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Nin defiende el derecho de Uruguay a negociar un TLC

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Relativizó la incidencia de la cláusula que impide negociar en solitario.

El canciller Rodolfo Nin Novoa hizo una enfática defensa del derecho de Uruguay a buscar un acuerdo de libre comercio bilateral con China, en momentos en que, tras el entusiasmo inicial del gobierno, aparecen interrogantes respecto a si ese camino en solitario podrá efectivamente ser recorrido por el país.

En declaraciones a varios medios, Nin Novoa, relativizó la incidencia de la famosa decisión 32 del Mercosur del año 2000 que establece que ninguno de los socios del bloque regional podrá buscar acuerdos de libre comercio en solitario con otros bloques o países.

"La cláusula 32 no está internalizada en ninguna legislación de los países. La cláusula 32 es una declaración de principios, es programática, pero ninguno de los países del Mercosur la internalizó, no tiene fuerza de ley. La 32 además está precedida de la 31, la 29, la 28, que establecían que no se deberían establecer obstáculos al comercio (...) hemos visto muchas trabas al comercio de nuestros propios socios del Mercosur", dijo el ministro a Radio Sarandí.

El canciller dijo al programa Rompkbzas de radio El Espectador que no se realizará ninguna ronda especial de información a los socios sobre el posible acuerdo, ya que todo se ha hecho de forma pública.

Agregó que la idea es plantear un "acuerdo marco" que permita que los otros socios se sumen y aseguró que la desgravación de aranceles puede ser tan gradual y parcial como cada país quiera.

Recordó que China ofreció en su momento al Mercosur un TLC y que esa oferta nunca fue respondida. Y señaló que le resultaron alentadores los primeros comentarios sobre la posibilidad de un acuerdo Uruguay-China que hizo el presidente argentino Mauricio Macri. "Comparto la primera frase de que le gustaría ir todos juntos. A mí también. Pero si alguien no mueve, ... estaba muy quieta la cosa", dijo Nin Novoa.

"La peor situación es la de quedarse de brazos cruzados esperando que otros inicien la movida y esperando que nos inviten a participar. Nosotros movemos e invitamos a participar a todos nuestros socios del Mercosur", le dijo a la agencia EFE el canciller.

Pero al mismo tiempo, Brasil, que hasta ahora no se pronunció oficialmente sobre la pretensión uruguaya, pero dejó traslucir su recelo, salió a poner en valor los resultados de la última ronda de conversaciones con la Unión Europea de la semana pasada en Bruselas, que el Mercosur sí realiza como bloque como marcando que esa es su prioridad.

"De manera general, los jefes de los equipos de negociación expresaron su satisfacción con los resultados de un encuentro productivo y constructivo que resultó en progresos en una serie amplia de temas", señala un comunicado de la cancillería brasileña.

Uruguay comparte la voluntad de acercarse a la UE y de hecho presionó junto a Brasil a Argentina, entonces gobernada por la ex presidente Cristina Fernández cuya política tenía componentes proteccionistas, para que se hiciera una oferta ambiciosa de desgravación arancelaria a la Unión Europea.

Pero al mismo tiempo está impaciente, porque las conversaciones con la UE llevan más de una década y están lejos de cerrarse, en parte por la presión de algunos países europeos recelosos de la competitividad en materia agropecuaria de los países del Mercosur (Francia es uno de esos países).

Cautela.

Posiblemente el canciller Nin Novoa sepa que está ingresando en un terreno en el que tendrá que moverse con mucho cuidado.

Hace bien poco tuvo un encontronazo con Brasil al que terminó pidiéndole disculpas. Fue luego de que insinuara en la comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Senadores que Brasil y, particularmente, su nuevo canciller, Jose Serra, había intentado "comprar" un cambio de postura de Uruguay que defendió todo lo que pudo la posición de que correspondía al cuestionado gobierno de Venezuela la presidencia temporal del Mercosur.

