Artistas vs. diputado del FA que acusó “terrorismo lucrativo” a detractores.

La polémica "ley de fotocopias" también deja la puerta abierta para copiar discos, películas y software. Para la Cámara del Libro, esto es "una grosería" más de un plan que, sostiene, afectará de forma severa a la industria editorial.

La Cámara y la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) tuvieron la semana pasada una reunión privada con el fin de lograr acuerdos que permitan modificar las partes más cuestionadas del proyecto, el cual ya obtuvo media sanción en la Cámara de Senadores. La semana que viene volverán a juntarse.

Sobre la mesa se puso el artículo 15, el más bombardeado por editoriales y escritores, debido a que no especifica que solo se podrán copiar textos de estudio. Este establece: "Es lícita la reproducción por cualquier medio, de una obra o presentación protegida, ordenada y obtenida por una persona física, en un solo ejemplar para su uso personal, y sin fines de lucro, no requiriendo autorización del autor o titular".

Para el presidente de la Cámara del Libro, Jorge Saracini, este artículo es "el más grosero; porque ahí entra la música, el cine, el software… entra todo". En declaraciones a El País, el representante de las editoriales y los libreros advirtió que de esta manera "uno puede copiar cualquier cosa creativa y hacerlo sin límites".

La FEUU sostiene que ese no es el objetivo del artículo y que en realidad lo que busca es "proteger a los autores". Así lo dijo a El País el representante de los estudiantes, Marcio Mañana. "Toda la ley se rige bajo el criterio de razonabilidad. Lo que se permite es la reproducción hecha sin autorización del autor, pero para uso personal. Y va a seguir siendo ilegal que una persona le preste un libro a otra y que esa lo fotocopie. La ley rige para libros que salen, por ejemplo, de una biblioteca", precisó.

Estas puntualizaciones que advierte Mañana, sin embargo, no están claras en el proyecto de ley. Consultado sobre esto, señaló que "son cosas que se van a tener que agregar después en la reglamentación". De todas formas, también advirtió que no está de acuerdo con que se aclare en ese artículo que se trata solo de libros de texto, pues señaló que "cualquier libro puede ser considerado de texto", según la carrera que se estudie. Y añadió: "Además, si se pone que solo es para libros de texto van a quedar afuera PDFs y CDs, que pueden ser utilizados por ejemplo por quienes estudian música".

Mañana consideró "absurdo" que si una persona pasa la información de un disco compacto que le pertenece a un dispositivo para escuchar música "eso sea ilegal, pues es considerado una copia".

En tanto, en lo que respecta a la duplicación de películas, el representante de la FEUU contó que la semana pasada se reunió con la asociación de cineastas para debatir este tema. "Explicamos algunas cosas para tranquilizarlos. Si, por ejemplo, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) comprara una película y se la copia a todos sus alumnos eso va a ser ilegal, porque va a afectar la normal distribución de la obra y el autor va a poder hacer juicio. El cambio no permite todo", enfatizó.

La semana pasada la Asociación General de Autores del Uruguay (Agadu) se pronunció sobre el asunto a través de un comunicado. En este señaló estar "a favor del derecho a estudiar", pero en desacuerdo con el artículo número 15. Este, advirtió, "avanza en aspectos que nada tienen que ver con la problemática" que plantean los estudiantes. Además, reclama "respetar principios no solo constitucionales sino internacionales en base a las obligaciones contraídas por el país".

Internet arde por la llamada "ley de fotocopias". La última piedra la tiró el diputado comunista Gerardo Núñez. A través de una columna publicada en la web de su sector acusó a los detractores del proyecto de ejercer "terrorismo lucrativo". Facebook se llenó de carteles negros con letras blancas que decían: "Soy terrorista lucrativo". Lo compartieron, entre otros, los músicos Gustavo Ripa, que fue parte de Canciones para no dormir la siesta; Garo Arakelian, de La Trampa; y el músico y periodista Gonzalo Curbelo. Otros que se pronunciaron contra la ley fueron Roy Berocay, Diego Fischer y Mercedes Vigil. El músico Walter Bordoni, también detractor, escribió con sarcasmo que "terrorismo lucrativo" es "un lindo nombre para una banda".

Consultado por El País, el diputado Núñez dijo que era "sano que se den visiones distintas" sobre el tema. Además, señaló que su "nota no iba dirigida a nuestros compañeros creadores —pues varios de los que están en contra son parte del Frente Amplio—, sino a las corporaciones internacionales que lucran con determinados derechos, a los que han contrapuesto contra el derecho a estudiar".

El diputado sostuvo que "el objetivo de la ley no es desproteger a los autores, sino que se quiere legalizar la copia personal sin que esta vulnere sus derechos". En este sentido, manifestó que, a su entender, la "ley de fotocopias" es un instrumento que "servirá para promover la cultura nacional".

Por cada texto que se vende en una librería, el escritor se queda con el 10%. Entre el 25% y el 30% va para el comercio. El 30% para la distribuidora. Y el resto, entre el 30% y el 35%, para la editorial. Esta última es la que asume el riesgo de publicar un libro que quizá no se venda bien. Además se encarga de los costos de imprenta, diseño, corrección y edición. Los números fueron aportados por el presidente de la Cámara del Libro, Jorge Saracini, quien recordó también que en ocasiones lo que pasa hoy con los libros de estudio es que también contienen un soporte digital, el cual también está a cargo de la editorial. "Y con la fotocopia, además —señaló Saracini a El País— no se tiene acceso a este soporte. No entienden que la fotocopia ya fue, que hay que educar para el futuro".

FOTOCOPIAS Y DERECHO DE AUTORCARLOS TAPIA