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"El país necesita líderes con proyecto de futuro"

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Jorge Larrañaga por Arotxa.

LA ENTREVISTA DEL DOMINGO

Jorge Larrañaga y la "Agenda para el Progreso".

El conductor de Alianza Nacional Jorge Larrañaga planteó que el país necesita líderes con proyecto, y que la idea es “ganar sumando para gobernar sumando”. En la entrevista sostuvo que el Frente Amplio, al revés, ha ganado dividiendo a la sociedad y gobierna de la misma manera. “No hacen falta los iluminados, sino ideas de vanguardia y gente capacitada para llevarlas adelante”, sostuvo el senador nacionalista.

—¿Por qué lanza la Agenda para el Progreso?

—En el Frente Amplio domina el principio de la negación. Al negar los problemas niegan a la gente que tiene esos problemas. Es una política de hacer como el avestruz. Hay sectores del Frente que fogonean prejuicios, pretenden instalar la resignación y así no puede haber algo superador. Por eso le planteamos al partido juntarnos contra la resignación, no es algo contra el Frente. Juntarnos los que queremos cambiar las cosas. El Frente utiliza la división, ha ganado y gobernado dividiendo. Y la oposición solamente gana sumando. Queremos ganar sumando para gobernar sumando porque van a faltar las mayorías absolutas.

Al proyecto frenteamplista, que es cultural y político, lo tiene que sustituir algo más grande, serio, responsable, viable. En este tiempo lo que falta es liderazgo. El país precisa líderes con proyecto. No hacen falta los iluminados, sino ideas de vanguardia y gente capacitada para llevarlas adelante.

—Usted propone alcanzar "niveles de desarrollo humano de primer mundo", según dice el documento presentado al partido. ¿Para conseguir esa meta qué hay que atacar primero, la educación o la seguridad pública?

—Tenemos un gravísimo problema de convivencia en el país, que afecta la paz pública. Eso se percibe en expresiones de violencia que impactan. Seguridad y Educación están relacionadas. Hay que atacar los temas educativos. Y también hay que enfrentar la seguridad. En el país está faltando orden, respeto, autoridad, límites, que son las bases de la libertad. Mucha gente percibe que la policía no ejerce la autoridad. Los dos son temas centrales. En el documento hay respuestas concretas.

En materia de seguridad, el documento de Larrañaga sostiene que el objetivo requiere atender algunas cuestiones de urgencia, como la ola de inseguridad pública que lastima a la sociedad uruguaya y, a la vez, realizar reformas estructurales en áreas clave del país. Plantea que haya un rol activo en el combate a la delincuencia, acudiendo a todos los recursos humanos disponibles, incluyendo la creación de fuerzas de seguridad con efectivos provenientes de las Fuerzas Armadas (Guardia Nacional).

—El documento habla de transparencia en el Estado. ¿Qué papel juega la ética en todo esto a raíz de los últimos sucesos conocidos que involucran incluso al presidente de la República?

—En esto no hay nueva ni vieja política, sino valores que siempre se han tenido que defender. Gobernar con probidad y honestidad es un deber ser. Es una obligación actuar de acuerdo con los parámetros de la ética. Hay que cambiar la forma como se lleva adelante el gobierno. Eso es fundamental, clarísimo. El gobierno tiene que estar al servicio de la gente y no al servicio de una fuerza política o de las corporaciones. Y mucho menos al servicio de los políticos. Hay que terminar con los privilegios desde el poder. Hoy hay una exigencia superior del ciudadano. Son necesarias reformas estructurales.

En el capítulo denominado "El Estado y el ciudadano", el documento establece que "las instituciones deben servir al ciudadano y no constituir un obstáculo para su crecimiento. Debemos asistir a una reforma del "Poder" generando más controles —y sanciones— y más transparencia, de modo de defender al buen gobierno y a la política. Es necesario instrumentar una reforma política, un nuevo contrato político en lo más esencial del concepto, mediante un consenso ético, que lleve a regenerar la confianza ciudadana".

—En el documento se están proponiendo reformas fiscales estructurales mediante un acuerdo político. ¿Cuánto incide en la falta de diálogo gobierno-oposición la mayoría parlamentaria que tiene el Frente Amplio?

—Es evidente que la mayoría parlamentaría del Frente han estimulado la política de la división. Entonces el diálogo político se fragiliza. Esto es evidente, evidente. Queremos el desarrollo humano y eso requiere de reformas estructurales, reformas fiscales, una reforma educativa, un rediseño geopolítico interno, federalizando y regionalizando cometidos.

Larrañaga propone ir hacia una reforma fiscal, una nueva arquitectura fiscal para converger hacia un Estado más eficiente y menos pesado, donde la recomposición de las finanzas públicas será uno de los principales desafíos de la política económica. El futuro gobierno deberá llevar adelante un diálogo nacional amplio para implementar reformas fiscales estructurales que fortalezcan la institucionalidad y sostenibilidad de las finanzas públicas.

Así, plantea que esta línea de reformas debería estar orientada hacia el establecimiento de una nueva regla fiscal efectiva.

—En otra parte del documento se propone mejorar la inserción comercial internacional. Hoy no se concreta por diferencias internas en la propia fuerza de gobierno. ¿Se podrían mejorar las relaciones comerciales en un gobierno blanco?

