TREINTA Y TRES

Un albañil de 46 años de edad fue condenado a 20 años de prisión por el delito de homicidio muy especialmente agravado en grado de tentativa. El hombre roció con nafta a su expareja de 23 años de edad y la prendió fuego.

Para el fiscal del caso, Sebastián Robles, el brutal ataque también implicó incendio e intento de femicidio. Los trágicos hechos ocurrieron el 4 de noviembre de 2018 cerca de las 8 de la mañana, a pocas cuadras del parque Dionisio Díaz de la ciudad de Treinta y Tres.

La víctima había concurrido junto a su madre y una amiga a un baile en la Sociedad Criolla de la localidad. Durante la noche el hombre increpó a su pareja por celos. Se produjo una fuerte discusión y la mujer resolvió irse a dormir a la casa de la amiga que la acompañaba.

El hombre fue hasta el lugar en tres oportunidades para exigir que la mujer se fuera a la casa que compartían desde hacía cuatro meses.

Finalmente, la víctima se trasladó hacia la vivienda con la intención de buscar sus objetos personales y terminar el vínculo sentimental.

La mujer estaba dentro de su dormitorio cuando ingresó el criminal con una botella con nafta. Esparció el líquido sobre la habitación en dirección a la mujer. Tomó un encendedor y comenzó el incendio.

Del relato de los hechos del fiscal Robles, surge que la mujer pretendió huir del lugar mientras avanzaban las llamas sobre su cuerpo.

Mientras corría, el hombre la interceptó en la cocina. A duras penas la mujer logró liberarse del atacante y llegar a un patio, donde se quitó el pantalón y la campera.

El violento individuo llevó a la víctima hacia la entrada de la vivienda donde la dejó y se retiró hacia el interior de la casa. Fue en ese momento que los vecinos cercanos saltaron por el muro circundante con la intención ayudar a sofocar el incendio. Fueron los primeros en prestar asistencia a la mujer y llamar a la Policía. Minutos después llegó la emergencia médica, que asistió a la víctima.

La mujer sufrió quemaduras en el 25% de la superficie corporal. Las lesiones alcanzaron sus piernas, rostro, mano izquierda y glúteos. Para el fiscal Robles no hay dudas que el hombre pretendió matar a su expareja, ya que “comenzó la ejecución del delito con actos externos y no logró consumar su intención por causas ajenas a su voluntad”.