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Pescador halló balas de guerra

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Un pescador encontró antiguas municiones sumergidas en el sur de Lavalleja. Foto: @EjercitoUy

EN EL ARROYO SAUCE DEL SOLÍS

A metros de la Ruta 8 un pescador se encontró con cuatro proyectiles militares: dos balas de mortero y dos balas de tanque de guerra.

Un hombre salió a pescar al pequeño arroyo Sauce de Solís y se encontró con cuatro proyectiles de origen militar. El pescador había bordeado la costa y elegido un "pesquero". Estaba a apenas 40 metros de la Ruta 8, a la altura del kilómetro 74, 600.

Caña en mano, se arrimó al agua y pudo ver entre las piedras cuatro artefactos que lo sorprendieron. Retrocedió y llamó al 911. Al poco rato aparecieron los Bomberos, la Policía de Soca (Canelones) y más tarde el equipo de Desactivación de Artefactos Terroristas del Ejército.

El hallazgo se produjo a la hora 9.00 de ayer en un lugar deshabitado y rodeado de montes de eucaliptos de reciente cosecha, pero concurrido por familias del cercano Solís de Mataojo, un pueblo ubicado a cuatro kilómetros del lugar.

Los proyectiles estaban muy cerca de un puente de hormigón al que se accede desde la ruta por un largo trillo, sin necesidad de cruzar alambrados. Estaban colocados a escasa profundidad. Eran notoriamente visibles, donde hasta hace poco tiempo había un pajonal.

Los especialistas en explosivos del Ejército Nacional presumen que estaban bajo agua desde hace mucho tiempo puesto que presentaban gran cantidad de herrumbre.

Al parecer, se trata de dos granadas de mortero de 81 milímetros y dos proyectiles de tanque de guerra similares a los utilizados durante la última etapa de la Segunda Guerra Mundial, que llegaron a Uruguay en la década de 1960.

Al respecto, el jefe del Servicio de Material y Armamento (SMA), teniente coronel Claudio Suárez, confirmó a El País que se trata de material antiguo. "Hace 30 años que presto servicio en el Ejército y nunca usé esa munición", aseguró.

Durante la década de 1960 no existían los mismos protocolos de seguridad en la maniobras que se aplican en la actualidad. "Esto no va a pasar nunca con la munición actual. Todo lo que se dispara hoy en día se contabiliza. Cuando algo no estalla, se señala el lugar donde está y posteriormente van los expertos a recogerlo y lo hacen detonar", indicó Suárez.

En el operativo de ayer se resolvió no hacer un rastrillaje sobre el curso de agua. Suárez indicó que esa decisión se tomó luego de ver la posición en que habían sido colocados los artefactos. "Alguien que los encontró y luego quiso deshacerse de ellos", dijo.

Peligro.

Una de las balas de mortero tenía posibilidades de estallar. Contenía 30 gramos de explosivo TNT, la carga que se utiliza en las maniobras de entrenamiento militar. Ese material en situación de guerra lleva 400 gramos del producto.

Para evitar riesgos en el transporte, ese dispositivo fue sometido a una explosión controlada en el mismo lugar del hallazgo, según informó el vocero del Ejército, Julio Olivares.

Si bien hasta ayer no había una explicación sobre el hallazgo, el jerarca castrense indicó que se presume que un cazador pudo haber encontrado los artefactos en la zona de ejercicios militares y luego haberlos colocado en el curso de agua.

En el momento de la explosión había una familia haciendo camping en el arroyo. Tuvo que ser desalojada. El tránsito fue cortado durante algunos minutos en un radio de un kilómetro alrededor del lugar.

A unos 20 kilómetros del lugar se encuentra el campo de entrenamiento del Ejército "Abra de Castellanos". Los militares especulan con que los proyectiles hayan sido extraídos de ese lugar. No obstante, es muy difícil que alguien haya cubierto esa distancia a pie, ya que hay un arroyo en el medio.

"La que se hizo detonar es una munición que se usaba en la Segunda Guerra Mundial para romper los blindajes de los tanques. Como se ve en las películas, se les tira para que se le rompa la mecánica y no pueda seguir avanzando", explicó el vocero del Ejército a El País.

La pieza, digna de un museo de guerra, no tenia ningún valor militar en la actualidad explicó el vocero. Olivares dijo que los efectivos realizaron un rastrillaje de la zona para ver si se encontraba otro tipo de municiones pero el resultado fue negativo. "No encontramos más nada que estas cuatro municiones descubiertas por el pescador", dijo.

El estudio del lugar y los artefactos descartó de plano que hayan podido caer por un error de ejercicio militar. "Las probabilidades de que caigan las cuatro juntas en esa posición son mínimas", dijo el vocero.

El campo militar lindero donde se realizan los ejercicios de práctica no tiene más protección que un campo común. "Estamos hablando de que todo el campo tiene zonas linderas. A pie cualquiera puede entrar bajo riesgo propio. El que se mete sabe la peligrosidad", dijo.

Proyectiles

La calma del arroyo Sauce de Solís, ubicado cerca del límite entre Canelones y Lavalleja, fue cortada en la mañana de ayer cuando un pescador se encontró con cuatro proyectiles bajo el agua. Solo una de ellas tenía carga explosiva. Su fabricación se remonta a la Segunda Guerra Mundial y llegaron a Uruguay en la década de 1960.

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