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Las empresas dispuestas a renovar acuerdo de precios

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Hay varias ofertas contrapuestas sobre la eficacia de los acuerdos.
Gente de compras en gondola de alimentos envasados de supermercado TaTa, consumo, Mvdeo., ND 20150916, foto Fernando Ponzetto
Archivo El Pais

Los empresarios están dispuestos a que se renueve el acuerdo de precios que vence el 1° de octubre próximo porque lo consideran importante como una señal a la población, pero al mismo tiempo entienden que la inflación se desacelerará necesariamente porque se vienen meses de ventas bajas.

Mientras tanto, la central sindical salió ayer a enfatizar que los acuerdos de precios deben ser más controlados, más duraderos y abarcar a más productos. El Pit-Cnt también apoya la postura del gobierno de que la apreciación del dólar sea gradual y no rápida para evitar la aceleración del alza de los precios.

Mientras que la devaluación del real en Brasil se acentúa e incrementa la presión alcista sobre el dólar en la plaza local que el Banco Central del Uruguay procura mitigar (ver página A12), el gobierno evalúa por estas horas si renueva el acuerdo con el sector privado que congeló los precios por 60 días de 1.400 artículos de una familia de 300 productos (comestibles, bebidas, artículos de higiene y de limpieza).

Fernando Melissari, presidente de la Asociación de Importadores Mayoristas de Almacén, dijo a El País que el sector privado entiende que en términos generales los supermercados y los mayoristas cumplieron el acuerdo y "están dispuestos a escuchar" una propuesta para extender el convenio que ya asumen que el gobierno realizará. De todas formas, advirtió que "hay muchos factores y mucha presión de Brasil" que inciden, en particular la evolución del dólar que si superase los $ 30 obligaría a revisar cualquier acuerdo, señaló.

El gobierno asume que el dólar seguirá subiendo pero actuará para que lo haga en forma gradual, porque su prioridad es evitar que la inflación, que en los últimos 12 meses se ubicó en 9,48%, rebase el 10%. Melissari cree que la inflación se desacelerará sí o sí por la merma del consumo, ya que "se vienen meses de ventas bajas".

El empresario considera, de todas formas, importante un acuerdo de precios como señal, pero entiende que debería ser por un mes y no por dos como el vigente. A su juicio, será clave la evolución del dólar para determinar si los empresarios pueden cumplir el convenio y no tanto otros factores como la existencia de oligopolios, "ya que en los productos alimenticios de la canasta familiar hay competencia". En el gobierno todavía no se decidió si se invitará al sector privado a otro acuerdo de congelación de precio. El ministro de Economía, Danilo Astori, dijo que el vigente ha dado resultado.

Sin embargo, a pesar del acuerdo el rubro "Alimentos y bebidas no alcohólicas" del Índice de Precios al Consumo tuvo una suba de precios de 1,57% el mes pasado.

Apretar las tuercas.

En el Pit-Cnt se entiende que los acuerdos de precios no se han cumplido en su totalidad y que resulta fundamental que sean más duraderos, que abarquen más productos y que se controle que el congelamiento de precios sea efectivo. Milton Castellano, director del Instituto Cuesta Duarte de la central sindical, dijo a El País que el mercado interno fue el gran mo- tor del crecimiento económi- co de los últimos años, por lo que debe ser sostenido con la mejora continuada de los salarios y con el combate a la inflación. "Nos da la impresión que los acuerdos no se han visto reflejados en los precios y que no hay mecanismos de control", señaló.

Para el Cuesta Duarte no debe buscarse desacelerar la inflación con reducciones salariales. "Teniendo en cuenta el carácter oligopólico de la mayor parte de los mercados nacionales, la moderación de los precios debe procesarse, con otras medidas, a partir de compromisos de precios más duraderos, amplios y efectivos que los actuales acuerdos de muy corto plazo, y además que pueda controlarse su cumplimiento y que no queden como ahora librados a la voluntad de cada participante", dice un documento que emitió ayer para analizar la coyuntura económica. En el instituto están sí sorprendidos por la caída del consumo, a la que consideran "llamativa y preocupante" y la atribuyen a que se generaron expectativas negativas sobre la economía en forma prematura. "Es que en economía las expectativas juegan pero Uruguay no está en crisis, no está en recesión, está sí con dificultades. Hay un nivel de empleo importante", reflexionó Castellano.

