INVESTIGACIÓN 

Quienes siguieron el caso dicen que el hombre tenía un campo ubicado en un lugar estratégico, cerca de donde muchas veces avionetas tiran cargamentos con droga. Venía siendo objeto de investigaciones desde hacía tiempo. Además, poseía un antecedente por un delito vinculado al narcotráfico. Pero el pasado viernes volvió a ser detenido junto a otras tres personas, luego de que la Policía detectara que podría estar relacionado con un camión que transportaba armas de guerra y dinero en efectivo en plena ruta, a la altura de Soriano.

Dicen también que no era una persona “peligrosa”, pero que tendría vínculos con organizaciones de narcotráfico y que sería, además, un actor fundamental en prestar la logística a esas bandas y mover así las armas dentro del territorio uruguayo con el objetivo de sacarlas del país.

Ayer, la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero solicitó a la Justicia que se le imputara a este hombre -y a otras tres personas - los delitos de tráfico de armas y narcotráfico. La representante del Ministerio Público logró que se decretara el inicio de la investigación penal y que, además, los cuatro implicados aguarden esto en prisión preventiva por un plazo de 180 días mientras se continúan reuniendo pruebas para acusarlos.

El pasado viernes, la Policía detuvo a un camión que circulaba a la altura del kilómetro 285 de la ruta 2, en el departamento de Soriano. Adentro del vehículo encontraron cinco fusiles de gran porte, tres pistolas 9 milímetros, dinero en efectivo (US$ 187.500), municiones y droga.

La detención de este camión no fue algo casual. Los investigadores de narcóticos venían recolectando información sobre el propietario de un campo ubicado en Río Negro.

En la zona y desde abril se habían instrumentado distintos trabajos de inteligencia policial, bajo la conducción de la fiscal Ferrero. Así fue que supieron que el pasado viernes ese camión, que en teoría llevaba combustible, iba a emprender su marcha por rutas nacionales con el objetivo de trasladar droga y armas. Sabían, como se dice en la jerga policial, que ese camión cisterna iba a estar “contaminado”. Por esta razón, los investigadores del caso pidieron apoyo a las jefaturas de Soriano y Río Negro.

El camión cisterna iba a ser cargado en un campo de Río Negro y luego se trasladaría a Soriano para seguir su rumbo. En el operativo donde se hicieron las detenciones participaron jefaturas policiales de los dos departamentos, también un helicóptero de la Policía Aérea y efectivos de la Guardia Republicana.

Además del camión en esa misma ruta y oficiando de “puntero” iba otra camioneta. Esta era el encargada de avisarle al chofer que llevaba el cargamento que siguiera o frenara de acuerdo a sí se constataba presencia policial. Pero la operación de inteligencia ya estaba en marcha y varios efectivos esperaban a ambos vehículos, por lo que no pudieron escapar.

Finalmente a la altura del kilómetro 282 de la Ruta 2 fueron detenidos. Dentro de la camioneta que hizo de “puntero” habían dos personas. Una de ellas con antecedentes penales. En el camión, que en teoría llevaba combustible, solo se encontraba el chofer. Los tres fueron detenidos en el momento y allí fue cuando la Policía incautó las armas de guerra.

Según indicaron fuentes del caso a El País, se sospecha que las armas no iban a ser colocadas en el mercado local, ya que se trata de fusiles que no se han detectado en el país y que además tienen “un calibre muy grande”, indicó una fuente.

El cuarto detenido fue la persona que los detectives de narcóticos venían persiguiendo desde hace tiempo. Es decir el propietario del campo ubicado en Río Negro, en el estratégico lugar. El hombre -con antecedentes por narcotráfico- sería quien prestaba la logística a grupos criminales que se dedican a transportar y llevar droga hacia el exterior.

Según narraron fuentes del caso, la Policía cree que las armas iban a ser retiradas del país ya que en el exterior tienen un costo elevado. El dinero que llevaban, de acuerdo a los investigadores, estaría asociado a “cobros por venta de droga”. Esta hipótesis, así como interrogantes sobre el destino de los fusiles y pistolas incautadas son los puntos que deberá aclarar la Fiscalía en los próximos 180 días de investigación.