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Seis fiscales penales investigan a organizaciones que “clonan” autos

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Patrullero pasando frente a la Fiscalía General de la Nación. Foto: Fernando Ponzetto

JUSTICIA

Hace 20 días, los fiscales se reunieron para intercambiar información sobre los distintas modalidades de esta actividad ilícita a partir de la compra de restos de vehículos siniestrados.

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La maniobra se volvió sofisticada y masiva en los últimos diez años. Una organización delictiva compra autos siniestrados rematados por empresas aseguradoras o que se venden como chatarra a US$ 500 en las redes sociales.

En la mayoría de las ocasiones, el comprador adquiere los restos del vehículo, su documentación (libreta de propiedad) e inclusive las matrículas. Pero ese rodado tiene algo clave para las bandas que se dedican a comercializar autos “clonados” o “mellizos”: sobre los restos de siniestros no pesan denuncias de hurto o rapiña. Y si la suerte los ayuda, la o las bandas logran obtener un compromiso de compraventa con el dueño del auto chocado.

Tras adquirir los restos, el comprador extrae con una amoladora una parte del chasis donde se encuentra el número del mismo. Retira las matrículas y la libreta de propiedad del vehículo. También saca la bandeja del motor donde tiene el número.

Un segundo individuo sale a la calle a robar un auto de la misma marca, modelo y combustible que el vehículo siniestrado.

El tallerista es el tercer integrante de la organización que entra en escena. Al taller llegan los implementos del auto siniestrado: número de chasis, bandeja de motor y matrículas. Y luego estos son instalados en el auto robado. Posteriormente, ese vehículo es vendido en el mercado o en las redes.

Tras detectar que el fenómeno es de magnitud, seis fiscales penales se reunieron hace 20 días para coordinar acciones. En el intercambio, descubrieron que las organizaciones son varias, algunas de ellas tienen alcance nacional e inclusive ingresan a Uruguay autos robados en Brasil, los que son “clonados” en territorio local.

“Existe la modalidad de autos ‘clonados’”. Lo hemos conversado con otros fiscales. Ya no se trata de la simple receptación de comprar un auto robado. Ahora estamos en una etapa más sofisticada y más masiva”, explicó Sergio Palomeque, fiscal adjunto en la Fiscalía Penal de Montevideo de Flagrancia de 2º Turno. El titular es el fiscal Carlos Negro.

Encontraron un desarmadero de autos robados en Salinas. Foto: Ministerio del Interior
Foto: Ministerio del Interior (Archivo).

Tan sofisticada es que, en algunos expedientes, los peritos automotores debieron observar en varias oportunidades los números de padrón de los autos denunciados por sus últimos tenedores como “clonados” para detectar la maniobra.

Por su parte, el fiscal de Flagrancia, Diego Pérez, investiga a una organización de autos “mellizos” con ramificaciones en el interior del país.

“Estamos trabajando en ese tema. Tenemos a personas formalizadas (acusadas). Pero no puedo dar detalles de la investigación”, dijo Pérez a El País.

El fiscal recordó que, días atrás, Telenoche consignó que las rapiñas y hurtos de vehículos se habían incrementado en un 26% y que dicho aumento genera preocupación a las autoridades por la violencia que en estos se desarrolla.

Pérez sostuvo que los autos “clonados” es un fenómeno importante que debe ser encarado no a través de investigaciones individuales sino en forma coordinada entre varias fiscalías. Ese marco se denomina “investigación de contexto”.

Según el fiscal, la modalidad de los autos “mellizos” es muy vasta e involucra distintas actividades ilícitas y eventualmente organizaciones. “Lo otro que hemos visto es que no está muy claro el seguimiento de la venta de los restos de vehículos” por parte de aseguradoras, dijo el fiscal Pérez.

El País: Cuándo usted habla de distintas actividades ilícitas asociadas a los autos mellizos, ¿a qué se refiere?

Fiscal Pérez: Es un dato de la realidad que con esos autos se comenten delitos. Todos los días vemos que se utilizan vehículos para cometer ilícitos y luego aparecen incendiados. Este fenómeno tiene distintas aristas: por un lado los autos “clonados” o “mellizos”, que no es un fenómeno nuevo, pero tiene ahora un auge importante y que va de la mano con el aumento de rapiñas y hurtos. Y por otro la utilización desde el punto de vista logístico de esos vehículos que son usados en delitos (secuestros, tráfico de drogas, homicidios, etc.). Ese tema es incontrastable. Es importante visualizarlo y abordarlo con una investigación de contexto.

El País: ¿La organización que usted investiga tiene vinculaciones en el interior del país?

Fiscal Pérez: Sí. En la investigación que yo tengo no han surgidos datos concretos, pero en principio se maneja vinculaciones con el interior del país. Hay otros casos que se focalizan en distintos departamentos fronterizos. Hemos tenido casos de vehículos rapiñados o hurtados en Brasil que aparecen acá.

El País: ¿Estamos hablando de una megaorganización que vende autos clonados?

Fiscal Pérez: No sé si es una sola o varias organizaciones. Pero estamos hablando de un fenómeno criminal de dimensiones.

Autos brasileños y el ojo de los peritos

La fiscal de Flagrancia, Adriana Costa, investigó casos de autos robados en Brasil que eran traídos a través de la ciudad de Melo, Cerro Largo. “Parecía que los vehículos eran robados y comercializados por una organización. El expediente lo pasé al fiscal (especializado en Delitos Económicos, Ricardo) Lackner”, dijo Costa a El País.

El también fiscal de Flagrancia Fernando Romano señaló que tuvo casos de autos robados en Brasil que fueron adquiridos en Uruguay a través de las redes. “Los compradores desconocían su procedencia”, explicó.

Sergio Palomeque es fiscal adjunto de la Fiscalía de Flagrancia de 2° Turno.

“En nuestra fiscalía tuvimos unos diez casos de autos “clonados” en dos años. Son 16 las fiscalías de Flagrancia en Montevideo y la mayoría de ellas tienen expedientes relacionados con ese ilícito”, dijo Palomeque a El País.

Los casos de autos “clonados” llegan a las fiscalías a través del Departamento de Investigaciones y Análisis de Tráfico de Automotores (Diata) de la Dirección General de Lucha contra el Crimen Organizado e Interpol. En esta unidad se encuentran los peritos que inspeccionan autos robados o “mellizos”.

Según Palomeque, los peritos analizan los números de chasis y de motor y tratan de detectar si fueron adulterados o no. En ocasiones, dijo el fiscal, los delincuentes se olvidan de lijar uno de los dos números de padrón o no detectan que los autos más modernos tienen otra identificación en un vidrio. Y agregó que ello permite que los peritos determinen que el vehículo fue robado y luego “clonado”.

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