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Pese a las críticas recibidas, los argentinos aman a los uruguayos

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Verano en Punta dle Este. Foto: Ricardo Figueredo.

PUNTA DEL ESTE

Según los uruguayos, los argentinos que pasan sus vacaciones en Punta hablan demasiado fuerte, son agrandados, avasallantes y manejan en forma prepotente. Los vecinos destacan el buen trato y la amabilidad.

Verano en Punta dle Este. Foto: Ricardo Figueredo.
Verano en Punta dle Este. Foto: Ricardo Figueredo.

En una nota publicada hace una semana en LA NACION, uruguayos que veranean en Punta del Este explicaron cuáles son las cosas que más les molestan de los argentinos que invaden las costas uruguayas.

Según ellos, los argentinos que pasan sus vacaciones en Punta hablan demasiado fuerte, son agrandados, avasallantes y manejan en forma prepotente, entre otras críticas.

LA NACION salió a las playas de La Barra a preguntar lo opuesto: qué les molesta a los argentinos de los uruguayos, pero se quedó con las manos vacías: muy por el contrario, los turistas nacidos en la Argentina aman la forma de ser de los locatarios, sobre todo su educación, su amabilidad y su forma de ser sencilla.

Alejandra y Mariel son dos amigas que disfrutan del sol y del trato que reciben en Punta del Este. "Los uruguayos lo que quieren es que seas amable, que les hables bien. Si lo hacés, van a ser los más serviciales y buenos posible. En cambio, es el efecto feedback, si vos entrás y decís 'cuánto sale', 'qué es esto', 'traeme una coca', toda esa actitud soberbia, vamos a ser mal atendidos. No puedo decir nada malo de los uruguayos, al contrario, siempre han sido muy amables, muy educados en cualquier ámbito, ya sea en un servicio o en una pregunta en la calle", asegura Alejandra, que es de San Isidro y trabaja como organizadora de eventos deportivos.

A su lado, Mariel, que es odontóloga y vive en Belgrano, coincide: "Depende de cómo te mostrás vos, hasta ahora me trataron bien. Si vos los tratás bien, en general recibís buen trato. Ahora si el argentino se presenta como agrandado, con falta de respeto, recibís lo mismo".

José Chimotegui administra campos y va desde el año 80 a Punta del Este.  "Los uruguayos son muy buena gente, nos reciben siempre con integridad y respeto. Siempre me trataron bien, sin ningún problema, no hay peleas", responde a la pregunta.

Los uruguayos se quejan sobre todo de los porteños y marcan una diferencia con los argentinos de otras provincias. En esto coincide María, una ingeniera civil de Paraná, Entre Ríos: "Yo como soy entrerriana, estoy muy cerca. El uruguayo me parece divino, súper respetuoso, amable, está siempre de buen humor, respeta siempre las reglas de convivencia, de tránsito. Además es verdad, el argentino viene acá prepotente, conduce mal, se maneja a los gritos, sobre todo el porteño", asegura la ingeniera, que veranea desde hace veinte años en Punta y hace tres se compró una casa en La Barra.

Mario (65 años, empresario agropecuario) lee un libro mientras comparte un día de playa en compañía de su mujer, sus hijos y sus nietos: "Los uruguayos siguen siendo cordiales, como siempre lo fueron, la atención es excelente, la gente muy dada, no he visto problemas. Me parece que los argentinos están más calmos, no están estresados, no hay tanta bocina y eso ayuda a que podamos disfrutar todos".

Los mismo dicen Mariano (53, gerente de ventas de una empresa) y Pía (48, maestra jardinera) que van juntos hace bastantes años a Punta. Los dos remarcan "el trato que tiene la gente" en Uruguay. "El señor del parking del parador nos invitó a comer un asado a su casa", recuerda el hombre con una sonrisa.

"A mí me llama la atención, son amables, educados, siempre están atendiéndote, ofreciéndote, saben atender al turismo, te invitan a volver, tienen muy buen trato. En los negocios de ropa de mujeres las chicas siempre están viendo que estés bien, te explican, te cuentan... muy diferente a la Argentina, que ni te registran ni te miran, las vendedoras siguen con los celulares, charlando entre ellas", compara Pía.

Después de recoger más testimonios, el cronista decide darse por vencido. No puede encontrar un turista argentino que hable mal de un uruguayo. Al contrario, todos son elogios.

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