Luego Uruguay se avino, con una abstención, a que el Mercosur tenga una conducción colegiada hasta fin de año lo que, en los hechos, dejó sin efecto la presidencia venezolana del Mercosur. Argentina, Paraguay y, sobre todo, Brasil, impusieron su opinión de que de ninguna manera el cuestionado presidente Nicolás Maduro podía conducir al bloque.

Luego el presidente Tabaré Vázquez se reunió en Nueva York con su colega brasileño, Michel Temer, al que hasta entonces había evitado disgustado, al igual que el conjunto del Frente Amplio, con la destitución de la presidente Dilma Rousseff.

Pero el pragmatismo y la necesidad de mantener la vinculación comercial con un país del tamaño de Brasil se impusieron y Vázquez conversó con Serra y Temer en un aparte de la Asamblea General de la ONU. Interpretó de esa charla que Brasil compartía su postura de que el Mercosur debe abrirse al mundo y que por lo tanto un acuerdo bilateral Uruguay-China sería aceptable. Pero esta semana ya vinieron señales de frialdad desde Brasil y revivió el fantasma del veto norteño al acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos que Vázquez buscó durante su primer mandato. Y el presidente de Argentina, Mauricio Macri, fue ambiguo y deslizó que su preferencia es que el Mercosur negocie en conjunto con el gigante asiático. Eso es algo que dilataría las tratativas y haría difícil cumplir con el objetivo del gobierno de firmar en 2018.

Apoyo a un acercamiento a la Alianza del Pacífico.

El presidente provisional del Senado argentino, Federico Pinedo, es partidario de una mayor vinculación entre Mercosur y la Alianza del Pacífico y, asimismo, celebra la recuperación de Brasil, un "socio principal" de su país.

Pinedo está en España para dar varias conferencias y, en conversación con EFE, señaló que Argentina apuesta por Mercosur y por una creciente sintonía con los países de la Alianza del Pacífico (México, Chile, Colombia y Perú), que agrupan a unos doscientos millones de habitantes.

Opertti cree que TLC bilateral implicaría renunciar al bloque.

El excanciller Didier Opertti entiende que, más allá de que hay distintas opiniones, es claro que la resolución 32 del Mercosur está vigente, más allá de que se puede modificar y seguramente sea conveniente hacerlo. Recordó que durante el gobierno del expresidente Jorge Batlle, cuando él era canciller, se consiguió explícitamente una especie de "waiver" para que Uruguay tuviese un acuerdo de libre comercio con México, asumiendo precisamente que esa resolución estaba vigente. "El Consejo Mercado Común la adoptó y es el Consejo el que debe modificarla. Esta vigente y no le hace bien a un planteo riguroso decir que no está. Desde hace tiempo se debate el tema. No hubo un proceso de internalización, pero el país la utilizó", sostuvo Opertti.

Opertti también hizo una advertencia respecto al anuncio del gobierno de Uruguay de que en 2018 sería posible cerrar un acuerdo. "Puede ser inconveniente establecer plazos perentorios que pueden ser una ilusión, una expresión de deseos", advirtió. Y también dejó claro que piensa que si Uruguay llegase a un acuerdo bilateral con China, que implicase una "perforación" de la unión aduanera, implicaría "una renuncia tácita al Mercosur" y habría que antes determinar si el país está dispuesto " a asumir ese costo".

Además, según Opertti, en el oficialismo la posición con respecto a un tratado de libre comercio con China "no es unánime" y "es ahí donde empieza la cosa". "El gobierno tiene primero que alinear" al propio oficialismo, entiende Opertti.

El ex canciller comparte la preocupación del actual gobierno respecto al hecho de que "la política comercial común del Mercosur no avanzó y está anclado".

Opertti también entiende que el hecho de que Paraguay no tenga relaciones diplomáticas con la República Popular China no sería un obstáculo jurídico para que el Mercosur como tal firme un TLC con ese país.

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