VIOLENCIA

Policía sugirió cambiar la pintura de las camionetas para evitar nuevos asaltos.

El equipo de cocina de la Escuela Roosevelt produce un 20% más todos los días lunes. Muchos de los de sus 102 alumnos no se alimentan bien durante el fin de semana. Por eso los lunes el apetito es mayor. Atienden a niños y jóvenes discapacitados provenientes de los barrios más pobres de Montevideo.

La historia la contó ayer a El País el presidente de la Comisión Directiva de la Asociación Nacional para el niño lisiado Franklin D. Roosevelt, Enrique Singlet, un contador que de manera honoraria pelea cada día para que la escuela cumpla con sus objetivos.

Las últimas horas de Singlet han sido muy difíciles. A las obligaciones cotidianas, se le agregó el drama de la inseguridad. Ayer los choferes de las camionetas que trasladan a los niños resolvieron no salir a la calle. No hubo clases ni traslados. Tienen miedo a ser agredidos en los barrios por los que deben movilizarse a diario.

El pasado 27 de mayo una de las camionetas fue asaltada. El chofer fue herido en sus dos brazos y la auxiliar, que custudioba a cinco niños, entró en estado de pánico. El trabajador quedó internado y la camioneta quedó inutilizada por un día por efecto de la balacera. Los niños debieron recibir una asistencia y contención psicológica especial que se mantiene.

Las autoridades de la Escuela Roosevelt pidieron una entrevista con el jefe de Policía de Montevideo, Ricardo Pérez. Querían saber qué medidas deberían tomar para evitar estas situaciones. El jerarca recibió a la comisión directiva junto con el sub jefe de Policía y el jefe de Investigaciones de la zona operacional donde ocurrió el violento asalto.

Los oficiales les recomendaron que cambiaran la pintura de los vehículos. “Al parecer, esta gente (los delincuentes) reconocen cartelería más que escritura. Nuestras camionetas están pintadas con letras y los nombres de empresas que colaboran. Ellos dicen que nunca les pasó un hecho con un vehículo de escolares. Vamos a agrandar el logo de niños con discapacidad”, dijo Singlet.

El lunes pasado la camioneta tuvo que llevar a un niño cuya vivienda queda en un callejón. Singlet contó que el vehículo escolar tiene que volver por el mismo camino. Estaban en eso cuando aparecen “dos muchachas, una de ellas con un carrito de bebé. Tomó dos cascotes enormes y los tiró contra la ventana del chofer. En el ataque insultaron a la escuela, no fue algo casual. Lo que deducimos es que tras la reunión (con los jerarcas policiales) debe haber aumentado el patrullaje policial y nos ven como responsables de eso”, afirmó el directivo.

La escuela evaluó el caso y resolvió no dar a conocer este nuevo suceso de agresión. Además, minutos después del incidente recibieron una comunicación desde el barrio confirmando la suposición.

Llamaron a la Policía para informar sobre el episodio y pidieron que se actuara con cautela “porque las consecuencias las terminarían pagando los propios alumnos”, dijo Singlet.

Poco después de ese ataque otro de los vehículos se disponía a subir a una niña en la zona de Maroñas cuando al lado ocurrió un asalto a un comercio del barrio. El delincuente y el comerciante se enfrentaron a balazos y la camioneta de la Escuela Roosevelt quedó en el medio. “Toda la vida entramos a esos barrios pero esto viene de mal en peor. Hace cinco años entraron dos chorros y dijeron que eso no lo podían robar y se fueron. El 27 de mayo tiraron cinco tiros. La sociedad está cambiando a pasos agigantados y para mal. Vamos a tomar las medidas que nos recomendaron y reduciremos las horas en que andan en la noche. Es posible que algunos niños tengan que tomar la merienda en la camioneta o que no la tomen”, explicó Singlet.