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El miedo se trasladó de la cancha a los tribunales

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Servetti, 54 años, protegía a Luis "Ronco" López y recibió un disparo. Foto: F. Ponzetto
Hombre Baleado, padre de un futbolista de Rampla, en partido de Rampla vs Cerro de tercera division, ND 20170518 foto Fernando Ponzetto - Archivo El Pais
Fernando Ponzetto/Archivo El Pais

Hay tres detenidos por disparo a Servetti. Agresor es barrabrava de Cerro.

Más de 40 personas fueron testigos del disparo que hirió en la espalda a Miguel Servetti, padre de dos futbolistas de la Tercera División de Rampla Juniors, pero no testifican por temor a represalias. El agresor es un integrante de la barrabrava de Cerro que tiene mucha vinculación a nivel del fútbol, según informó la Dirección de Inteligencia a la jueza penal de 9° Turno, Blanca Rieiro.

El temor a las represalias es "enorme". Tres testigos concurrieron ayer a declarar al juzgado y no reconocieron a nadie.

Efectivos de Inteligencia detuvieron a dos individuos en allanamientos y un tercero se presentó en forma espontánea. Los detenidos serán indagados hoy a partir de las nueve de la mañana por la jueza Rieiro y la fiscal penal Brenda Puppo.

Fuentes del caso indicaron a El País que los barrabrava patotean y protagonizan incidentes en las canchas porque saben que los testigos no los acusarán en un juzgado.

Ignacio Durán, abogado de Rampla Juniors, aseguró a El País que "hay bastante miedo" entre los testigos para brindar detalles del episodio; temen represalias inmediatas.

"Nadie te da garantías de nada. Uno va a colaborar con la justicia y mañana no sabe qué pasa", manifestó.

Entre las personas que ayer declararon estaban Luis "Ronco" López, a quien los hinchas de Cerro querían dispararle, Omar Pérez, su ayudante técnico, y autoridades de la Tercera División de la Asociación Uruguaya de Fútbol.

Según las averiguaciones realizadas hasta el momento, se presume que los hinchas de Cerro que atacaron al entrenador de Rampla son mayores de 18 años. Algunos de ellos lucían la tradicional indumentaria del equipo albiceleste.

Además, la Justicia ya cuenta con el número de matrícula de un auto blanco, que aún no se ha podido encontrar. Algunos testigos indicaron que el autor del disparo fugó en ese coche, y otros que lo hizo en una moto.

La Justicia dispuso varias órdenes de allanamiento para lograr más detalles de este caso.

El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, descartó la posibilidad de colocar policías en los partidos de Tercera División. "No se puede pedir custodia policial para la tercera y el baby fútbol, sino yo pediría que los relatores transmitan todos los partidos", declaró durante una visita a productores de Artigas a quienes desde hace tiempo les vienen robando ganado.

El jerarca insistió en que es imposible colocar policías en todos los partidos de fútbol que se juegan en Uruguay. Además, calificó el episodio ocurrido en el Complejo Bauzá como un "problema social".

"Cinco milímetros".

Servetti, que declarará hoy ante la Justicia, estuvo a punto de no ir a ver a sus hijos al partido de Tercera porque justo tenía que hacer un trámite en el Centro. De todas formas, cuando los trasladó al Parque Olímpico, estadio de Rampla, cambió de opinión.

En el partido ya sentía un clima enrarecido. Sobre todo cuando ingresaron López y Pérez, entrenador y ayudante de Rampla Juniors, ganador del clásico del barrio en Primera División el pasado fin de semana. Recordó que increparon al DT ramplense, a quien golpearon e insultaron. Cuando Servetti intentó interceder, le dieron un balazo en la espalda.

La bala que impactó contra Servetti se partió en tres y, según contó la víctima a El País, no le harán una intervención quirúrgica para retirársela. "Quedó a cinco milímetros de haberme pegado en una arteria, me podía haber desangrado o me podía haber dejado parilítico. Fue un milagro, una desgracia con suerte", indicó. Los médicos le dijeron que la herida que le causó el tiro cicatrizará dentro de un mes y le aconsejaron quietud.

Servetti narró que cuando le pegan el tiro, se le durmió una de sus piernas y cayó hacia atrás. Le pidió al médico que le viera la espalda porque suponía que le habían pegado una patada. "Me dice (por el médico): Quedate quieto que tenés un tiro", relató la víctima.

