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Pescadores de Rocha reclaman suministro de energía eléctrica

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Laguna clave: los pescadores dicen que tener electricidad favorecerá la explotación sustentable y cuidado del ambiente. Foto: Nicolás Pereyra
Garzas y cisnes - Vista de embarcaciones de pesca artesanal y aves acuaticas en la Laguna de Rocha, departamento de Rocha, ND 20170426, foto Nicolas Pereyra - Archivo El Pais
Nicolas Pereyra/Archivo El Pais

ESPERAN NO VIVIR MÁS A OSCURAS

Se quejan 80 personas por no poder almacenar lo obtenido con sus redes.

Laguna clave: los pescadores dicen que tener electricidad favorecerá la explotación sustentable y cuidado del ambiente. Foto: Nicolás Pereyra
Laguna clave: los pescadores dicen que tener electricidad favorecerá la explotación sustentable y cuidado del ambiente. Foto: Nicolás Pereyra

Una comunidad de 80 personas que viven de la pesca en Laguna de Rocha están solicitando desde hace veinte años el acceso a los servicios de electrificación.

En un reciente comunicado público de la Asociación de Pescadores Artesanales de Lagunas Costeras de Rocha (Apalco), también dirigido a las autoridades departamentales de Rocha y a las nacionales, se explica que "en la pesca, es crucial la cadena de frio", pero en su caso, "al no contar con electricidad", les resulta imposible "almacenar y vender a mejor precio", realidad que los obliga a pescar menos y reduce por tanto las oportunidades para el desarrollo socioeconómico de sus familias y de la comunidad.

"Nos hemos movilizado, y el gobierno departamental se ha comprometido a dar solución a nuestra demanda. La coadministración del área protegida ha planteado dos opciones, el tendido aéreo, para lo cual la intendencia ya cuenta con los recursos, o una opción subterránea que nadie puede financiar, porque cuesta 10 veces más", se afirma en el comunicado.

"Las autoridades de la Dirección Nacional de Medio Ambiente siguen estudiando las opciones desde hace un año y nosotros seguimos a oscuras", resumen quienes dicen encontrarse cansados y decepcionados. "Hemos trabajado por este lugar, dando valor a la cultura de la pesca, somos patrimonio vivo pero nos sentimos desprotegidos ante una burocracia que se escuda bajo el discurso de la conservación del paisaje a costa de las personas que hacen parte del paisaje de Laguna de Rocha".

En relación a la tarea extractiva que realizan y el cuidado del medio ambiente, los propios pescadores indican que tienen cuatro generaciones viviendo de ese duro trabajo.

Una explotación sustentable de la laguna impulsada desde el Estado y la academia ha llevado a que los pescadores comprendan la necesidad de nuevas alternativas productivas.

"Desde hace 20 años nos hemos involucrado en la conservación de la Laguna de Rocha, a lo largo de todo el proceso de conformación del área protegida", se advierte en el comunicado. "Para esto hemos cambiado nuestras costumbres, para poder conservar de mejor manera los recursos pesqueros y la convivencia con la nueva institucionalidad ambiental del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP)".

Un cambio rotundo.

Por otra parte, los pescadores también recuerdan sus dificultades en el quehacer cotidiano, más allá de las actividades de pesca.

"Vivir sin luz es un desafío diario. Significa no poder hacer una vida normal como nuestros vecinos a 8 kilómetros en la misma Laguna de Rocha". Tampoco es posible conservar los alimentos en buen estado, ni cargar un celular para comunicarse o prender una computadora para que los hijos puedan estudiar, sostienen.

"En todo este tiempo venimos pidiendo el acceso a los servicios de electrificación, porque no es un regalo, es un derecho básico, una necesidad para poder vivir y trabajar dignamente. El único servicio, con el cual contamos, hace un par de años, es el agua potable y significó un cambio rotundo y positivo en nuestras vidas. Todo lo que hemos logrado ha sido con nuestro esfuerzo, nuestra organización y con mucha lucha".

Cámara de hielo.

En 1996, tras un convenio entre Programa de Conservación de la Biodiversidad y Desarrollo Sustentable en los Humedales del Este, y el Gobierno de Canadá, se consiguió la donación por parte de este país de una cámara de frío que tenía una capacidad de 1.500 a 2.000 kilos. La misma se instaló para que pudieran usufructuarla todos los pescadores vinculados a Apalco pero la cámara funcionó sin continuidad ya que el motor se averiaba a menudo.

Lo reclamado, la posibilidad de tener un sistema de frío adecuado para almacenar lo que se captura en el mar, permitiría a los trabajadores de este sector lograr además una mucho menor dependencia de los intermediarios al momento de la comercialización.

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