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Lágrimas y furia en Rivera

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Violentos incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto

UN CRIMEN QUE CONMOVIÓ A LA SOCIEDAD

Un policía resultó herido y varias personas fueron detenidas en las afueras del juzgado.

Violentos incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Fotos: F. Ponzetto
Salida del juzgado: momento en que la Policía se lleva al confeso autor del crimen de la niña. Foto: F. Ponzetto
Violentos incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Violentos incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Violentos incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Violentos incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Violentos incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Violentos incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Incidentes fuera del Centro de Justicia de Rivera. Foto: Fernando Ponzetto.
Cientos de vecinos se agolparon a la casa velatoria para despedir a Valentina. Foto: F. Ponzetto
Entierro de Valentina Walter Ferreira. Foto: Pablo Melgar
Entierro de Valentina Walter Ferreira. Foto: Fernando Ponzetto
Entierro de Valentina Walter Ferreira. Foto: Fernando Ponzetto
Entierro de Valentina Walter Ferreira. Foto: Fernando Ponzetto

Una jornada que parecía no terminar nunca encrespó los ánimos de la ciudad de Rivera. Comenzó con desgarro y dolor en el cementerio donde la niña Valentina Walter Ferreira recibió sepultura, siguió en el juzgado donde se dictó la prisión preventiva de los dos autores confesos del asesinato, y culminó con una feroz batalla callejera entre la población indignada y la policía que intentaba evitar un linchamiento.

El Juez Gaspar Amorin, a solicitud de la fiscal Verónica Bujarín, dispuso el inicio del proceso judicial contra los dos individuos acusados de violar y dar muerte a la niña de 9 años, cuyo cadáver fue encontrado el pasado miércoles, tres días después de que la madre denunciara su desaparición.

El magistrado fijó la prisión preventiva por el término de 90 días para ambos, a la espera de que se realice el juicio oral.

La resolución judicial, que fue publicada en la página web de la Fiscalía omite los hombres de los dos encausados, ambos de 22 años y vecinos del barrio La Pedrera, en Rivera, donde residían la víctima y su madre, Tatiana Ferreira.

La fiscal Bujarín sostuvo al portal de la Fiscalía General de la Nación que la medida cautelar de los 90 días es a efectos de "seguir recolectando toda la prueba necesaria" para llegar al juicio oral, instancia en la que se dictará sentencia.

Sepelio.

Despedir a Valentina fue un acto de amor masivo. Cientos de vecinos se agolparon frente a la casa velatoria de Florencio Sánchez y Uruguay. Muchos de ellos pasaron horas junto a la familia y otros decidieron sumarse al cortejo más triste que ha visto Rivera en años.

El dolor traspasó generaciones. Por la entrada principal del Cementerio Central pasó un ataúd blanco cargado por los padres y familiares de la criatura. Se pudo ver coronas fúnebres de organizaciones sociales y la Intendencia, palmas enviadas por niños desde las escuelas de la ciudad y cientos de vecinos con pancartas exigiendo "justicia", y algo más. Algunos llevaban flores de distintos colores y globos blancos a los que estallaron luego de dar sepultura a la niña.

Incidentes entre Policía y manifestantes en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Furia de vecinos impidió la segunda reconstrucción del crimen

Una pancarta enorme con el rostro de la niña, que lucía la frase "Queremos justicia por Valentina", se volvió bandera. Al salir del cementerio, una señora mayor se dirigió a la multitud y en un portuñol característico invitó a dar una paseata por la ciudad. Todos entendieron el mensaje y se colocaron detrás de la pancarta. Lentamente, caminaron por las calles de la ciudad con rumbo al Centro de Justicia.

A la salida del cementerio, el padre de Valentina, Juan Carlos Walter, dijo a El País que "llegamos a este punto que nadie quería". Agregó: "Mi hija fue muy bien acompañada por amigos, familiares y mucha gente que está con nosotros. Está el Uruguay de luto con este hecho".

El padre no quiso plegarse a los llamados para manifestarse al mediodía ante el juzgado ubicado en el centro de Rivera.

