La exclusiva marca cumple treinta años en un mercado altamente competitivo y sofisticado, con planes para seguir creciendo.

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Hace 30 años, Margara Shaw empezó a confeccionar en su casa carteras, cinturones, camisas y joggings de manera artesanal. “Empecé como un hobby”, cuenta, y gracias a al boca a boca de sus amigas y familiares que venían a ver sus diseños al altillo de su casa, se fue conformando un grupo de clientas fieles.

Del altillo pasó al jardín, y en el 2000 abrió su primer local en la calle Sáez en Carrasco. Hoy la empresa tiene treinta empleados y, además de la boutique en Carrasco, cuenta con tiendas en Punta Carretas Shopping, Punta del Este y un Outlet.

Sin embargo, el espíritu de Margara Shaw se mantiene intacto. Sus clientas son hijas y nietas de las primera generación, y la originalidad, la exclusividad y la atención personalizada siguen siendo uno de los sellos de la marca.

Si bien hoy Margara sigue presente, ha delegado en su hija Inés Arrosa —directora de la empresa y su mano derecha— y en los seis equipos que se ocupan de las áreas de administración y finanzas, planificación, marketing, diseño, producción y ventas.

Es increíble que algo que empezó como un hobby y sin planificación se haya convertido en una de las marcas referentes del país. Consultada sobre cuáles fueron los motivos de este éxito, Margara responde: “Mi sentimiento es que se dio porque tenía muy claro que me gustaba el diseño, porque siempre quise hacer las cosas bien, por escuchar las necesidades de las clientas, y por tener presente la idea de soñar y crecer, de proyectarse y formar equipos. Todo eso se traduce en los diseños finales”.

Su hija, Inés Arrosa, explica el proceso a la hora de planificar una colección. Una nueva colección empieza unos ocho meses antes de que se ponga a la venta. Las diseñadores realizan un viaje inspiracional a Europa y Estados Unidos para actualizarse de las últimas tendencias, y a eso se suma la información online que cada vez esta más al alcance de la mano.

Con esta base, el equipo de Diseño idea la colección de prendas y accesorios adaptada al estilo de vida y el gusto de la clienta de Margara. “Nos caracterizamos por tener un diseño clásico y a la vez vanguardista, pero no seguimos a rajatabla las tendencias. Después de treinta años conocemos muy bien a nuestras clientas, y adaptamos lo que pasa en el mundo a lo que ellas quieren”.

Esos diseños van a fábricas nacionales o internacionales para que realicen las muestras y, una vez que están prontas, se hace la selección de telas para cada modelo. “Lo que buscamos es sorprender, que las clientas se sientan felices y superen sus expectativas tanto en el producto como en la atención”, dice Arrosa.

Es que justamente, la atención personalizada es un sello de Margara Shaw. Sus empleadas son capacitadas para ser asesoras antes que vendedoras, y ante cada colección reciben un training donde les explican los colores y las tendencias que inspiraron a la última colección.

El otro pilar es la exclusividad, muy valiosa en tiempos dónde casi cualquier diseño está a un click de distancia. Al ser una marca nacional, las clientas de Margara se aseguran que sus diseños son únicos. Esto es sumamente valorado por los extranjeros, que representan una porción importante de su público.

Entre los planes a futuro, la empresa está estudiando la posibilidad de crear una plataforma de ventas online para expandirse a otros países. Debido a la cercanía y al contacto que tienen con Punta del Este, Argentina y Brasil parecen los destinos más naturales, pero también hay grande expectativas de lo que pude ocurrir en Chile y Paraguay.

Abrir un local en Punta del Este significó todo un desafío para la marca. Una tienda en la calle 27 esquina 20 de la punta, rodeada de las marcas internacionales más exclusivas del mundo, era apuntar alto, pero la apuesta resultó un éxito y el local lleva diez años funcionando. El 11 de enero, Margara Shaw está invitando a todas sus clientes y amigos a este local para el lanzamiento de la colección de invierno 2017. “Se trata de una colección original y vanguardista, basada en la lana y el cuero. “Las clientas eligen comprar en estas oportunidades porque saben que en invierno esos diseños ya no están en Montevideo”, dice Inés Arrosa.

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