La investigación administrativa llevada a cabo por la Facultad de Humanidades y Ciencias acerca del robo en marzo pasado de material del laboratorio del Grupo de Investigación Arqueológica Forense del Uruguay (GIAF), que trabaja en la búsqueda de restos de detenidos-desaparecidos durante la dictadura en predios militares, "no permitió identificar la autoría del hurto", según se desprende de una resolución firmada por el decano de esa casa de estudios, Álvaro Rico.

No obstante, las conclusiones de la investigación, publicadas en la página web de la Facultad de Humanidades y Ciencias, indican que el robo "no fue fruto del azar", sino que obedeció "a un accionar planificado" que "implicó necesariamente manejo de tiempos, selección de fecha, y conocimiento acerca de la labor efectuada por los integrantes del GIAF".

Por otro lado, la resolución del Consejo de la Facultad indica que el robo "se habría verificado entre el lunes 21 de marzo, luego de las 12:40 horas (...) y las 6:52 horas del lunes 28 de marzo de 2016, fecha en que fue denunciado".

De la investigación también se infiere que el hecho "se trató de un trabajo coordinado, con un propósito definido que contó con una adecuada planificación".

Por otro lado se estima que "es altamente probable que hubieran participado más de una persona y que eventualmente hubieran contado con algún tipo de vinculación o conexión previa con el bien (la sede de la facultad)".

Acerca de la motivación del robo, la resolución especula que haya sido "amedrentar al equipo (del GIAF), en un momento especialmente sensible, en el que se requería a través de los medios de comunicación, la colaboración de la ciudadanía para la continuidad de las investigaciones" tendientes a ubicar los restos de los detenidos-desaparecidos.

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