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Nueve meses después de una tragedia, nació una biblioteca

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El rincón infantil de la biblioteca "Nuestros hijos" , ubicada en Carrasco. Foto: M.Bonjour

SACANDO VALOR DE UN TRISTE RECUERDO

Familiares de las víctimas de Los Andes siguen al frente del emprendimiento.

El rincón infantil de la biblioteca "Nuestros hijos" , ubicada en Carrasco. Foto: M.Bonjour
El rincón infantil de la biblioteca "Nuestros hijos" , ubicada en Carrasco. Foto: M.Bonjour

Nueve meses después de la tragedia de los Andes, un grupo integrado por trece madres de los jóvenes que murieron en la montaña dio vida a la biblioteca "Nuestros Hijos", que el viernes realizó una actividad de cierre de año, coincidiendo con el 45° aniversario de la tragedia.

Hoy, la biblioteca cuenta con unos 400 socios, entre niños, jóvenes y adultos, realiza charlas con autores, incorpora novedades mensualmente, tiene acuerdos con ONG y cumple con diversas actividades.

Se financia con el "Club de la Lectura" (que tiene más de 10.000 volúmenes recreativos en español, francés e inglés) y con "padrinos" que respaldan un emprendimiento sociocultural que por siempre estará vinculado a una de las historias más universales del Uruguay.

También posee un salón de lectura para estudiantes y una escuela de informática gratuita. Y está conformando bibliotecas en el interior, así como en casas de tercera edad y cárceles.

Pero el comienzo fue mucho más humilde. Hace casi 45 años, las madres fundadoras contrataron un camioncito con parlantes desde el que se voceaba el anuncio de la apertura de una biblioteca estudiantil gratuita, y se pedían textos de estudio y otros recreativos para formar el club e iniciar un sistema de becas.

Al principio obtuvieron una habitación en el Hotel Carrasco que se llenó de libros. Tuvieron que poner una tabla en la bañera para seguir acumulando textos hasta que, finalmente, el hotel les entregó un sector más amplio en la planta baja, con una doble puerta de madera que daba directamente hacia la calle.

Cuando el icono hotelero de Carrasco cerró, la biblioteca tuvo que mudarse a una casa del barrio, hasta que la Intendencia les cedió el espacio actual, que es patrimonio histórico nacional por haber estado allí el estudio del arquitecto Juan Antonio Scasso, creador del proyecto de construcción del Estadio Centenario. Se dice que en el jardín, que todavía conserva un aljibe de época, Scasso se reunía muchas veces a conversar con su amiga Juana de Ibarbourou.

Unidas por la tragedia

"Esta es una obra que empezaron las madres de los chicos que no volvieron", relató a El País Estela Pérez del Castillo, presidenta de la Comisión Directiva y hermana del capitán del equipo de rugby Marcelo Pérez del Castillo, fallecido en la montaña.

"Cuando mamá vino a casa y me dijo que se iba a juntar con otras madres del accidente, yo pensé: qué desastre, se van a pasar llorando todo el día. Y efectivamente, cuando se empezaron a reunir hablaban 90% del accidente y 10% de la obra que iban a hacer. Pero finalmente fue al revés: para ellas lo más importante fue sublimar su dolor transformándolo en algo positivo para los demás. Y esos demás que ellas se fijaron como objetivo, fueron estudiantes como lo eran sus hijos, pero que no tenían las posibilidades de acceder a los libros", agregó Estela Pérez del Castillo.

Luego de décadas de intensa labor, en 2009 las madres fundadoras cedieron su lugar en la Comisión Directiva a sus hijas, nueras y voluntarias, quienes hoy llevan adelante la gestión de la biblioteca.

Durante los festejos de fin de año, que incluyeron un sorteo de regalos y un espectáculo con villancicos, se encontraban presentes tres de las cuatro madres fundadoras sobrevivientes: Selva Maquirriain, Raquel Nicolich y Bimba Storm. Por problemas de salud, no pudo ir Raquel Nogueira. También estuvo Gustavo Zerbino, uno de los que pudo escapar de pesadilla de la montaña y trajo a los familiares objetos y cartas de los fallecidos.

"Yo soy socio desde el primer día. Me parece que es una acción extraordinaria, de unas madres maravillosas que manifestaron el amor por sus hijos ayudando a niños que no podían leer", relató Zerbino a El País.

Sistema de socios y becas para estudiantes

"Nuestros Hijos" es una asociación civil sin fines de lucro que trabaja para promover la lectura, la instrucción y el desarrollo cultural de niños, adolescentes y adultos. Su labor es posible gracias al aporte mensual de aproximadamente 400 socios, el apoyo de firmas, organizaciones y voluntarios.

Todos los meses adquiere novedades literarias y recibe la sugerencia de los lectores sobre qué libros comprar. Esto le permite a estudiantes de bajos recursos acceder a libros en forma gratuita.

El socio "amigo" puede retirar hasta dos libros por mes durante 15 días, con opción a renovarlos, por $ 280. El "activo" puede sacar hasta tres libros cada vez durante 15 días, también con posibilidad de renovarlos, por $ 530. A su vez, hay una cuota mensual para todos los integrantes del núcleo familiar, de $ 700.

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