De alta pureza

Justicia formalizó ayer a pareja detenida en la ruta de Tala.

El Mides y el INAU se harán cargo de los hijos de una pareja que fue detenida mientras transportaba 111 kilos de cocaína. Si el estupefaciente hubiese llegado al mercado uruguayo se habría vendido por un millón de dólares, pero si llegaba a Europa podría haber alcanzado fácilmente los tres millones.

La Fiscalía de Estupefacientes, a cargo de la fiscal Mónica Ferrero, desarrolló un operativo al que la Policía denominó “Quito”. Un paciente trabajo de escuchas realizado por personal de la Dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid) permitió detectar el ingreso al país desde Brasil de una pareja sospechosa. Ella venía en un automóvil y él en un camión.

El seguimiento comenzó en diciembre del año pasado y finalizó el pasado martes 12 de febrero. Durante ese período el hombre cambió cuatro veces de teléfono. La mujer iba adelante, oficiando de “puntero”, con la tarea de avisar al camión que viene atrás la presencia de la Policía u otro problema.

A la 06:50 del 12 de febrero los investigadores logran capturar una conversación que los llena de inquietud. Es una discusión de pareja. El hombre le recrimina a la mujer que no avisó que en una comisaría por la que pasó había un policía izando el pabellón.

La siguiente llamada es más precisa. Ocurre a la hora 11:52 y es cuando la mujer avisa que en la ruta hay “milicos” apostados pero que “no están parando a nadie”. Ese dato permite confirmar que iban rumbo a Montevideo por la Ruta 7. Cerca de la hora 12:30 policías de la Dgrtid detectan el vehículo de la mujer en Cerro Colorado, Florida. Enseguida llegó el camión y la pareja almorzó en un parador.

Mientras tanto, la Policía instaló un operativo en Tala, Canelones.

A la hora 13:40 los efectivos observan el coche conducido por la mujer. En eso se capta una llamada en que ella dice “date la vuelta” y se corta la comunicación. En ese momento la mujer es detenida.

Casi al mismo momento, otro equipo de policías detuvo al camión y al camionero. Cuando se vio rodeado, el hombre rompió su teléfono con el objetivo de “obstaculizar la individualización de la persona a quien iba a entregar el cargamento de droga”, según indicó la fiscal Ferrero en la formalización de la pareja.

Tras someter la droga al chequeo correspondiente se confirmó que era cocaína de gran calidad. Una vez en la Fiscalía, el hombre admitió que estaba realizando el transporte de droga para una persona a la que no identificó. La mujer negó saber la ilicitud de los actos realizados.