Un funcionario policial que revista en el Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) fue remitido a la cárcel por un delito de "violencia doméstica especialmente agravada". El hombre, estando alcoholizado, atacó a su esposa e hijos y ya había protagonizado episodios violentos, que no habían sido denunciados por su compañera.

Desde la aprobación, hace un mes, del protocolo de "tolerancia cero" en materia de violencia doméstica protagonizada por policías, en este departamento le han retirado el arma a seis funcionarios de Jefatura.

El tema de la violencia doméstica es uno de los asuntos que inquieta al actual comando policial. Tan es así, que al asumir como jefe Wilfredo Rodríguez, ex subjefe de Cerro Largo, priorizó la tarea que lleva adelante en la Unidad Especializada en Violencia Doméstica (ex Comisaría de la Mujer) designando a un comisario, en sustitución del encargado anterior que tenía rango menor. También, se designaron funcionarios de sexo masculino, buscando de esa manera dar mayores garantías a las funcionarias que cumplen tareas en esa dependencia. A estas medidas, se suma el fortalecimiento de la policía comunitaria, que permite mayor proximidad con los vecinos y, consecuentemente, la detección precoz de casos de violencia doméstica.

En otro orden, declara ante el magistrado de turno un ciudadano acusado de "empapelar" con cheques sin fondo a comerciantes de Rivera, Artigas, Tacuarembó y Salto. Las primeras denuncias datan del año 2012.

Uno de los denunciantes, presentó documentos por un monto cercano a los US$ 100.000. El detenido, que a la fecha reside en Alegrete, junto a otras individuos que están en calidad de requeridos llegaba a comercios de diversos ramos y en primera instancia realizaban compras al contado. Tras lograr la confianza de los comerciantes, pagaba con cheques que a la postre carecían de fondos.

VIOLENCIA DOMÉSTICA