—Se podrá hacer con China, con Chile. El mundo cambia y nosotros no cambiamos. Tenemos que adecuarnos a esa realidad, avanzar por ese camino. Chile tiene un centenar de Tratados de Libre Comercio con distintos países y bloques. Hay que salir del encierro de prejuicios ideológicos donde el país queda de rehén de un par de senadores del Frente Amplio.

—Acerca de las relaciones laborales usted plantea una nueva generación de Consejos de Salarios, en los cuales la productividad sea el eje de las mejoras de salario real. ¿Cómo se logra con una central sindical como la nuestra?

—Dialogando, dialogando. Será otro tiempo en la vida política del país. El poder sindical tendrá que advertir que habrá un gobierno nuevo que estará apoyado en mayorías parlamentarias. Por eso decimos que vamos a gobernar sumando en lo político. Con los sindicatos tendremos diferencias y habrá situaciones complejas de conflicto. Y tendremos coincidencias, pero no podemos perder el diálogo. Queremos relaciones laborales colaborativas y no de confrontación. Los países no avanzan en el conflicto permanente.

En el documento se advierte que los cambios futuros en el empleo determinan la necesidad de ir paulatinamente modernizando y adecuando los marcos que definen las relaciones laborales en Uruguay, sin que ello implique debilitar ni desproteger la situación de los trabajadores. El paradigma sobre el cual se debe cimentar esta modernización es el de relaciones laborales colaborativas, con una nueva generación de Consejos de Salarios, en los cuales la productividad será el eje de las mejoras de salario real. Se deberá institucionalizar la coordinación entre sistema educativo, trabajadores y empresarios.

Asimismo, en materia educativa el documento señala que el país necesita una reforma de su estructura educativa. No podemos responder a los desafíos formativos del tercer milenio con herramientas construidas en el siglo XIX y en las primeras décadas del XX, sostiene en concreto.

—¿Cuál sería la primera medida que tomaría el Partido Nacional en materia educativa, antes incluso de proponer una reforma del sistema?

—Sería definir el rumbo con el liderazgo de las autoridades educativas. Delinear la política educativa es algo que no puede estar resignado a los cooperativismos. Es una definición imprescindible. Hay que dar un espaldarazo al principio de más y mejor educación pública. Es imprescindible dotar al Codicen de la ANEP de mayores potestades en la definición de las políticas públicas de educación, en la distribución de recursos presupuestales y en la coordinación de las diversas ramas, sectores y niveles educativos. Los resultados de la calidad educativa son un objetivo central. Ese es el arranque, la definición de los roles para llevar adelante los parámetros de una política educativa.

—¿Un gobierno blanco le daría participación a la izquierda en el Codicen, algo que a la inversa no sucedió en este gobierno de Vázquez?

—Ese punto tendremos que analizarlo. Habrá que ver de mantener las mayorías en el Codicen. Estamos de acuerdo con la representación de las organizaciones docentes, eso lo hemos defendido. No cree-mos que los problemas hayan surgido por la representación docente. Las corporaciones terminan muchas veces sobreponiéndose al Poder Ejecutivo en el Codicen. Lo básico es la definición política sobre el rumbo en la educación, insisto, y después ver cómo podemos llevar adelante la representación de los partidos. Lo peor es no saber adónde ir.

"Antes que nada está el partido nacional".

La última semana de febrero Jorge Larrañaga concurrió a presentar el plan de desarrollo "Agenda para el Progreso" a la sede del directorio del Partido Nacional. En atención a la unidad partidaria y porque considera que el partido está antes que los hombres, retornó a la sede del ejecutivo luego de que en 2014 afirmara, tras perder la interna con Luis Lacalle Pou, que no volvería a subir las escalinatas de la vieja casona de Juan Carlos Gómez. "Subo nuevamente estas escaleras con firmeza, compromiso y convicción. El país nos necesita a todos; no hay otro sentimiento o situación en el pasado que importe más que sacar Uruguay adelante, con unidad", afirmó. Larrañaga explicó a los periodistas que las palabras que expresó aquel primero de junio de 2014, tras perder la interna, fueron dichas en un momento de "mucho dolor", pero explicó que por sobre todo está el Partido Nacional y el rol que debe tener para cambiar la sociedad.

"El dinero para las intendencias no es dádiva".

—El documento señala la necesidad de "asegurar la autonomía financiera para la descentralización. Y dice que no puede haber descentralización efectiva sin "descentralizar la caja". ¿Cómo se descentraliza la caja? ¿No es válido el Fondo de Desarrollo del Interior?

—Sí claro que sirve. Está previsto en la Constitución como aporte del Partido Nacional. Esos fondos que otorga el Poder Ejecutivo para desarrollo del interior no deben ser tomados como una dádiva, como si les hicieran un favor a los gobiernos departamentales. Descentralizar la caja fuerte se debe hacer a través del fondo de desarrollo, a través de políticas activas que permitan el desarrollo local. En el norte del país, postergado y olvidado debe haber políticas de frontera. Ni hablemos del rezago en inversión en infraestructura con el destrato que se le hace al interior. Es necesaria una reforma mental para vencer el flagelo del centralismo".

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