LAS PIEDRAS

En la madrugada de ayer, delincuentes explotaron un nuevo cajero automático en Las Piedras, Canelones. Tres delincuentes llegaron cubiertos con máscaras sobre las 4:30 de la madrugada a la estación de servicio ubicada en Batlle y Ordóñez y Dr. Pouey.

Allí amenazaron al pistero y a un taxista y rápidamente hicieron explotar el cajero y se fugaron con parte del dinero.

Cuando llegó la Policía se encontró con las herramientas y más de un millón de pesos en billetes esparcidos en el piso. Se estima que se llevaron una importante suma que aún no fue especificada por la entidad financiera. El dispositivo no contaba con el sistema de entintado, según supo El País.

Desde hace seis meses los cajeros automáticos pasaron a ser blanco preferido de los delincuentes. El 18 de abril volaron una terminal en Villa Colón, cuatro días antes habían hecho lo mismo en el supermercado Disco ubicado en 20 de Setiembre y Palmar. Antes de esta ola de ataques, habían pasado casi dos meses sin atentados.

Un relevamiento realizado por El País mostró que en el 50% de los hechos los asaltantes lograron explotar las máquinas y llevarse billetes en pesos y en dólares. En el resto de los casos, no lograron hacerse del dinero.

Cuatro de estos ataques ocurrieron en el interior: El Pinar, Parque del Plata, Canelones y Punta del Este. En el principal balneario, el 2 de febrero atacaron en la parada 8 de la Avenida Roosevelt. Sustrajeron millones de pesos y varios miles de dólares.

La ola de ataques de las denominadas "bandas del gas" despertó la preocupación del gobierno uruguayo.

El Banco de Seguros del Estado obligó a los operadores de estas máquinas que incluyan un tope de carga de billetes, sobre todo en aquellos que están ubicados en zonas "vulnerables".

Las mismas instituciones bancarias decidieron que en algunos casos sacarían el dinero en la noche y lo repondrían por la mañana. Además, sumarían a un guardia privado. También analizan la relocalización de algunos cajeros y el cierre de otros.

En enero, el ministro interino del Interior, Jorge Vázquez, firmó un decreto en el que se exhortaba a los bancos (que deberían hacerse cargo del costo) a instalar un sistema de seguridad en sus cajeros que "entinta" (y por tanto "inhabilita") los billetes una vez que ocurre una detonación.