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Solo un liceo tiene más del 80% de docentes titulados

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El Ineed viene advirtiendo sobre la escasez de docentes. Foto: AFP
Some of the 144.000 young Tunisians attend their exams for the baccalaureat (high school graduation exam) which started 07 June 2007 in Tunisia. Among them 56% are girls. Education is compulsory for all children in Tunisia since the Independence in 1956. AFP PHOTO/FETHI BELAID TUNISIA-BACCALAUREAT-EXAMS
FB/sd; FB/sd/AFP

LIBRADOS A SU SUERTE

De los profesores recién contratados, uno de cada tres no se graduó.

Supongamos que el liceo es un hospital, solo que en lugar de atender a enfermos forma a jóvenes. Imaginemos que en este centro de salud cuatro de cada diez médicos no se han graduado y muchos de ellos ni siquiera ingresaron a la carrera. Conjeturemos que más de la mitad de los profesionales de una de las disciplinas principales —como la cirugía en la salud o la Matemática en la educación— carece de título. Ahora olvidémonos que todo esto es fruto de una fantasía, pues es lo que efectivamente sucede, según la última radiografía de los liceos públicos de Uruguay.

Solo uno de los 301 liceos del país tiene más del 80% de sus docentes titulados. Eso pese a que la ley de Educación, aprobada en 2008, establece que "los profesores de Educación Media Básica deberán poseer el respectivo título" habilitante.

"No vamos a poder cumplir a corto plazo con lo que pide la ley, mucho menos si seguimos haciendo lo mismo", reconoció Robert Silva, consejero del Codicen. Prueba de ello es que entre los docentes que entraron a trabajar en Secundaria en los últimos cinco años, solo uno de cada tres está titulado.

La falta de profesores, en especial en las asignaturas científicas y de idiomas, explica parte del problema. En materias co-mo Física o Matemática, la mitad no se ha graduado. En Inglés y en Italiano no lo está el 60%. Algunos comienzan a ejercer sin el título ante tanta escasez y otros ni siquiera llegan a iniciar los cursos de formación.

Por eso el consejero Silva propone flexibilizar la formación, generar incentivos y un sistema de créditos. "Como Administración estamos fracasando en que no permitimos obtener el título de modos diferentes; por ejemplo admitiendo que los universitarios (titulados en carreras como Química) puedan formarse como docentes acreditando saberes en pedagogía y didáctica", dice.

En Primaria, donde el poseer un título es esencial para ejercer la docencia, se está recurriendo a maestros jubilados por los bajos egresos en Magisterio. El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) viene advirtiendo sobre esta tendencia. "Tenemos un terrible fracaso educativo: de cada 100 que ingresan a Magisterio, solo 11 llegan a cuarto año", explica el consejero Silva.

En Finlandia, que tiene uno de los sistemas educativos de referencia, "todos los docentes tienen formación universitaria y una enorme cantidad hasta cuenta con posgrados", contó Federico Rodríguez, director de la Unidad de Estudios e Indicadores del Ineed.

Según Rodríguez, "la tenencia de un título debería ser desnivelante en la docencia; no se trata solo de aprender el contenido de una disciplina, sino también sobre lo pedagógico". De ahí que para él sea una "sorpresa" que existan asignaturas tradicionales, como Astronomía, en las que el 70% de los profesores no está titulado.

Una asignatura que solo se da en cuarto año y que tiene pocas horas (por tanto poca oferta laboral) parece poco atractiva. Silva agrega que "no tiene sentido un sistema basado en asignaturas, como en el siglo XX". Para el jerarca se necesitan docentes capaces de un aprendizaje más integral, más allá de si hablan de Física, de Economía o de Química. Los casos más extremos son Contabilidad —el 90% carece de título— y las asignaturas específicas del bachillerato Artístico —como Danza, Audiovisual y Teatro— en las que aún no hay graduados.

Este último fenómeno lleva a que la totalidad de los docentes de Expresión Corporal, por ejemplo, sean interinos. Es que para ser el titular de la materia (efectivo) se necesita el título habilitante. Entre los interinos, sin embargo, solo el 26% ha completado su formación.

