Demanda civil por US$ 300.000; “nadie controla el armado de los paracaídas”, declaró un oficial.

En el marco de las cuatro muertes de militares ocurridas en cuatro días, el Ministerio de Defensa enfrenta dos demandas por el fallecimiento del paracaidista del Ejército, alférez Andrés Camacho Rostán (23), ocurrida el 23 de febrero de este año al no abrirse su paracaídas en Canelones. La demanda civil contra la cartera es por US$ 300.000 porque se trataba de una persona joven, según dijo a El País el abogado patrocinante, Víctor Della Valle. "La víctima tenía todo. Estamos pidiendo daño moral, daños y perjuicios y lucro cesante", agregó.

El entonces ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro (fallecido el pasado 5 de agosto) había manifestado su disposición a llegar a un acuerdo con los familiares de Camacho Rostán, recordó Della Valle.

En forma simultánea, los familiares del alférez fallecido presentaron una denuncia penal contra el Ministerio de Defensa y el Ejército en el Juzgado Penal de Canelones por entender que existió omisión e ineficiencia de efectivos castrenses en el armado del paracaídas. Un peritaje solicitado por el juez del caso concluyó que el paracaídas de Camacho Rostán estaba mal armado. Es decir que hubo ineficiencia, ya que el armado del paracaídas se realizó un mes antes del salto y en el ínterin no fue supervisado por ningún oficial.

En las audiencias, Della Valle preguntó a dos oficiales sobre la metodología en el armado de un paracaídas. Uno de ellos respondió: "Nadie controla a los soldados y los cabos durante el armado. Por ejemplo, en un avión hay 18 jefes que controlan partes mecánicas, instrumentales y electrónica, entre otras. Cuando arman al paracaídas no ocurre lo mismo".

En la mañana del 23 de febrero, Camacho Rostán pereció al no abrirse el paracaídas al saltar de un avión en el marco de una prueba realizada en Canelón Chico. El ejercicio era el primero de salto del curso básico en este período. Camacho Rostán integraba la Brigada General Manuel Oribe de Artillería.

TRAGEDIA AÉREA: LA INVESTIGACIÓN JUDICIAL