Publicidad

Jugador pierde reclamo ante Paco Casal

Compartir esta noticia
El exjugador de Bella Vista, Leonel Pilipauskas, dijo que el Grupo Casal lo asesoró mal en España; la Justicia no le dio la razón. Foto: Archivo El País

JUSTICIA

Pilipauskas integraba el “paquete de los 5 de Bella Vista”; exigió 3.000.000 euros por daños.

Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.

El futbolista Leonel Pilipauskas integró el “paquete de los 5 de Bella Vista”. El grupo se integraba, además, por Diego Alonso, Adrián Berbia, Alejandro Lembo y Guillermo Giacomazzi.

Pilipauskas fue vendido al Atlético de Madrid desde el Club Atlético Cerro y no desde Bella Vista, donde jugaba. En aquel momento se podía hacer ese tipo de pases, según consta en el contrato de rescisión presentado ante la Justicia Civil.

Como el resultado de adquirir los derechos económicos del jugador, el Grupo Casal negoció en el año 2000 un contrato de trabajo por cuatro temporadas con el club madrileño.

Pilipauskas jugó solo cuatro partidos en el Atlético de Madrid. En un hecho histórico, luego de 61 años de su fundación, el Atlético de Madrid descendió ese año a Segunda División. El club madrileño y el futbolista acordaron ese año la rescisión del contrato.

Pilipauskas volvió a Uruguay, se integró a Peñarol poco después y salió Campeón Uruguayo. Luego continuó su carrera en Argentina hasta que se retiró en el local Boston River.

El 28 de abril de 2016, el exfutbolista promovió una demanda cvil contra el empresario Francisco Casal y el representante de futbolistas, Daniel Delgado, reclamando daños y perjuicios por incumplimientos por un total de 3.028.175 euros.

Entendió que existió “un mal asesoramiento” del Grupo Casal durante la rescisión del contrato con el Atlético de Madrid. Es decir, Pilipauskas consideró que hubo “incumplimiento contractual” por responsabilidad profesional de los demandados: no informar verazmente, no actuar con la diligencia media de un buen padre de familia, haber sido “mal aconsejado”, “mal asesorado” y “promesas incumplidas”.

Francisco Casal. Foto: Marcelo Bonjour.
Francisco Casal. Foto: Marcelo Bonjour.

Todo eso lo llevó a que tan solo a un año de haber firmado contrato con el Atlético de Madrid rescindiera el contrato quedándose sin empleo, sin dinero y sin jugar durante seis meses, dijo en su demanda.

El Grupo Casal replicó señalando que Pilipauskas promovió un reclamo luego de 16 años de ocurridos los hechos y que no se lo puede responsabilizar por el éxito o fracaso de su carrera deportiva, lo que depende del jugador. Negó la existencia de un vínculo contractual con el futbolista y agregó que lo que existió fue como consecuencia de tener un interés común.

Y explicó que el negocio del grupo era obtener una diferencia entre lo pagado por los derechos económicos al Club Bella Vista y lo que obtendría por la transferencia al Atlético de Madrid. En definitiva, rechazó toda responsabilidad en la rescisión de Pilipauskas con el club madrileño: fue el jugador quien decidió rescindir ante una “pésima actuación” en el equipo europeo. “El entonces futbolista viajó pobre y volvió rico”, expresó el grupo.
La jueza civil de 7° Turno, Analía García Obregón, desestimó la demanda de Pilipauskas. El exdeportista apeló.

El 11 de febrero pasado, el Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 3° Turno confirmó el fallo de primera instancia y tampoco condenó al Grupo Casal al pago de daños y perjuicios al exfutbolista.

El fallo, redactado por la ministra Claudia Kelland y firmado por las ministras Mary Cristina Alonso y Loreley Opertti, señaló que el Grupo Casal “no incumplió” con ninguna obligación contractual.

Y advirtió que, tras analizar las pruebas, se comparte el análisis y la conclusión que llegó la jueza García Obregón de no hacer lugar a la demanda de Pilipauskas. “No se probó un actuar culposo, doloso, de mala fe (del Grupo Casal), lo que era de carga (de Pilipauskas) ante la naturaleza de la imputación”, agrega la sentencia.

Señaló que el exfutbolista no probó que el Atlético de Madrid no quería rescindir el contrato con él y que los únicos que sí deseaban dicho alejamiento eran Casal y Delgado.

El fallo sostiene: “La intención de rescindir por parte del club con las pruebas de autos (expediente) era muy factible y era muy probable que si (Pilipauskas) no aceptaba la rescisión y continuara en el club, no jugaría; el cuadro había descendido. Había un claro malestar con el futbolista”.

Exjugador no probó el daño

El 7 de julio de 2000, Leonel Pilipauskas rescindió su contrato con el Atlético de Madrid y regresó a Uruguay. Igual siguió vinculado al Grupo Casal por tres años más. Intentó “reciclarse” jugando en Peñarol. Luego recaló en Argentina durante 15 años. Cuando estaba en Uruguay, Pilipauskas recibía del Grupo Casal US$ 5.000 mensuales. El Grupo dijo en el Juzgado Civil que era para mantenerlo motivado. El exfutbolista declaró que ello ocurrió mientras no tenía cuadro. Sin embargo, en su demanda nada dijo de estas entregas de dinero, señala el fallo del Tribunal de Apelaciones en lo Civil de 3° Turno. “No se desconoce la dificultad de la carga de la prueba para el actor luego de haber pasado 16 años. Pero fue la inactividad durante ese prolongado lapso, lo que quizás perjudicó su derecho”, dice la sentencia. El Tribunal percibió la declaración de Pilipauskas como sincera en cuanto admitió su mal desempeño en España. Y dice: “Entonces, mucho de lo alegado en su demanda cae frente a su declaración”. Agrega que el jugador, luego de romper el contrato con el Atlético, viajó a España para resolver el cobro de dos pagarés que le entregaron por dicha rescisión.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad