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Robó una camioneta, mató y dejó a una familia devastada

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Richard N. fue trasladado desde un barrio periférico a Tres Cruces para robar un vehículo. Foto: Gerardo Pérez

CRIMEN Y TRAGEDIA

Un ladrón de 23 años fue imputado ayer por cometer un homicidio, lesiones personales y lesiones graves por la muerte de una joven.

Le puede pasar a cualquiera. Salir de su casa, de un restaurante o de un supermercado. Cruzar la calle. De repente, un vehículo a gran velocidad lo arrolla provocándole heridas mortales. Eso fue lo que le sucedió a una joven mujer en la tarde del 30 de junio pasado. Otras dos personas resultaron con politraumatismos graves por el accidente de tránsito.

La camioneta Chevrolet modelo S-10 había sido robada minutos antes por Richard N. (23), en la esquina de Chaná y Acevedo Díaz. Posteriormente, la camioneta hurtada protagonizó un accidente de tránsito con otro vehículo en la intersección de las calles Ana Monterroso de Lavalleja y Cassinoni.

N. se dio a la fuga a “toda velocidad” por la calle Cassinoni, dijo ayer la fiscal especializada en Homicidios, Mirta Morales en el Juzgado Penal.

Al llegar a la esquina de Cassinoni y Francisco Canaro, Richard N. dobló y embistió a tres personas. Una de las víctimas quedó atrapada en las ruedas de la camioneta y fue arrastrada varios metros. La camioneta, a su vez, continuó en su huida por la calle Francisco Canaro, tomó Bulevar Artigas rumbo a 18 de Julio, dobló hacia la avenida Américo Ricaldoni y se perdió de vista por Avenida Italia, dijo Morales.

La camioneta robada fue abandonada en Estero Bellaco y Cornelio Cantera.

Las víctimas fueron derivadas a centros asistenciales. Una de ellas falleció en la Médica Uruguaya por los pluritraumatismos. Otras dos personas embestidas sufrieron lesiones graves.

El cómplice de N., que lo trasladó a la zona de Tres Cruces a robar un auto, fue capturado y se le inició un proceso penal como cómplice.

Al saberse buscado, Richard N., se presentó el jueves 9 en la Policía. En la audiencia de control de detención realizada el jueves 9, N. parecía una persona honesta. Si alguien lo ve en la calle, jamás apostaría que se trata de un ladrón o un homicida.

El imputado dijo a la jueza Blanca Rieiro, que hacía trabajos de mecánica pero aclaró que está desocupado. Dejó entrever que la mecánica no es un trabajo fijo. Tiene primaria completa y vive en un barrio de la periferia de Montevideo.

“Mató a una joven madre, dejó a dos niños y un esposo devastados. La madre era el principal sostén de la familia, porque su pareja enfrentaba problemas de cobro en la empresa donde trabaja”, dijo a El País uno de los abogados de la víctima, Daniel Burgos.

A prisión.

Durante la audiencia de ayer, la fiscal especializada en Homicidios, Mirta Morales, solicitó a Rieiro el inicio del proceso penal contra Richard N. por los delitos de hurto especialmente agravado, lesiones personales, lesiones graves y homicidio a título de dolo eventual.

Burgos y su socio Martín Etcheverry apoyaron el pedido de la Fiscalía. La defensora de Richard N., María Cristina Silva no rebatió los hechos reseñados por la Fiscalía.

Rieiro decretó la formalización de la investigación contra el imputado por los delitos solicitados por la Fiscalía. Posteriormente, Rieiro preguntó a Morales si iba a solicitar medidas cautelares de prisión para el detenido.

A criterio de la Fiscalía, existe la presunción de fuga por parte del acusado dada la “crudeza del hecho”, “la gravedad del delito” que se le imputa y una “posible pena elevada” a recaer en su contra al final del proceso penal.

Jueza Rieiro: ¿El acusado es reincidente, doctora?

Fiscal Morales: Es reincidente y reiterante. Pero no de un homicidio. Es un reincidente genérico (...) El señor se entregó voluntariamente. Quiso declarar en Fiscalía pero su estado emocional y el shock que lo afectaba no lo permitió. Él tiene interés en declarar. Creo que es su derecho y la Fiscalía va a recibir su testimonio. Pero hoy no era el día.

Acusado pidió para ser alojado en Durazno

Antes de que la jueza Blanca Rieiro decretara la prisión preventiva del imputado por 180 días, su abogada, María Cristina Silva, solicitó a la magistrada que su cliente fuera alojado en la cárcel de Durazno. Los argumentos de la penalista fueron que Richard N. tenía antecedentes por hurtos y receptación y tenía familiares allí. Rieiro, en su fallo, sugirió a las autoridades carcelarias que alojaran al imputado en esa establecimiento por razones personales y familiares.

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