ENTREVISTA A OMAR DE LEÓN

El nuevo presidente de Andebu afirmó que la denominada ley de medios “va a contrapelo” de lo que sucede en el mundo, ya que no grava a los operadores que venden servicios audiovisuales a través de Internet.

EDUARDO BARRENECHE

“Esta ley es un retroceso”, dijo el directivo de la gremial que nuclea a empresas de radio y televisión. A su juicio, esa diferencia determina que operadores tradicionales enfrenten “una competencia desleal” de sus competidores que usan la web.

—¿Los operadores de televisión abierta están en condiciones de contratar un sistema para personas sordas?

—A los operadores del interior les es muy difícil cumplir con esa obligación establecida en el proyecto de reglamentación del gobierno. Las empresas ganan, pero no tienen ganancias extraordinarias. Este tipo de obligaciones pone en problemas de sustentabilidad a las empresas. En el interior, muchas no van a sobrevivir. Este proyecto de reglamentación pone en riesgo a muchos canales y radios del interior.

—¿Qué opina sobre que la ley de medios no considere a los operadores por Internet?

—La ley de medios va a contrapelo de lo que sucede en el resto del mundo. En Uruguay, se excluyen de la ley todos los servicios prestados por protocolo IP o Internet. Por ejemplo, en Europa hay una gran preocupación por la competencia que están haciendo los servicios audiovisuales que se presentan a través de Internet. Hay un principio universal de todas las regulaciones de que sean independientes de la tecnología. O sea, si la empresa distribuye películas no importa que llegue por la televisión por cable o por Internet.

—¿Es un retroceso?

—Absolutamente. Es un retroceso sin lugar a dudas. En el mundo esto es así. En Europa, si hay reglamentaciones que se aplican a los operadores tradicionales (señal satelital o cable) y no se les puede aplicar a los de Internet, la idea es sacárselas a los tradicionales. Eso genera un problema grande de desigualdad que va a afectar a los operadores. En Uruguay, los operadores por Internet quedan exentos de toda regulación. A los operadores tradicionales se les va a controlar el porcentaje de producción nacional y publicidad.

—Esa diferencia generará una competencia desleal en el mercado audiovisual.

—Sin duda. Y la está generando. Los operadores por Internet no están sometidos a la ley de medios.

—¿Esas señales por Internet pagan impuestos?

—No. Mientras que los operadores tradicionales sí pagan tributos.

—¿Qué opina de la prohibición a los operadores de televisión por cable de vender servicios de banda ancha establecida en la ley de medios?

—En esto somos el único país en el que está prohibido. Los operadores de televisión por cable no pueden usar la misma infraestructura para brindar servicios de banda ancha.

—¿Cómo calificaría esa situación? ¿Es arbitraria?

—Preferiría no calificar ni hablar de intencionalidades. Pero no es casual que seamos los únicos en el mundo. La banda ancha por televisión por cable es una tecnología (doble play) que está muy fuerte en el mundo. En la medida de que los operadores por televisión por cable se ven agredidos por lo que está viniendo por Netflix y otras empresas, ellos empiezan a tratar de atraer clientes por banda ancha como forma de mantener el negocio. La Suprema Corte derogó el artículo 56 que prohibía a los operadores por cable dar servicios de Internet. Siguen (desde el gobierno) sin dar esa autorización a los operadores de cable.

—El proyecto de reglamentación del gobierno establece multas de hasta 10.000 unidades reajustables. ¿Pueden pagarlas en el interior?

—Si el operador viola el porcentaje de producción nacional, la multa es de entre 6.000 y 11.000 unidades reajustables. Eso equivale a $ 650.000 y $ 1.000.000. A una radio del interior la hace desaparecer del mapa con una multa sola. Si se reitera, la multa es más elevada.

—¿Cree que los operadores del interior cumplirán con el 20% de producción local?

—Muchas cuestiones de la ley van a impactar principalmente a las pequeñas empresas del interior.