En familia debutó a los 8 años y poco después la premió Phil Collins.

Cuando Angelina Green Spinzi terminó de cantar la balada I’ll Stand by You en el certamen musical America’s Got Talent que se está desarrollando en los Ángeles, California, miles de espectadores y los jurados se pusieron de pie para aplaudirla.

La imponente y a la vez dulce interpretación que hizo la joven de 13 años, dotada de un impresionante registro vocal, llegó a Uruguay el pasado 11 de julio gracias a la emisión —por el canal Sony— de ese programa que busca talentos.

En aquella noche, frente a la pantalla, en un apartamento de Punta del Este, sonrisas y llantos expresaban la emoción de Aníbal y su esposa Teresita, los abuelos de Angelina, paraguayos que dejaron atrás el trabajo ganadero en campos guaraníes y se radicaron hace 30 años en Maldonado.

El matrimonio espera ahora las finales del 15 de agosto mientras continúa recibiendo felicitaciones de amigos y allegados que conocieron a Angelina cuando comenzó a gatear en la música y aún antes, en imágenes de una ecografía de los primeros meses del embarazo de su madre, Julieta Spinzi, paraguaya también pero por entonces usuaria del Sanatorio Cantegril de Punta del Este.

El abuelo Aníbal recuerda con una sonrisa que, ante aquel primario estudio, los especialistas dijeron que posiblemente el bebé sería un varón. Enseguida el hombre pasa a rememorar los años en que comenzó a enseñarle música a Angelina, en la península, con clases de piano y violín, a las que se sumaron después las de ukelele pero a cargo de profesoras contratadas en Miami, Estados Unidos, en donde nació la niña, al igual que su hermano Julián, de 10 años, que hoy toca el piano y canta, pero parece más interesado por el cine.

También en Punta del Este, en el salón de eventos de Company, durante un cumpleaños, Angelina hizo su debut artístico a los 8 años, cuando sin que nadie se lo pidiera solicitó un micrófono y se largó a cantar, acompañada por la orquesta que amenizaba la fiesta.

Angelina, que habla a la perfección español e inglés y también se las ingenia con el guaraní, estuvo hace un año en Uruguay, en donde tiene amigos y cada vez que puede viajar con su madre disfruta mucho de las playas oceánicas.

Como lo reveló frente a las cámaras, de chica se refugió en la música para sobrellevar y superar el divorcio de sus padres en los Estados Unidos, una ruptura violenta, con distanciamiento total de la figura paterna, algo que entristeció a la familia e hirió más a los niños.

Intentando así aprender a vivir con el dolor, parece que Angelina no se equivocó en su opción, y como ha dicho su madre, no tiene miedo al fracaso.

El primer famoso que premió su canto fue Phil Collins, al concederle una beca para estudiar canto en Nueva York durante un año, después de que se la considerara la mejor intérprete de una audición organizada por el propio cantante, músico y compositor británico.

Éste incluso la contrató para cantar en una cena de gala benéfica para su fundación Little Dreams, en Miami. Y allí otra vez se lució Angelina, como quizás pronto lo hará con letras y músicas de su autoría que ya empezó a grabar, según contó a El País su abuelo Aníbal, también compositor de unos cuarenta temas de raíz folclórica. Para él, entre las sorpresas que seguirá dando Angelina, no se descarta que cante un tango.

Cuando el jurado presionó el botón dorado, una lluvia de papelitos cayó sobre Angelina. Fue un éxito aplaudido de pie por tres mil espectadores y el jurado de un programa que busca talentos en Estados Unidos. Antes, Phil Collins la había premiado con una beca de estudios de canto por un año en Nueva York.

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