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Asaltaron reparto y mataron a un expolicía; cayeron por otra rapiña

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Policía trabaja en un procedimiento en Montevideo. Foto: Fernando Ponzetto
FERNANDO PONZETTO

MONTEVIDEO

Ambos delincuentes fueron imputados por homicidio muy especialmente agravado y enviados a prisión a la espera del juicio oral.

Todo empezó el 12 de mayo. Dos delincuentes que iban en una moto robada decidieron una vez más hacer lo que habían hecho varias veces:rapiñar. Ambos tenían antecedentes por este delito. Pero esta vez iba a terminar en más que una rapiña.

Los delincuentes estaban en la zona de Cerro Norte y vieron su objetivo en las calles Samuel Lafone y Joaquín Martori. Se trataba de un camión de reparto que los asaltantes sabían que llevaba dinero para ser depositado en un banco. Dentro del camión iban el dueño del reparto y un expolicía.

Los asaltantes no dejaron que el camión arrancara de la casa donde iba a salir rumbo al banco y pusieron la moto delante para cortarle el paso. En ese momento se produjo un intercambio de disparos entre los rapiñeros y el expolicía que estaba de acompañante.

En cuestión de segundos las balas fueron de un lado a otro. Una de ellas impactó en el pecho del expolicía; otra, en el cuerpo de uno de los rapiñeros. Los delincuentes lograron huir. El expolicía fue trasladado a un centro asistencial.

El equipo de Policía Científica e investigadores de la Zona Operacional IV de la Jefatura de Policía de Montevideo comenzaron a trabajar rápidamente para dilucidar responsabilidades en la rapiña. Personal de Científica recogió las vainas del lugar, detectó huellas de la moto abandonada por los delincuentes y comenzó a armar el puzzle para identificarlos. En la calle y en el camión había vainas de ambas armas; la que disparó el exefectivo policial y la que dispararon los delincuentes.

A los dos días del hecho la rapiña se convirtió en tragedia. El expolicía de 43 años falleció y el caso, que ya estaba siendo investigado, cambió su carátula. A partir de entonces se intentaba identificar a dos homicidas.

Trabajo de inteligencia policial.

Mientras que el personal de Científica analizaba los elementos recogidos en la escena del crimen, el personal de Investigaciones de Zona IV recopilaba testimonios de testigos y analizaba las cámaras de seguridad de la zona. En ese trabajo lograron ver que un ómnibus había pasado por el lugar en el momento que se había producido el intercambio de disparos. Según indicaron a El País fuentes policiales, esto fue clave. En los ómnibus hay una cámara que va grabando lo que sucede y apunta hacia la puerta delantera del vehículo. Estas grabaciones permitieron captar imágenes de los delincuentes.

Una vez procesados todos los datos por las dependencias policiales lograron saber quiénes eran los homicidas. Toda la información recopilada fue brindada al fiscal de Homicidios Carlos Negro. El fiscal solicitó a la Justicia órdenes de allanamientos para dar con los responsables del hecho.

El trabajo policial permitió determinar que los delincuentes se movían por la zona del Cerro y ubicar las viviendas. Con órdenes de allanamiento fueron tras ellos, pero no hubo suerte: se habían fugado. A partir de ese momento toda la Policía recibió la foto de estas personas para estar atentos a sus pasos. Sobre todo los efectivos que trabajan en la zona donde ellos frecuentaban.

La semana pasada ambos delincuentes decidieron una vez más cometer una rapiña. Eligieron una joyería ubicada en la zona del Prado. En otra moto hurtada llegaron al lugar, entraron al local pero no había dinero. En la zona había un intenso patrullaje policial. Un móvil fue alertado de la tentativa de rapiña y comenzó a perseguir a los delincuentes. Estos iniciaron la fuga hacia la zona que la Policía ya había detectado que frecuentaban: Cerro Norte.

Los rapiñeros entraron a contramano a la ruta y al ser perseguidos de cerca dejaron la moto y comenzaron a correr. Uno de ellos saltó hacia un área de viviendas e intentó escapar por los techos. Otro se dirigió a una zona de pastos. Pero esta vez no pudieron escapar. El despliegue táctico de la Policía en el lugar fue clave para capturarlos, y fueron reducidos.

Al presentar sus documentos, los efectivos que los seguían supieron enseguida que eran las dos personas requeridas por el homicidio del expolicía y dieron cuenta al fiscal. Ambos delincuentes fueron imputados por homicidio muy especialmente agravado y enviados a prisión a la espera del juicio oral. En paralelo, serán indagados por la tentativa de rapiña a la joyería.

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