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"No se mejoró la calidad de los fallos"

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Director e investigador de Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA)

—¿Cuál es el diagnóstico sobre la Justicia Civil uruguaya?

Arellano: Tiene un diseño prácticamente idéntico al Código Civil antiguo, al que le instalaron el nuevo Código, pero no hubo cambios tan importantes. El abogado uruguayo Santiago Pereira (presidente del Consejo Ejecutivo de CEJA), con un equipo de profesionales, desarrolló un estudio sobre ocho juzgados civiles de Montevideo y revisaron sus estadísticas. También entrevistaron a jueces y abogados. Y lo compararon a un estudio hecho en 2007. Llegó a conclusiones que demuestran que, en general, con el nuevo Código ha disminuido el ingreso de asuntos a la Justicia Civil.

—¿Eso se tradujo en la resolución de más casos?

Arellano: No. Obviamente ha bajado el número de audiencias que se llevan a cabo porque hay menos juicios. Pero no ha mejorado la calidad de las decisiones que toman los tribunales.

—¿Por qué?

Arellano: Esa es la hipótesis de nuestro estudio. Lo que hay en el fondo son problemas en las organizaciones de los tribunales y en la manera en cómo el proceso civil resuelve determinados temas. En Uruguay, no se están usando adecuadamente mecanismos alternativas de resolución de conflictos.

—¿No funcionan la mediación y la conciliación en la Justicia Civil?

Juan José Martínez: Los jueces habitualmente no ocupan las facultades que tienen para dirigir el proceso y desentrañar cuál es la verdadera controversia entre las partes. Se reúnen en audiencias formales por lo que indica la ley. Pero estas no sirven para solucionar una controversia. Son muy pocos los jueces que realmente están buscando conocer lo que pasó entre las partes para darle solución a ese conflicto.

—¿En Uruguay se detectaron deficiencias administrativas en los juzgados civiles?

Martínez: Exactamente. El juez conserva todavía muchas facultades administrativas.

—¿Cómo se resuelve ese problema?

Arellano: Hay que pensar la manera en que los jueces se dediquen solo a resolver juicios. Y que haya una profesionalización en la atención de los tribunales. Que haya una atención a las personas entendiéndolos como clientes.

—¿Eso no se da en Uruguay?

Arellano. Lo que ocurre es que es una organización anticuada. Lo que tenemos que generar es una organización moderna del tribunal que permita poner a la persona en el centro de la preocupación.

JAIME ARELLANO Y JOSÉ MARTÍNEZ

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