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Militares le dieron dos identidades

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Vino a presentar su libro y tenía previsto retornar a España, pero la Justicia quiere que declare.
[[[LEO CARRENO LEONA1803@GMAIL ]]]

Héctor Amodio Pérez abandonó Uruguay el 13 de octubre de 1973 junto a su esposa, Alicia Rey, portando dos juegos de pasaportes y cédulas uruguayos con nuevas identidades que le proporcionaron militares de alto rango del batallón Florida.

En uno de ellos figuraba como Walter Salvador Correa Barboza y en el otro como Gustavo Silva. El viernes pasado ingresó a Uruguay como Walter Salvador Correa, aunque el documento es español ya que en los años que residió en Madrid obtuvo la ciudadanía legal.

En el libro "Palabra de Amodio, la historia de los tupamaros", escrito por el investigador y exsecretario del Partido Demócrata Cristiano, Jorge Marius, el propio Amodio relata cómo obtuvo las nuevas identidades.

Explica que el 7 de mayo de 1973, luego de dar una histórica conferencia de prensa, volvió junto al coronel Ramón Trabal al Regimiento 9no. de Caballería. Dice haber tenido una fuerte discusión en el despacho del general Esteban Cristi por lo que más tarde, cuando cenaba con Trabal y su pareja Alicia Rey, le pidió una rápida solución para dejar el país. "Si por mí fuera, se iban mañana mismo", dijo Trabal. ¿Sabés quién nos va a hacer los documentos?, le pregunté. "Yo", me respondió. ¿Y entonces por qué no los hacés?, continué. "Si no decís nada, mañana mando a hacerles las fotos", fue su promesa. Efectivamente, al día siguiente por la tarde apareció el capitán (Asencio) Lucero, acompañado de un civil que traía un bolso con todo lo necesario. En una oficina hicimos sitio para ubicar las tablillas con los números de identificación y nos hicimos las fotos. Entregamos los nombres que habíamos elegido y tres días después mi padre nos trajo las cédulas, credenciales y pasaportes", cuenta Amodio en el libro.

Luego agrega que en octubre de ese mismo año, Cristi, a quien en otro tramo del libro califica como "estúpido ignorante", decidió cumplir su promesa, es decir, la parte del pacto que les tocaba a los militares luego de que Amodio se comprometiera, según afirma, a "ordenar papeles" para la Ocoa.

"Cuando cinco meses después Cristi se decidió a cumplir la parte del acuerdo que le correspondía y envió a hacernos las fotos para la documentación, no dijimos nada y nos pidieron los nombres que íbamos a usar. Les dimos otros, y cuando nos los entregaron —el propio Cristi los llevó al noveno— ya teníamos decidido que usaríamos los de Trabal, por una razón de confianza. El día 12 de octubre supimos que al día siguiente nos marchábamos. Hicimos avisar a mis padres y el 13 comimos con ellos, para despedirnos. Por falta de tiempo nos marchamos sin despedirnos de la familia de Alicia, los que estuvieron avisados telefónicamente. Mis padres supieron que los encargados de trasladarnos eran (el entonces coronel Luis Vicente) Queirolo y (el mayor Armando) Méndez, quienes nos merecían total confianza", relata Amodio.

Cuenta que el viaje hasta Rivera con ambos militares fue en un auto Fiat amarillo conducido por Queirolo. "Allí nos separamos. Cenamos en Rivera y pasamos la frontera hacia Brasil, donde pasamos la noche. Alicia miró atrás, como despedida. Yo no lo hice y me prometí que nunca volvería. El 14, muy temprano, en ómnibus, salimos hacia San Pablo, adonde llegamos el 15 por la mañana. Compramos los billetes en Varig para salir de Congonhas ese mismo día", indica. Allí se embarcó en un vuelo de Varig hacia España, donde reside con su nueva identidad.

MANTUVO EL OFICIO.

Reconocido en el rubro imprenta.

Amodio Pérez afirma que en España se hizo de un prestigio en el rubro de las imprentas y la edición de libros, un oficio que aprendió y ejerció en el Uruguay antes de pasar a la clandestinidad como miembro fundador del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Hasta ahora no se conocía el nombre con el que se manejó en la clandestinidad durante cuatro décadas. Según los registros mercantiles españoles, Walter Salvador Correa Barboza ha ocupado cargos en tres empresas, algunas de ellas vinculadas al rubro de las artes gráficas. El primer nombramiento fue el 22 de octubre de 1996 y el último el 14 de mayo de 2003.

En la entrevista que en 2013 Amodio Pérez concedió al periodista Gabriel Pereyra, contó que su conocimiento del oficio le abrió puertas y le permitió hacerse de un prestigio, aunque no proporcionó su nueva identidad.

"Mi trabajo en el BP Color me dio experiencia en el sistema de impresión Offset que en España no se conocía. Vine a España sabiendo más del oficio que gente que llevaba 25 años trabajando en un sistema tipográfico antiguo. Entré a una imprenta y yo sabía más que el resto", explicó.

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