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"Mi mujer no llegó a subirse a la aerosilla; iba colgada en el aire"

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Peligro: las areosillas tienen una baranda de seguridad. Foto: F. Ponzetto
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FERNANDO PONZETTO/DIARIO EL PAIS

“Yo peso 90 kilos y mi mujer 100; nos dijeron que podíamos subir juntos”

Yo no la forcé a subir, y ella tampoco entró en pánico y se tiró, como han contado algunos medios", dijo a El País Alberto Vidal, la pareja de María Tortosa (50 años) que el pasado domingo cayó de una de las aerosillas que suben al cerro San Antonio en Piriápolis.

Tortosa se encuentra todavía internada a consecuencia de las heridas que sufrió al caer desde una altura de 7 metros. Su compañero narró con detalle lo sucedido y dijo que evalúa si emprenderá acciones legales contra la empresa concesionaria de la atracción.

"Cuando nosotros sacamos los boletos preguntamos cuánto demoraba el recorrido, porque teníamos que hacer el check out en el hotel. Eso era lo que estábamos discutiendo antes de subir, si nos daba el tiempo o no, en ningún momento la forcé a que subiera", indicó. "Cuando se nos informó que duraba 7 minutos, decidimos subirnos".

Accidente.

Una vez que les llegó el turno, le preguntaron a los operarios si los dos entraban en la aerosilla ya que Alberto pesa más de 90 kilos y la mujer, más de 100. Les dijeron que sí, que los dos podían subirse juntos.

Pero cuando se disponían a sentarse en la silla, que venía en movimiento, se dieron cuenta de que los dos no entraban. El hombre llegó a sentarse, porque según dijo, tiene "más reflejos", pero su mujer, a pesar de haber sido empujada por los operarios para que entrara, no pudo sentarse y quedó colgada de la aerosilla. "Intenté agarrarla de la ropa, pero se me resbaló", comentó el hombre.

Según relata, su mujer anduvo colgada durante unos dos metros desde que salió de la rampa, y se mantuvo con los pies en el aire hasta que la aerosilla había ascendido a una altura aproximada de 7 metros, y entonces no resistió más y se precipitó a tierra. "Ella en ningún momento levantó la baranda porque la baranda nunca llegó a bajarse", contó.

Mientras su mujer era socorrida por los médicos, el hombre debió continuar su viaje, ya que los funcionarios no detuvieron la aerosilla.

"En ningún momento se paró la silla. Tuve que hacer todo el viaje hasta llegar al cerro San Antonio, y encima querían que hiciera toda la cola para tomar la silla de regreso. Yo estaba furioso" relató Alberto.

"¿Cómo querés que haga la cola si mi mujer se acaba de caer y está tirada boca arriba en la calle?", les preguntó indignado a los presentes. Finalmente, los responsables de la atracción lo pusieron "enseguida" en otra silla y volvió. "Los que estaban haciendo la cola no se dieron cuenta de que yo era la pareja de la mujer que se había caído", explicó.

Tortosa sufrió doble fractura de húmero, fracturas en la zona de la pelvis y traumatismo en la zona abdominal. En un principio fue trasladada al sanatorio Mautone de Maldonado, pero hacia la medianoche del domingo fue derivada a Casa de Galicia, en Montevideo.

Según cuenta su esposo, la mujer "sigue en estado reservado y le realizaron una tomografía para ver si el hígado estaba comprometido". Esos resultados permitirán saber si puede ser operada del brazo, ya que al caer, se fracturó esa extremidad "en 4 pedazos".

Quejas.

De acuerdo al hombre, los dos no entraban en la silla, a pesar de que los encargados de la atracción dijeron lo contrario. Pero su mayor queja recayó en la seguridad de las aerosillas.

"Lo único seguro que tiene la atracción es la cobertura médica. Pero en cuanto a la seguridad para los usuarios, no tienen nada: te suben en movimiento, con la baranda suelta y cuando la aerosilla está cerca de abandonar la rampa, el tramo es muy corto, por lo que si te arrepentís y te querés bajar o si te llegás a caer cuando vas a subir, te pasa lo que le pasó a mi mujer", subrayó Alberto.

Por el momento, él no emprenderá acciones legales contra la concesionaria sino que esperará a ver "qué quiere hacer" su mujer, ya que "fue ella la afectada", finalizó.

Dos accidentes en nueve años.

Según explicó la concesionaria de las aerosillas al semanario La Prensa de Piriápolis, en 9 años de concesión y habiendo pasado cerca de 400 mil turistas por allí —entre ellos varios no videntes— ocurrieron únicamente dos accidentes. Uno de ellos fue el del domingo pasado. A su vez, aseguraron cumplir con todos los requisitos de seguridad.

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Peligro: las areosillas tienen una baranda de seguridad. Foto: F. Ponzetto

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