EN SANTA LUCÍA

Dos meses de trabajo policial en absoluta reserva culminaron en la mañana de ayer con la detención de tres mujeres y dos hombres vinculados al narcotráfico minorista en Santa Lucía, Canelones.

Todo comenzó cuando la Policía recibió denuncias de vecinos e instituciones locales sobre el accionar de una banda que funcionaba en los barrios Municipal y El Abrojal. La operación incluyó a 60 efectivos y recibió apoyo de Policía Científica, la Unidad Aérea y el Programa de Seguridad y Convivencia del Ministerio del Interior.

A primera hora, enseguida del amanecer, un grupo de policías de la Brigada anti drogas de la Jefatura de Canelones ingresó a las viviendas con órdenes de allanamiento y pedido de detención de cinco personas. Se logró ubicar unos 18.000 pesos en billetes de bajo valor junto a dosis de marihuana y pasta base.

Uno de los buscados tiene un hermano mellizo. Al ser detenido se ubicó al otro.

Mientras se esperaba al encargado de registrar las huellas digitales, un policía observó a un hombre que pasaba por el lugar con el rostro cubierto con una bufanda. El efectivo sospechó y al detenerlo confirmó que era el sujeto buscado.

El sociólogo Gustavo Leal, director del Programa de Seguridad y Convivencia del Ministerio del Interior, aseguró ayer a El País que el procedimiento tenía como objetivo “desmantelar una estructura criminal relacionado al tráfico de drogas”.

Anoche, al cierre de esta edición, la fiscal de Canelones, Alicia Schiappacasse, se disponía a imputar a los cinco detenidos. Horas después de los allanamientos un grupo de delincuentes, haciéndose pasar por policías, copó una casa en Santa Lucía, la vivienda de una médica. En el lugar se encontraba el hijo de la profesional, un joven que se trabó en lucha con los delincuentes, que huyeron.