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"No me hace bien ver a Maradona cuando sale en TV fuera de sí"

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Guillermo Coppola. Foto: El País

GUILLERMO CÓPPOLA

Durante su concierto, Cristian Castro saludó a tres personas: Pampita, Nicole Neumann y Guillermo Coppola. Pero al salir, el histórico representante de Diego Armando Maradona acaparó todos los pedidos para sacarse una selfie.

Entrevistado por El País, dice que prefiere no ver a Maradona cuando sale por TV balbuceando o fuera de sí. Sostiene que fue el mejor jugador de la historia y se lamenta porque ya no ve a su amigo, a quien –recordó- le salvó la vida en Punta del Este luego de una noche de excesos.

—¿Cómo ves a la selección argentina que clasificó con complicaciones para el Mundial?

—Está hoy un escaloncito como siempre más abajo que Brasil, pero tenemos al mejor del mundo y eso nos da una diferencia a nuestro favor importante.

—¿No hay otro como Messi?

—No, rompe todos los récords. El otro (Cristiano Ronaldo) es muy lindo, también un excelentísimo jugador, pero no está a la altura.

—¿Qué diferencias hay entre Maradona y Messi?

—El carácter, la época, donde se criaron. Uno nació en Fiorito, jugó en Argentinos Juniors, en Boca y en el Nápoli. Messi nació en Rosario y de muy chiquito se fue a vivir a Barcelona. Entonces, vos te das cuenta que el carácter es diferente, no quiere decir que tenga más valor uno que otro. Yo siento que son dos grandísimos jugadores de fútbol y que Diego tiene un carácter más curtido, como con más fuerza por el origen.

—¿Más de líder?

—No sé, porque líder no es necesariamente gritar y putear. Líder se es cuando los demás te reconocen como tal.

—¿Si Messi sale campeón del mundo supera a Maradona?

—Yo digo que no tiene que salir campeón del mundo para superarlo, porque ya ha superado muchísimo el récord de Diego. Simplemente sería el broche de oro de una carrera maravillosa para Messi, que todavía es un chico.

—¿Seguís en contacto con Maradona?

—Sí y no. A veces sí, a veces no. Por ahí no el contacto que uno quisiera tener, porque entiendo que no sucedió nada tan grave después de tantos años vividos y después de haber significado tanto uno para la vida del otro. Pierna izquierda, resto del corazón que le quedaba, su padre, su hermano, su manager, su amigo, el hombre que le salvó la vida justamente acá, en Punta del Este. Todo esto dicho por él. Después de todo eso, también el hombre que le robó la plata de sus hijas. Ése es Diego, el auténtico Diego. Le demostré que eso no era así y yo me quedé conforme. Después, la vida a mí me regala esto y a él le regala una vida que se merece, trabajando, facturando…

—¿Qué sentís cuando lo ves por televisión desencajado o balbuceando, mal parado, fuera de sí?

—No me hace bien, prefiero no verlo. Pero sí cuando habla de fútbol, cuando va a los premios The Best o cuando está en el sorteo de la FIFA. Ahí no hay quien lo iguale. Y ahí estaban Messi, Ronaldo, Neymar, los mejores del mundo. Y la figura fue él. Es un Diego por ahí con unos kilitos de más, pero hace la diferencia, lo marca la gente. Esto que vieron ustedes (N. de R.: la gente saludando a Cóppola tras el espectáculo de Cristian Castro y pidiéndole para sacarse fotos con él) lo marca la gente, no lo marco yo.

—¿Qué tan playboy sos a esta altura de tu vida? ¿Ya colgaste los botines?

—Ya estoy retirado (risas)... Está la patrona acá (observa a su mujer que se encuentra a unos metros de distancia y se vuelve a reír). Hoy estoy feliz, en pareja, rodeado de mujeres siempre: tengo cuatro hijas mujeres, la más chiquita de las cuales se encuentra con nosotros vacacionando.

—¿Qué te pareció Cristian Castro interpretando canciones de Sandro?

—Bueno, yo pensé que lo de Sandro no era lo de él. Me gusta más cuando canta lo suyo. Pero es un genio y le agradezco las palabras que tuvo para mí. Sandro fue mi amigo. Y eso es lo bueno, cuando vos conservás los amigos de toda la vida: Cacho Castaña, Coco Basile y Bambino Veira son amigos míos desde hace más de 40 años. Después te vienen los amigos de 30 años: Gareca, Ruggieri, Fillol, Tarantini, el Chino Benítez, Randazzo y tantos otros. Después están los de más cerca. Vivo rodeado de amigos. Y en mi próxima vida, quisiera ser mi amigo.

—¿Cómo ves a Uruguay para el mundial de Rusia?

—Siempre grande, Uruguay es el rival a vencer. Un equipo duro, que siempre hace buen papel. Puede tener altos y bajos y el maestro sigue. Y eso es lo que a mí me da alegría, porque parecería ser que los que tienen más de 50 no pueden dirigir a los jóvenes porque hay una diferencia generacional importante. Y el maestro demuestra que no es así.

—¿Suárez y Cavani?

—Son dos grandes. Uruguay tiene historia… Fernando Morena fue mío, mirá vos, yo lo manejaba.

—¿Y hoy a quién te gustaría manejar?

—Me encanta manejar el auto que tengo (risas)... Y me encantaría manejar a mis hijas, si me dejaran. Yo ya hice lo que tenía que hacer. Llegué a manejar 15 años, que fueron intensos, al más grande de todos los tiempos. Eso no lo puede hacer nadie, ya lo hice yo. Y fue como la vida: tuvimos momentos arriba y abajo, buenas y malas.

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