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Usaba una identidad falsa y se escondió 5 años; la Policía lo atrapó

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Camioneta de la policía durante un operativo en zona rural. Foto: Estefanía Leal
Camionetas de la Policia participando de operativo policial de noche en zona rural del departamento de Montevideo, ND 20210513, foto Estefania Leal - Archivo El Pais
Estefania Leal/Archivo El Pais

INVESTIGACIÓN

“Se trataba de un delincuente muy hábil”, indicó a El País una fuente que participó de la investigación que finalmente logró capturarlo.

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Con pasos silenciosos logró camuflarse en las sombras durante cinco años. La clave de su éxito para escabullirse de la Policía era la siguiente: una identidad falsa, tres casas para dormir y distintos autos alquilados para no disparar sospechas de cómo se movía. “Se trataba de un delincuente muy hábil”, indicó a El País una fuente que participó de la investigación que finalmente logró capturarlo.

La Policía tenía que ser más hábil que el delincuente y lo primero que supieron de él fue un apodo y un número de teléfono. “El Bolso”, como se hacía llamar el delincuente, comenzó a ser un objetivo de los investigadores luego de que, unos meses atrás, la Policía lograra desarticular a una banda organizada que se dedicaba a ofrecer una especie de delivery de droga en todos los barrios de Montevideo. Bajo el nombre de “Operación Cuervo”, la Policía había logrado hacer caer a la mayoría de esa red de distribución de droga a domicilio. Pero faltaba algo: identificar al hombre que abastecía de sustancias para que la boca funcionara y el servicio puerta a puerta llegara a todos sus destinos.

“Fénix”, como el ave que renacía de sus propias cenizas, fue el nombre del operativo para hacer caer a “El Bolso”, el delincuente del que solo conocían su apodo y que, supieron los investigadores después, había “renacido” en la identidad de un amigo. El apodo “El Bolso” había aparecido cuando los policías estaban investigando a la banda del delivery de droga y generó un operativo especial para poder atrapar al hombre detrás del apodo. Pero en ese entonces solo se conocía un sobrenombre, sin identidad.

El esfuerzo de los investigadores de la Brigada de Drogas de Montevideo dio sus frutos días atrás. Luego de varios meses de trabajo de inteligencia, la Policía pudo ponerle una cara y un nombre a ese apodo y en silencio, como se movía el propio delincuente, comenzaron a trabajar para hacerlo caer.

El nombre.

Lo primero que detectaron los investigadores sobre “El Bolso” fueron sus movimientos. Estudiaron detalladamente en dónde distribuía droga y a quién. Todavía costaba acceder a su nombre. Si bien ya sabían por dónde se movía, su identidad seguía siendo una incógnita.

Meses después de hacer caer la banda del delivery, la Policía dio con el nombre de “El Bolso” y resultó que aparecía como requerido desde hacía cinco años por la Jefatura de Policía de Montevideo. Era investigado por delitos vinculados al tráfico de armas. “Importantes armas”, agregó la fuente.

Con su nombre ya en la mira y habiendo detectado sus movimientos, la Policía finalmente fue por él. Fue el único que pudo escabullirse mucho tiempo ya que todos sus amigos estaban en prisión por delitos vinculados a la venta de droga.

Los investigadores pudieron probar la teoría de que esta persona se encargaba de abastecer con droga a las bocas o al sistema de distribución a domicilio.

La semana pasada se realizaron seis allanamientos y detuvieron a “El Bolso”. El delincuente camuflado con la identidad de un amigo se sorprendió al ver a la Policía. Producto del operativo que lo hizo caer, los investigadores incautaron 9 kilos de cocaína en estado puro y 3 kilos y medio de marihuana. Quien se había logrado escabullir durante cinco años usando una cédula ajena -cuyo dueño verdadero, en principio, no tiene responsabilidad- terminó condenado por la Justicia a cuatro años y cuatro meses de cárcel.

Tenía en droga más de 9 millones de pesos

Durante los allanamientos que se realizaron para capturar al delincuente, la Policía incautó varios kilos de cocaína y de marihuana. Esa droga, estiman los investigadores, tendría un precio en el mercado de US$ 70.000. Pero como también se incautaron elementos para estirar esa droga y potenciarla, el valor al pasar por ese proceso superaría los $ 9.000.000, aproximadamente unos US$ 200.000. El hombre, indicaron a El País fuentes del caso, “tenía un buen pasar económico”.

Para estirar la droga el delincuente usaba productos veterinarios. Además, tenía una máquina que se utiliza para aumentar el THC de la droga y, como consecuencia, provoca que el efecto sea más potente. Durante el operativo Fénix también se incautaron dos vehículos y $ 50.000.

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