El documento del instituto señala que "seguramente ciertas visiones pesimistas y algunos anuncios al achique hayan permeado en la sociedad, contribuyendo a generar un clima propicio para frenar este componente tan importante de la demanda interna" (el consumo). "No parece sensata la estrategia del pánico, el achique desmedido y el retroceso de los logros alcanzados. Eso tenderá a profundizar los problemas del país", señala el documento. "La caída del consumo no se esperaba y si bien se venía desacelerando, no caía desde 2003", reconoce el trabajo.

La senadora oficialista Constanza Moreira se sumó al debate sobre los precios y dijo que "se importa una pasta de dientes a $ 15 y la están vendiendo a $ 150". "¿Qué capacidad tengo de regular y decir: señores, esto es usura", preguntó. "No alcanzarán todos los aumentos salariales posibles si no se puede regular la otra parte de la ecuación. ¿Qué capacidad tiene el Estado de controlar esas cosas?", insistió.

Sin embargo, el oficialismo no tiene en este momento iniciativas articuladas para una mayor incidencia estatal en los precios, dijo el asesor del Movimiento de Participación Popular (MPP), Héctor Tajam.

Pit: no sacrificar salarios para ganar competitividad

El documento del Instituto Cuesta Duarte analiza los dilemas de la política económica y se inclina porque se evite un alza más rápida del dólar. "Dejar de intervenir avalando una fuerte suba del dólar presionará aún más la inflación, y priorizar esta última mediante tarifas públicas (evitando su suba) deterioraría aún más el frente fiscal. En este escenario, una vieja receta conocida es la de recortar el gasto público y frenar o incluso disminuir los salarios reales. Así se corregiría el déficit fiscal, se moderarían las presiones inflacionarias y ello permitiría convalidar un aumento del tipo de cambio que junto a la reducción de los costos, mejoraría lo que estas concepciones entienden por "competitividad" del sector privado. Esta mirada, que refleja la visión y los intereses de algunos sectores de la sociedad, no toma en cuenta otros flancos también problemáticos de la economía nacional. Por ejemplo: en materia salarial, pese al importante crecimiento real de la última década, casi 500.000 asalariados no alcanzan los $ 15.000 líquidos por 40 horas semanales de trabajo y el peso relativo de la masa salarial en el PBI aún no ha alcanzado los niveles que tenía previo a la crisis de 2002", sostiene la central.

La competitividad, entonces, no debería defenderse en base al retroceso de los salarios y el recorte de la protección social, entiende la central. Eso sería perjudicial para los trabajadores, para los sectores más vulnerables y para el desarrollo en general del país.

Los técnicos del Pit-Cnt se aferran a que, superados factores coyunturales como la sequía, el país seguirá creciendo. "Está claro que vamos a crecer menos (...), pero esa realidad está muy lejos de un escenario recesivo. Por lo tanto, de acuerdo a los datos disponibles, el presupuesto y la política salarial deben discutirse sobre la base de una economía que se estima crecerá más de 6% en los próximos tres años", señala.

SABER MÁS

Comercios brasileños de frontera se benefician

La desvalorización del real favorece a los comercios brasileños ubicados cerca de la frontera con Uruguay que reciben compradores uruguayos. Ivo Fernández, propietario de Comercial Avenida en Aceguá (Brasil), dijo que el real bajará aun más y que la frontera seguirá siendo aun más atractiva para los uruguayos, especialmente para los productos de la canasta básica familiar. Ayer en Aceguá el real estaba a 7,80. "El kilo de azúcar cuesta $ 13, el litro de aceite comestible $ 21 y la pasta dental de 180 gramos $ 22", señaló Fernández.

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Creen que debería ser por solamente un mes por la situación regionalJUAN PABLO CORREA

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