INSEGURIDAD EN EL FÚTBOL

Dos menores también rapiñaron a madres de jugadores juveniles.

El preparador físico de las divisiones juveniles del club de fútbol Cerrito fue rapiñado el domingo pasado durante un partido que la sub 14 de su equipo jugaba contra Huracán Buceo en la cancha de Basáñez, La Bombonera, en el barrio Malvín Norte.

Dos menores de edad se acercaron al entrenador Mauricio Musso y uno de ellos le robó el celular y lo golpeó en la cabeza con la culata de un revólver.

"También fueron víctimas de robos los familiares del sector visitante", es decir el de Huracán, denunció este club a través de un tweet. El partido fue suspendido y se hizo la denuncia policial. Los árbitros se reunieron anoche para tratar el tema y pedir una entrevista a la Comisión de Seguridad de la AUF, declaró a El País Marcelo De León, presidente de Audaf.

El delegado de las formativas de Cerrito, Jorge Vázquez, relató en las redes sociales del club que fue "un hecho aislado, de delincuencia de gurises de entre 12 y13 años que entraron armados a la tribuna". Enseguida desmintió que se hubieran registrado tiroteos pero confirmó que dos madres de los jugadores fueron también asaltadas al ingreso a la cancha. "En este caso las instituciones no tienen nada que ver", agregó Vázquez.

En la cuenta de Twitter de los juveniles de Huracán Buceo se informó que en la cancha de Basáñez, quien juega de local debe pagar los $ 500 que exige gente de la zona para devolverle las pelotas que salen de la cancha hacia las afueras. También denunciaron que el año pasado fueron locales tres veces en ese escenario y también hubo rapiñas.

Rafael Peña, jefe de Seguridad de la Asociación Uruguaya de Fútbol, dijo a El País que se trató de una rapiña en un encuentro con entrada gratis, sin veedor y con guardia privada pagada por la AUF solo para los jueces. "Ocurrió en una cancha como podía haber ocurrido en un supermercado o en una iglesia, es un evento de seguridad pública; hay rapiñas en los restoranes y no por eso es problema del restorán".