Solo la mitad de los profesores de Secundaria (55%) son efectivos, en parte por la baja titulación y en parte por la escasez de llamados a concurso. Entre quienes son efectivos, la mayoría están concentrados en los barrios más céntricos y pudientes (sobre todo los de grados más altos). Es decir: "los liceos de peores contextos tienen menos efectivos, menos titulados y menos grados altos", se quejó Silva.

Los grados docentes más altos, esos que tienen más antigüedad y eligen primero las horas que dictarán, son los que tienen más estabilidad (78% reiteró los centros en los que trabajó en 2016 y 2017). Es que "estos profesores eligen primero y están en barrios como Pocitos o Carrasco", explicó Silva. Sin embargo, entre los profesores interinos y de menor grado "la rotación es inmensa".

La escasa estabilidad se incrementa, a su vez, porque la mayoría de los docentes son mujeres y sus edades van de 30 a 40 años. "Varias son madres y no pueden tomar muchas horas", señaló Rodríguez.

Más de la mitad de los profesores (56%) tuvo asignadas 19 o menos horas de clase el año pasado, y eso que un módulo son 20 horas. La situación se hace más compleja si se tiene en cuenta que tres de cada diez docentes trabaja en dos o más liceos (sin contar que otros pueden trabajar en privados, UTU, Primaria u otros oficios).

La rotación de docentes y el no tener varias horas concentradas en un mismo liceo dan como resultado, según las cifras de Secundaria, que el promedio de horas de coordinación son 2,59 (cuando el mínimo deseado son cuatro horas).

Hay consenso (en la teoría no en los hechos) en que debe elegirse las horas docentes cada más años. Pero algunos colectivos, como Eduy21, van más allá y proponen que cada liceo pueda contratar directamente al menos el 40% de su plantilla. A lo mejor entre tanta competencia el título hace la diferencia.

LICEOS CAPITALINOS

Más de la mitad carece de baños suficientes

Sucedió hace un año y medio. Dos escolares de San Gregorio de Polanco le pidieron al presidente de la República, Tabaré Vázquez, una escuela en la que no se filtrara el agua. Y el mandatario respondió que se le caía la cara de vergüenza.

De tanto en tanto resurgen los reclamos por los problemas edilicios en la educación. De hecho es una de las banderas del sindicato de profesores. Y eso que las quejas fueron mermando por el incremento en la inversión (que se dio a un ritmo de 25% quinquenal).

Las cifras de Secundaria dan cuenta de avances en algunas áreas, como que el 79%% de los liceos de Montevideo tienen laboratorios, y también reflejan serias carencias en otras.

Más de la mitad de los liceos de la capital (52%) carece de baños suficientes. Secundaria considera que debe haber un gabinete higiénico cada 30 estudiantes en el turno. Pero solo 36 centros educativos cumplen con este requisito.

Uno de cada tres liceos, a su vez, no cuenta con baños accesibles -o adaptados a personas con discapacidad. La accesibilidad, como ya es sabido, es uno de los asuntos más rezagados en la infraestructura pública.

Solo 11 liceos de Montevideo (15% del total) tienen al menos un ascensor. También es cierto que muchos centros educativos son de una planta, y no tienen necesidad de elevador y que varias oficinas estatales carecen de este servicio.

Pero si se va al grueso de la población estudiantil, al consejero de Codicen Robert Silva le “preocupa” que en uno de cada cinco liceos falten aulas suficientes (salones que fueron construidos para dictar clases y no para otros fines). Es “gravísimo”, dijo, porque se trata de espacios sin la iluminación, ventilación, acústica y disposición necesario para un buen aprendizaje.

Dentro de las aulas especializadas, las de disciplinas artísticas son las más escasas. El 80% de los liceos de la capital, por ejemplo, no tiene un aula de música y el 67% tampoco cuenta con una de dibujo.“Tiene que haber mayor equipamiento específico y no solo para quienes cursan el bachillerato artístico”, concluyó Silva. Pero como todo en infraestructura, un poco es voluntad política y otro poco es dinero.

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