"La Justicia dirá todo, no juzguemos a nadie, dejemos que la Justicia haga su trabajo", pidió.

Marcha.

Una abuela llevó a su hija y su nieta recién nacida a la marcha. Caminó con vigor todo el recorrido bajo un sol fuerte. "Ni conocíamos a Valentina, esto es por nuestros hijos y nietos", afirmó.

Al llegar al céntrico juzgado exigieron "Justicia" a los gritos. Los policías que se encontraban en el lugar comenzaron a desplegar el vallado que cubrió la cuadra entera y se mantendría así hasta el final de la tarde.

Finalmente, se trasladaron a la plaza principal, que queda a pocos metros del Centro de Justicia. Allí se escucharon cánticos en los que se exigía a las autoridades policiales "entregar al pueblo" a los dos sujetos detenidos. Como era de esperar, nadie con uniforme respondió y el tono de los manifestantes se fue elevando.

"A ver si se anima a salir del calabozo. No sale. ¡Asesino!", gritó Teresita.

"Conozco al padre y las tías, soy madre y no quiero que esto vuelva a pasar. ¿Qué mal puede hacer una niña de nueve años? Queremos justicia y que se cumpla", afirmó. Un hombre tomó la palabra y agradeció la labor de la Policía y la fiscal Verónica Bujarín, y llamó a cantar el Himno Nacional. Entre lágrimas se entonaron las estrofas patrias.

Teresita volvió a dirigirse al público y llamó a concentrarse ante el juzgado a la hora 12:30, cuando iba a celebrarse la audiencia con la presencia de los dos imputados. Recibió aplausos y el compromiso de los presentes.

La mayor parte de las personas que se movilizaron frente al Centro de Justicia se había integrado a la búsqueda de la menor tras su desaparición el pasado domingo 12 de noviembre, según dijeron los movilizados a El País.

Había vecinos, amigos o simples voluntarios que se sumaron al rastrillaje que venían desarrollando efectivos de la Policía, Bomberos y el Ejército con helicópteros, perros, caballos y drones.

El vallado policial del jueves había cubierto sólo el ingreso al juzgado. El del viernes se desplegó en toda la cuadra. Sobre la esquina que da a la plaza se colocaron cientos de manifestantes, la mayoría mujeres, que desde el mediodía y hasta las 17:45 no dejaron de gritar. Nadie se movió del lugar.

Se escucharon todo tipo de insultos contra los dos detenidos. Las frases, proferidas en castellano, portugués y portuñol, estaban cargadas de amenazas y reclamos. Advertían que los estaban esperando en la cárcel departamental de Cerro Carancho. "¡Ahí van a saber lo que es bueno, los van a destripar, cobardes!", se escuchó. La muchedumbre exigió la entrega de los detenidos al "pueblo" para "que se haga justicia".

Turbulencia.

La Policía dispuso que junto al vallado se colocara un cordón de efectivos para asegurar el lugar. Durante todo la tarde los uniformados también recibieron todo tipo de insultos y acusaciones. Cada poco rato algunas personas empujaban las rejas amarillas y se producían forcejeos con los efectivos.

Con el correr de las horas el público se fue incrementando y la proporción de varones aumentó. Efectivos de la Guardia Republicana, vestidos con equipo de choque y portando escudos, cachiporras y escopetas con balas de goma, se formaban detrás del vallado mientras en el interior del juzgado transcurría la audiencia con los detenidos, sus abogados y los representantes de la familia de la niña. La madre también estaba presente.

El ambiente se volvía cada vez más espeso. Llegó a un clima en que las provocaciones hacia la Policía eran constantes y se podía predecir una trifulca. "Tenga cuidado, detrás de las vallas hay alguien con una bolsa con piedras", advirtió un oficial de la Policía confirmando lo que ya se sabía. El volcán estaba en erupción.

Sobre las cinco de la tarde apareció un vehículo policial con ocho efectivos con pasamontañas que entraron al Juzgado. Llevaban grilletes y armas largas. La gente movilizada entendió el mensaje: se viene el traslado de los detenidos. Al mismo tiempo, se produjo un reforzamiento de la seguridad en todo el vallado y las fuerzas de choque se pusieron en posición. En eso salieron los abogados de la familia de la víctima, Fernando Araújo y Mariano Camacho. Anunciaron lo que todos esperaban: "Prisión preventiva por 90 días para ambos, confesaron los hechos".

