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Justicia le sacó su medicamento basándose en escrito de Muñiz

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Padres. Carlos y Elizabeth necesitan US$ 10.000 cada 15 días.

Nicolás Graña tiene 20 años y hace cuatro que pelea contra un cáncer cerebral. El año pasado los médicos le recetaron un medicamento (Bevacizumab) que parece darle buenos resultados.

En cada resonancia magnética que se le ha hecho desde que comenzó el tratamiento, se registró una "reducción tumoral". El MSP no suministra el fármaco, que implica un costo de 10.000 dólares por dosis —Nicolás recibe dos dosis por mes.

Sus padres recurrieron a la Justicia. En primera instancia se falló a favor de Nicolás y la cartera se vio obligada a comprarle el medicamento. Pero en segunda instancia la Justicia falló en su contra.

El escrito del Tribunal de Apelaciones cita la ordenanza firmada por la exministra Susana Muñiz; advierte que el Bevacizumab fue "expresamente excluido" y que "la decisión adoptada por el órgano encargado de la política de salud (...) no puede ser revisada por el Poder Judicial".

En menos de dos semanas Nicolás debe recibir su dosis del Bevacizumab. Este es el tiempo que tienen sus padres para conseguir 10.000 dólares. El tratamiento puede durar de un año a un año y medio; van apenas tres meses.

Bevacizumab está en la lista de medicamentos financiados por el Fondo Nacional de Recursos (FNR), ya que se encuentra incluido dentro del Formulario Terapéutico de Medicamentos (FTM). Lo que sucede es que solo se le suministra a pacientes con cáncer de colon. El MSP ha participado de una gran cantidad de juicios protagonizados por pacientes con cáncer cerebral, mama, pulmón y ovarios, a quienes sus médicos les recetan Bevacizumab.

Recorrido.

La odisea de Nicolás empezó en 2011. En abril le detectaron el tumor. En julio lo operaron en Buenos Aires. Esa intervención les costó a sus padres, Elizabeth Fernández y Carlos Graña, 26.000 dólares, una cantidad que no tenían.

"Si no fuera por mis compañeros de trabajo, familiares y amigos que nos ayudaron, no habríamos llegado hasta acá", dice Carlos, que es bancario; reconoce que tiene un "buen sueldo", pero solo suficiente como para pagar órdenes, tickets y demás gastos que implican el tratamiento de su hijo. Elizabeth, en tanto, desde que Nicolás enfermó, trabaja medio horario. Para ellos es imposible pagar 20.000 dólares por mes.

Luego de la operación en Buenos Aires, y de varias sesiones de radioterapia, Nicolás mejoró, pasó casi todo 2012 y parte de 2013 sin problemas. Pero a mediados de este último año se detectó que el tumor había crecido.

Les recomendaron ir a San Pablo. En el Hospital Sirio Libanés, conocido porque allí se trataron el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y su sucesora y actual mandataria Dilma Rousseff, consultaron un médico que le recetó a Nicolás el Bevacizumab.

La primera etapa del tratamiento se hizo en Brasil, cuando llegaron a Uruguay la resonancia magnética les daba, según señala Elizabeth, "la primera buena noticia en años": el tumor se había reducido.

Los síntomas de la enfermedad son la pérdida de memoria a corto plazo, dificultades en el habla y la paralización de la parte derecha de su cuerpo. Ellos se dan cuenta que, lenta pero constantemente, Nicolás va mejorando. Ahora dependen del dinero. Están confiados en que, sea como sea, lo van a conseguir.

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Los costos de la salud

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