Servetti confesó que en ningún momento temió por su vida. "Solo se me pasaron por la cabeza dos cosas: primero, que sacaran a mis hijos de la cancha, y después, que no llamaran a mi casa", expresó.

Una vez internado en la mutualista, y cuando le confirmaron que su vida no corría peligro y que no iba a quedar paralítico, el "Ronco" López apareció en su habitación. "Me abrazó, me dio un beso y me dijo: Te debo la vida. Yo le dije: No me debés nada. Y me volvió a decir: No, yo soy consciente de que te debo la vida. Me salvaste". El padre de Claudio y Pablo aseguró que López no tendría que haber ido a ver el encuentro. "Cuando lo vi en la cancha, le dije a un botija: ¿Qué está haciendo por acá?"

Servetti, de 54 años, es taximetrista desde hace 25 años. Siempre trabajó en la noche y salvo algún robo nunca sufrió incidentes como el del miércoles. También fue integrante de la Comisión de Seguridad de Peñarol en la época que dirigía Julio Ribas, en donde tampoco le tocó grandes problemas "salvo alguna cachetada o empujón".

El episodio conmocionó a la familia. Una de sus hijas le pidió a sus hermanos que dejaran de jugar al fútbol. Pero ayer a la tarde fueron a entrenar.

"Esta es su pasión. Su sueño", dijo el padre, quien no pretende renunciar a su cargo como miembro de la seguridad de la institución. Sí pide en cambio más seguridad en las canchas. "Sin policías no se puede jugar. Es criminal. Un Cerro-Rampla es un partido de alto riesgo, igual que un Cerrito-Rentistas".

Los DT respaldan al "Ronco", pero él evalúa dejar de dirigir.

Tras el episodio del miércoles pasado, Luis "Ronco" López evalúa dejar la dirección técnica de la institución. "Tengo ganas de irme para mi casa", le dijo a Ignacio Durán, el abogado del club Rampla. "La sensación que tiene es que no quiere dirigir más", contó.

Antes de prestar su declaración a la Justicia, López habló con la prensa. Aseguró que desde el 2006 va al Cerro y lo conoce "todo el mundo". También reconoció que en los equipos "hay gente bien". De todas formas, no pudo identificar a la persona que disparó contra Miguel Servetti y que en realidad intentaba atacarlo a él.

"No conozco a ninguno (...). Tenemos que tratar de aprender que es un partido de fútbol. Ganás, festejás. Perdés, te vas en silencio. Y para ser un buen ganador, tenés que ser un buen perdedor. Yo perdí más de lo que gané. Pero las cosas que gané me han enriquecido a mí y a mi familia".

López contó que justamente su familia le está pidiendo que abandone el fútbol. Y agregó: "Tengo confianza en la gente y en el fútbol. Pienso que se va a arreglar todo", declaró.

La Asociación Uruguaya de Entrenadores de Fútbol (Audef) manifestó un "total repudio" y "condena" de los hechos ocurridos el último miércoles. "Rechazamos totalmente cualquier práctica violenta, dentro o fuera de un espectáculo deportivo", se declaró. También le dedicaron un mensaje a López: "A seguir porque ha cumplido con la misión de un entrenador, que en esta ocasión le dio la alegría a un equipo como puede haber dado en otro momento a otros equipos y lo puede hacer en un futuro. Audef respalda al entrenador Luis López que solo cumplió con el cometido para el que Rampla Juniors lo contrató".

Creen además que ha habido una "omisión" por parte del Ministerio del Interior a la hora de garantizar seguridad en este encuentro. "Cuando éste le exigió a la AUF que cumpliera, ésta cumplió", se agregó.

Apoyo a la familia de servetti tras el episodio.

Durante la jornada de ayer, el presidente de Rampla Juniors, así como jugadores del plantel principal, manifestaron su apoyo a Miguel Servetti tras ser baleado el miércoles pasado en el Complejo Bauzá. La víctima confesó que no recibió llamados oficiales de Cerro, pero que el miércoles visitó el hospital un futbolista de la Tercera que estaba jugando por el equipo albiceleste cuando se escucharon los disparos. "Se comunicó con los gurises para preguntarles. Un acto precioso del chiquilín", contó Servetti.

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Servetti, 54 años, protegía a Luis "Ronco" López y recibió un disparo. Foto: F. Ponzetto

CRIMINALIDAD EN EL FÚTBOL

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