Horror.

Araújo informó que uno de los sujetos admitió haber violado y matado a la niña y que el otro dijo haber estado durante el crimen pero no participó.

Por su parte, Camacho explicó que con las pruebas conseguidas se pudo establecer que la muerte se produjo el mismo día en que la niña desapareció, como consecuencia de "golpes, varios traumatismos craneanos en el lado derecho, todo eso en medio de la violación".

El defensor indicó que cuando la niña le dijo a los hombres que le contaría a su madre lo que estaban haciendo recibió los golpes que produjeron su deceso. Otro aspecto que se pudo probar es que ocultaron el cuerpo de la niña con más de 30 piedras.

Los abogados de la familia hicieron saber que se realizaría una segunda reconstrucción de los hechos para aclarar la participación de los detenidos.

Sin embargo, la fiscal y el jefe de Policía resolvieron suspender la medida debido a que "no había garantías".

Durante la declaración se escuchó un potente griterío.

A las 17:45 el volcán estalló. Los dos detenidos fueron sacados del juzgado uno tras otro, conducidos a cara descubierta hasta el móvil policíal que esperaba con la puerta lateral abierta. Al mismo tiempo, desde la turba se lanzó la primera piedra. Recorrió varios metros en el aire hasta caer sobre uno de los custodias. Enseguida cayó otra piedra que rompió uno de los vidrios del vehículo policial.

A toda velocidad, la camioneta se alejó con los presos rumbo a "una cárcel del sur del país", según dijo el jefe de Policía. Pero la turba airada tenía otros planes y la Policía también. Cayó la valla y las piedras volaron hacia los uniformados que se formaron para resistir la avalancha con los escudos.

Suena un disparo de escopeta y la gente se dispersa. Un uniformado cae herido por una pedrada, sus compañeros lo sacan en andas, evitando la lluvia de piedras. Grupos de policías se animan a entrar corriendo entre los manifestantes y detener a los más violentos. Se llevan a un joven con camiseta de Peñarol, luego a otro joven vestido de rojo. Detienen a una mujer, que se resiste. El agente y la detenida caen al suelo. Y la mujer, que había provocado durante toda la tarde, se toca el abdomen y grita: "No me pueden pegar, tengo cáncer y diabetes". Termina detenida. En pocos minutos se dan otros enfrentamientos en la plaza y frente a la Jefatura hasta que la muchedumbre se dispersa.

"Corresponde la tipificación de femicidio", dijo la fiscal.

La fiscal Verónica Bujarín respondió algunas preguntas de la prensa al término de la audiencia y aclaró que este caso la conmovió. Confirmó que existió abuso sexual contra la niña y que, a su juciio, "corresponde la tipificación de femicidio".

El magistrado Gaspar Amorin, según informa la página web de la Fiscalía, dispuso la formalización de los dos acusados, en calidad de autor y coautor, por "homicidio muy especialmente agravado", que prevé una pena máxima similar a la del femicidio de acuerdo con el reciente cambio en el Código Penal.

La fiscal explicó que "en esta etapa llegamos, a través de la investigación, a presumir la responsabilidad de los dos imputados, pero en particular de uno de ellos en calidad de autor de homicidio muy especialmente agravado", dijo.

Bujarín indicó que solicitó al juez que el juicio sea oral.

Agregó que pidió la prisión preventiva, como medida cautelar, "a los efectos de seguir investigando y recolectando pruebas, por el término de 90 días".

La fiscal destacó que "se trabajó muy bien" con la Policía y en pocas horas se logró formalizar un caso tan complejo.

"Confío que tenemos un caso muy sólido y que la Fiscalía logrará demostrarlo en el juicio oral a los efectos de obtener las condenas que correspondan", agregó la fiscal.

El cuerpo de una niña de 9 años que faltaba de su hogar en Rivera desde el domingo 12 fue encontrado el miércoles 15 sin vida en un monte cercano a su casa.

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