía creer lo que había hecho su abuela de 104 años de edad. Fue ella quien minutos antes la había salvado al ingresar al dormitorio de la modesta vivienda y, sacando fuerzas nadie sabe de dónde, logró empujar al hombre que había apuñalado a su nieta luego de otras agresiones.

La víctima había tenido una discusión con su pareja en el dormitorio pero no le dio trascendencia, fue al baño, no cerró la puerta y de pronto se vio sorprendida por la irrupción violenta del hombre, que primero la golpeó en la cabeza y enseguida comenzó a morderla en la boca y las mejillas.

Ella quiso gritar pero su pareja la arrastró hacia el dormitorio tapándole la boca por un momento, hasta que la soltó para tirarla en la cama y ambos se trabaron en lucha. La mujer pedía auxilio pero nadie escuchaba nada, mientras el sujeto comenzó a amenazarla y advertirle que la iba a matar.

Fue así que de inmediato tomó un cuchillo, que aparentemente escondía debajo de una almohada, y le comenzó a efectuar varios cortes y puntazos, por lo menos diez.

“Entonces mi abuela de 104 años pensó que el pequeño estaba llorando, se fue al cuarto a ver, y tuve la suerte que el marco de la puerta cedió, la hoja no entraba en el marco y no se pudo cerrar con llave, quedaba apenas recostada; ella abrió, no sé de dónde sacó fuerzas, y lo sacó a empujones”, declaró la víctima, que conoció a su compañero hace siete años.

Ahora en el frente de la casa de Claudia y su abuela hay custodia policial asignada después del fallo judicial ; la mujer cuenta que ni al patio del fondo sale sin un agente uniformado.

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