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Seis policías asesinados en lo que va de 2020, ¿qué hizo la Justicia?

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Recuerdo: el 20 de noviembre el presidente Luis Lacalle Pou participó del acto de los policías caídos. Foto: Leonardo Mainé
Acto protocolar en conmemoracion del Dia del Policia Caido en Cumplimiento del Deber, en la Plaza del Policia ubicada en Av. Agraciada y Lucas Obes, Montevideo, ND 20201120, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

POLICÍAS CAÍDOS

En la mitad de los asesinatos de agentes sucedidos en 2020 hubo participación de menores de edad.

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Para robarles una moto o un arma, por haber intentado detener una rapiña, o solo porque sí, es que fueron asesinados seis policías en este 2020. Se trata de seis familias que quedaron destruidas a la espera de que la Justicia haga algo con los responsables.

1. Pablo García da Rosa tenía 37 años. En la madrugada del 5 de noviembre fue asesinado por un delincuente de nacionalidad brasileña en el departamento de Artigas. Eran cerca de las tres de la mañana y Da Rosa estaba patrullando en el barrio Rampla, cuando a través de la radio del móvil le avisaron que una persona armada estaba deambulando cerca de allí. Fue hasta al lugar y, al ver a un sospechoso, García Da Rosa decidió bajarse del auto. Le pidió que se identificara, pero el delincuente se negó y sin mediar palabra le apuntó a la cabeza y le disparó. El agente cayó y murió en el lugar. A una cuadra, otra patrulla logró detener al delincuente de 26 años.

El fiscal de Artigas, Hermes Antúnez, lo imputó, el 6 de noviembre, por un delito de homicidio muy especialmente agravado; pidió además su prisión preventiva por 200 días, como medida cautelar, a la espera de una acusación final. La Justicia hizo lugar. García Da Rosa era padre de un hijo de 14 años y se había desempeñado como policía en Montevideo.

2. Jorge Martínez hacía todos los días el mismo recorrido con su moto. Salía desde el barrio Vista Linda, donde vivía con sus dos hijos y su esposa, hasta la intersección de las rutas 1 y 5, donde está ubicada la base de la Zona Operacional IV de la Jefatura de Policía de Montevideo. Ahí trabajaba como investigador policial desde hacía aproximadamente 28 años.

El martes 4 de agosto, cuando se dirigía a trabajar, el policía de 50 años fue interceptado por delincuentes. Le dispararon, le robaron su moto y el arma reglamentaria. Martínez fue encontrado tirado en la ruta minutos más tarde por un móvil policial. Su asesinato generó gran conmoción por su larga trayectoria.

Cuatro días más tarde cayó el presunto autor del homicidio, de 16 años. El fiscal de adolescentes Ricardo Chiecchi lo imputó por un homicidio muy especialmente agravado. Se determinó que fuera internado en el Inisa hasta el dictado de su sentencia. Además, la fiscal de Homicidios Mirta Morales imputó a tres personas por encubrimiento.

3. El asesinato del cabo Robert Santana, ocurrido el 3 de abril en el Cerro, se encuentra en plena etapa de investigación. Santana, de 41 años, estaba junto a su pareja, también policía, cuando delincuentes intentaron asaltarlos. En el momento se produjo un intercambio de disparos que derivó en la muerte del agente. Tres personas se encuentran en prisión preventiva por el crimen, pero aún resta encontrar al autor material. Uno de los imputados era el conductor del auto donde iban los delincuentes. El caso es investigado por el fiscal de Homicidios Juan Gómez. Santana era padre de dos hijos.

4. Daniela da Silva, de 31 años y madre de una niña, se había recibido de auxiliar en enfermería. Según indicaron fuentes policiales a El País, había pedido el traslado para poder trabajar en el Hospital Policial ya que sentía “miedo” de poder ser atacada por delincuentes. Da Silva nunca llegó a lograr ese traspaso. El viernes 6 de marzo llegaba a su casa, ubicada en el barrio Nuevo Ellauri, luego de haber terminado su turno como custodia en una sede diplomática. Dos delincuentes que sabían que era policía la estaban esperando para robarle su arma en la esquina de avenida San Martín y Matilde Pacheco.

Luego de un forcejeo, uno de los delincuentes le disparó en el cuello.

Da Silva falleció un día después.

“Ella quería irse de donde trabajaba porque le parecía más seguro el Hospital Policial y su preocupación era seguir viva por la hija”, confió una fuente policial a El País.

La investigación del homicidio estuvo a cargo de la fiscal de Adolescentes, María de los Ángeles Camiño. Consultada por El País indicó que la Justicia, en primera instancia, falló a favor del pedido fiscal y condenó a los responsables a cinco años de internación en el Inisa (máxima pena antes de que entrara en vigencia la Ley de Urgente Consideración, que elevó el máximo a 10 años). Camiño agregó que las defensas apelaron y ahora el encargado de dejar firme la sentencia o hacer lugar al pedido de la defensa estará en manos de un Tribunal de Apelaciones.

5. Carlos Adrián de los Santos estaba parado frente a una pizzería en San Carlos. Hablaba por teléfono cuando desde adentro del local escuchó un disparó. El policía, de 42 años, que llevaba más de dos décadas unido a la institución policial, entró al local. Era 25 de enero. Al ingresar se produjo un intercambio de disparos con el delincuente. De los Santos recibió un tiro en el brazo. Vio que el rapiñero había caído al recibir un balazo, se acercó y ahí fue cuando el otro, desde el suelo, le disparó en el pecho. Ambos murieron luego de ser trasladados a un hospital. De Los Santos era padre de tres hijos. Uno de ellos, una niña, era la sobrina del delincuente que lo asesinó.

6. César David Texeira, de 29 años, había preparado su almuerzo. Lo colocó en un tupper, aprontó termo y mate, y guardó todo en su mochila. Era policía desde hacía cuatro meses y tenía un hijo de 5 años. Salió de su casa, en Santa Lucía (Canelones), el 15 de enero rumbo a su trabajo en Montevideo, donde se desempeñaba como agente eventual en la intendencia. Cuando conducía su moto por la ruta 5, a la altura de los accesos, dos sujetos también en moto lo vieron pasar y lo empezaron a perseguir. Al alcanzarlo y en movimiento le dispararon. Las balas atravesaron el casco. Texeira cayó, la moto se desplazó unos metros por la ruta. Los delincuentes se acercaron al agente, y le robaron su arma.

El fiscal Gómez se presentó a la escena y comenzó a investigar. Tuvo que dejarle la carpeta a un fiscal de adolescentes ya que, el autor del disparo tenía 17 años. Era integrante de una banda del barrio 19 de abril.

Fuentes judiciales indicaron a El País que el menor fue condenado a cinco años de internación en el Inisa. Quien iba en la otra moto, un mayor de edad, fue detenido e imputado por el fiscal Gómez. Actualmente se encuentra en prisión preventiva a la espera de que arranque el juicio oral y la Justicia dictamine su condena.

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