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Juez usa georradar para buscar debajo de un piso a una joven desaparecida en 2017

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Madres cortaron Camino Maldonado en 2017 denunciando secuestros, entre ellos el de Alison. Foto: Fernando Ponzetto

INVESTIGACIÓN

La joven, hija de conocido murguista, desapareció en 2017. El martes, el juez Emilio Baccelli ordenó la detención de cuatro personas: el esposo de Alison, dos hijos de ese hombre y una vecina.

Alison Iribarne, la hija del conocido murguista Marcelo “Lolo” Iribarne, madre de seis hijos, desapareció el 22 de junio de 2017. Hasta hoy, nada se sabe de su paradero.

El martes 10, el juez de Pando, Emilio Baccelli, ordenó la detención de cuatro personas: el esposo de Alison, dos hijos de ese hombre y una vecina que vivía en una de las casas que Iribarne y su pareja alquilaban en el fondo de su vivienda.

Esa vecina fue procesada por falso testimonio por la antecesora de Baccelli, la jueza penal Isaura Tórtora. La mujer hacía tareas de limpieza en la casa de Alison Iribarne y la Policía sospecha que limpió la supuesta escena del crimen.

Lo que se sabe de la joven desaparecida es poco. A las 7:45 horas de ese 22 de junio de 2017 llamó a su madre desde su casa en Aeroparque para decirle que en un rato se encontrarían en la localidad de Casarino, Canelones. Allí reside la madre de Iribarne.

En esa llamada, Alison también dijo a su madre que salía hacia la parada del ómnibus. Pero nunca llegó a Casarino.

Facultad de Ingeniería.

La investigación judicial y policial tenía dos hipótesis sobre la eventual ubicación del cuerpo de Alison. Una de ellas apuntaba a que la joven fue enterrada bajo el piso de la cocina de la casa donde vivía con su pareja; la otra, que su cuerpo fue usado como alimento de chanchos como forma de hacerlo desaparecer.

Semanas atrás, Baccelli se contactó con la Facultad de Ingeniería para analizar la posibilidad de utilizar un georradar en la cocina de la casa de Alison. Ese equipo permitiría detectar la existencia de huesos debajo del piso de esa habitación.

En un principio, el costo de la utilización de ese equipo era de US$ 3.000. Ni el Poder Judicial ni la Fiscalía podían hacer frente a esa erogación.

Ante esa situación, Baccelli se comunicó con un ingeniero de la Facultad de Ingeniería y le informó de la importancia de utilizar el aparato para descartar o confirmar esa hipótesis de la investigación.

Facultad de Ingeniería del Uruguay. Foto: Archivo El Paí
Facultad de Ingeniería del Uruguay. Foto: Archivo El País

Un ingeniero de la facultad se compenetró con el caso. El miércoles 11, el georradar fue trasladado hacia la casa donde vivía Alison con su pareja y sus seis hijos.

Tras un rato de trabajo, el equipo no detectó rastros de huesos humanos debajo del piso de la cocina.

Respecto a la segunda hipótesis, una fuente de la Policía informó a El País que el esposo de Iribarne tiene un criadero de esos animales en un barrio cercano a Aeroparque, lo cual podría estar relacionado.

En el vecindario, según supieron el juez Baccelli y la Policía, se manejó que el cuerpo de Alison fue cremado por su esposo en el fondo del terreno. Tal extremo fue descartado porque se necesitaría un fuego de horas para poder cremar un cuerpo de una persona y ello sería percibido por los vecinos.

Pese a que el esposo es el principal sospechoso de la desaparición de Alison, el juez Baccelli y la Policía no tienen pruebas materiales para inculparlo. No hay rastros de sangre en la casa ni apareció el cuerpo de la joven.

No obstante, al juez Baccelli y a la Policía les consta que esa persona tiene un historial de violencia hacia Alison y anteriores parejas.

De todas formas, el sospechoso tuvo tiempo de sobra para desahacerse del cuerpo de Alison. Entre la pelea con su pareja y la confirmación de la desaparición de la joven pasaron varios días. En el juzgado penal de Pando, los hijos de Alison declararon que la pelea entre los dos adultos ocurrió en la madrugada del 22 de junio de 2017.

Esa mañana, el hombre se ausentó de la casa desde muy temprano. Regresó a las 11:00. Su versión ante el juez fue que había salido temprano a realizar unas changas.

En todas las instancias judiciales y policiales, el esposo de Alison negó cualquier vinculación con su desaparición y posible crimen.

La hipótesis de que Alison esté aún con vida no tiene asidero para los investigadores. En ningún momento la joven se comunicó con su familia.

Luminol.

En 2017, la jueza Tórtora y técnicos de Policía Científica hicieron una inspección en la casa de Alison. En esa ocasión, los técnicos de Policía Científica tiraron Luminol -sustancia que detecta sangre- en la cocina y en un dormitorio de la vivienda. Dio positivo.

El estudio concluyó que en ambas habitaciones se habían extendido manchas de sangre que fueron limpiadas posteriormente. Es decir, el Luminol confirmó que en el lugar hubo sangre, pero los productos de limpieza la habían degradado. Por eso un estudio posterior dio negativo. En 2017, la tecnología no podía separar la sangre de las sustancias químicas existentes en los productos de limpieza. Ahora sí.

Se aclara el 98% de las denuncias de ausentes.

El Departamento de Registro y Búsqueda de Personas Ausentes fue creado en 2014 y desde ese momento hasta la actualidad se logró aclarar el 98% de las denuncias realizadas, informó el Ministerio del Interior el 26 de mayo de este año. Este dato implica que en los últimos seis años se realizaron 20.397 denuncias y de estas se lograron resolver 20.010, indicó la cartera en su página web.

Por otra parte, durante los primeros cinco meses transcurridos en 2020 se realizaron 1.482 denuncias, de las que se lograron aclarar 1.379, lo que implica un 93% de resolución de los casos.

Las denuncias todavía no aclaradas “se continúan investigando en forma permanente, sin importar la data, hasta finalizar la investigación y lograr cerrarlo”, dijo a la sección de comunicación del ministerio Atilio Rodríguez, subdirector la Dirección de Lucha Contra el Crimen Organizado e Interpol.

Pasados 90 días de la denuncia, se llama a los familiares de primera línea de consanguinidad de las personas que están ausentes, como por ejemplo a los padres o a los hijos. El objetivo es que aporten su ADN de forma voluntaria para poder ingresar a la base de datos. En caso de que no se cuente con una muestra de ADN de la persona ausente, entonces se les pide a los familiares que lleven algún elemento personal del ausente.

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