Layera admitió que no pueden frenar “malón” de barras.

El director nacional de Policía, Mario Layera, dijo en el Parlamento que en la hinchada de Peñarol "hay un conflicto muy fuerte de índole criminal", según constató la Dirección de Inteligencia. Además señaló que ni la Policía ni la seguridad privada tienen "la fuerza suficiente" para contener el malón de barrabravas.

En la comparecencia ante la Comisión Especial de Deportes de la Cámara de Diputados, Layera se refirió al hincha baleado el domingo 22 de octubre durante el partido de Peñarol y Rampla Juniors. "No se trató de una hinchada contra la otra, sino de situaciones internas de Peñarol. Hay un conflicto muy fuerte de índole criminal en ese ámbito; eso es lo que recoge Inteligencia", subrayó, según consta en la versión taquigráfica a la que accedió El País.

"El elemento sustantivo de la acción criminal ha contaminado con mucha más fuerza la barrabrava de Peñarol. Este es el punto crítico de esta situación", insistió.

Por otra parte, Layera admitió que no puede asegurar que el 100% de las personas que ingresaron a la tribuna Ámsterdam "fueron controladas eficientemente", por lo que el arma con que balearon al hincha de Peñarol pudo ingresar al espectáculo por "numerosas vías".

La Policía reconoció que si bien se hace revisión por drogas y armas, "hay dificultades para realizarla". Como ejemplo, Layera dijo que luego de hacer la revisación, no se puede asegurar y dejar lugares precintados, porque comienzan a entrar los proveedores de servicios. "Logramos un nivel de seguridad, pero no significa que vaya a permanecer así", advirtió.

En el caso del partido de Peñarol y Rampla, la revisión se hizo por parte de la seguridad privada. "Los grupos de barrabravas esperan hasta último momento e ingresan en malón a los escenarios. Entonces, muchas veces falla (esa revisión). No tenemos la fuerza suficiente, ni la seguridad privada ni la policía; tendríamos que aumentar significativamente el número de recursos humanos a emplear para prevenir estas situaciones", admitió Layera.

Según dijo, aquel día pretendieron ingresar entre 400 y 500 hinchas "en malón" entre el público, y "la revisación por escáner no es suficiente".

Durante su comparecencia, Layera diferenció lo sucedido con la barra de Peñarol en el estadio, del ataque a balazos en Santa Lucía que terminó con un joven hincha aurinegro fallecido y otros heridos, lo cual calificó de un "acto terrorista", similar al ocurrido en una maratón en Boston (Estados Unidos).

"No desconocemos el otro ingrediente que consiste en que personas sin antecedentes, con un alto nivel cultural de educación, cometan lo que nosotros definimos como acto terrorista, llevados por el fanatismo de un cuadro de fútbol. Lo de Santa Lucía es lo mismo que pasó cuando se corría una maratón. Por supuesto que quienes realizaron esos actos tenían otras ideas, pero los de acá también tenían otras ideas, dispararon contra una multitud, y no hubo más muertos aunque pudo haberlos", concluyó.

El fiscal de Corte, Jorge Díaz, alertó al Parlamento sobre lo que se conoce en doctrina como "fetichismo normativo", es decir, creer que todo se resuelve con leyes. "Desde el punto de vista penal, tenemos un conjunto de leyes que la realidad indica que no han servido para absolutamente nada, desde la ley de violencia en el deporte a la ley de faltas; normas que han sido totalmente disfuncionales porque, sistemáticamente, los operadores del sistema no las han aplicado", afirmó. Según dijo, en el ordenamiento jurídico "hay un conjunto muy importante de normas que son harto suficientes y muchas nunca se aplicaron". Por lo que concluyó que la violencia en el deporte se arregla con prevención, organización, disuasión y, eventualmente, represión.

MARIO LAYERA EN COMISIÓN ESPECIAL DE DEPORTES