Durante 6 horas, el fuego quemó 12 hectáreas y puso en riesgo dos casas.

Los bomberos impidieron, durante una intensa acción de seis horas, que un incendio que comenzó con un foco pequeño y se propagó con rapidez como consecuencia del viento, destruyera dos viviendas y llegara al Comcar.

A las 14 horas de ayer, unos seis bomberos con dos coches bombas lograron detener el fuego a cinco metros de una finca y a unos 30 de otra.

Dos horas más tarde, el viento cambió y subió de intensidad. El fuego se dirigió hacia el Camino General Basilio Muñoz. Del otro lado de ese camino vecinal se encuentra el complejo carcelario de Santiago Vázquez (Comcar).

En una primera instancia, los bomberos trataron de evitar que el fuego subiera una loma y quedara fuera de control por la cantidad de arbustos secos que había en el predio. Detrás de la loma, sobre Camino Gobernador Antonio Olaguer Feliú, hay casas y chacras.

Más de una dos horas demandó a 20 bomberos contener el fuego antes de que se subiera la loma. Sin embargo, el viento otra vez mostró su mano: aumentó aún más de intensidad y llevó el humo hacia el complejo carcelario. Durante más de dos horas, la humareda se coló entre los celdarios y pabellones de los distintos módulos del Comcar. Desde un edificio más cercano a Camino General Basilio Muñoz, se escucharon los gritos e insultos de unos pocos presos. Luego éstos callaron. Es posible que las autoridades del penal ordenaron su traslado a patios para que no padezcan el denso humo dentro de sus pequeñas celdas.

A las 19 horas de ayer, todo el Comcar estaba bajo el humo. El "frente" de fuego sobre Camino Basilio Muñoz era de unos 20 metros. Algunos focos estuvieron a menos de un metro del pavimento de esa vía de tránsito. Varios bomberos los apagaron con matafuegos, porque se rompió una bomba de uno de los coches.

Alicia Moreira Ojeda, de 61 años, no aguantaba el calor dentro de su pequeña vivienda, ubicada dentro del predio de 17 hectáreas situado en el borde de la Ruta 1. En el lugar viven también otras dos familias. Cansada y desesperada por aire fresco, Alicia salió hacia el exterior de la vivienda.

"Vi una humareda negra. El fuego se acercaba hacia mi casa. Me puse muy nerviosa", dijo Moreira Ojeda a El País.

El pánico hizo que la mujer ni siquiera recordara el número de teléfono de su esposo que estaba trabajando. Sin embargo, un vecino avisó a los bomberos. "Los coche bombas llegaron enseguida. Por las dudas agarré dinero y cerré la casa con llave. Pensé que tenía que irme", dijo Alicia.

Moreira Ojeda, antes de alejarse de su propiedad, soltó el perro. A unos 10 metros de su casa, varios bomberos batallaban contra el fuego. Lograron apagarlo a unos cinco metros de la casa.

A las 20 horas de ayer, los bomberos realizaban tareas de enfriamiento de las 12 hectáreas quemadas.

La oficial de Bomberos, Manuela Vivone dijo a El País que no tenía información sobre si el origen del fuego fue por una imprudencia, una chispa eléctrica o mala intención.

Vivone explicó que la estrategia aplicada fue esperar que el fuego se acercara al camino para apagarlo y evitar así que pasara hacia el Comcar.

En los primeros 35 días de este año, ocurrieron dos incendios de más de 100 hectáreas de campo: Cerro del Toro (23 y 24 de enero) y Pirarajá (Lavalleja, 26 de enero).

Según estimaciones del vocero de la Dirección Nacional de Bomberos, Ricardo Piriz, otros 20 siniestros sucedidos el mes pasado quemaron más de 10 hectáreas de campos. "Al mismo tiempo, hubo unos 10 incendios por día que afectaron entre 1 y 9 hectáreas", explicó.

Piriz dijo que la siniestralidad de este verano es muy similar a los de años anteriores. Lo que cambió, dijo, es que otros veranos fueron lluviosos y ello evitó las apariciones de focos. "En cambio, este verano fue seco y con altas temperaturas. Eso no nos ayuda nada", expresó el vocero de Bomberos.

Intensa acción de seis horas