Juicio
Justicia le imputó realizar retiros de dinero con claves que le proporcionaron extranjeros.
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Fue una concursante carismática y polémica de Masterchef en 2018. En pleno programa, dejaba traslucir cuando no le gustaba algún comentario del jurado sobre los alimentos que elaboraba. Y tampoco pasó inadvertida para los televidentes.
El martes 19, el fiscal especializado en Delitos Económicos, Enrique Rodríguez, la acusó de incurrir en una estafa por extraer dinero de cuentas bancarias ajenas y, además, es investigada por integrar una banda criminal peruana que se dedica a hackear instituciones financieras.
Una fuente del caso indicó a El País que la exconcursante realizó por lo menos tres retiros de cajeros automáticos utilizando una clave ajena. Los retiros fueron pequeños: rondaron los $ 15.000. Es posible que la organización intentara que las estafas pasaran inadvertidas.
No obstante, la Fiscalía entendió que las claves para acceder a esas transferencias fueron proporcionadas a la denunciada por personas del exterior.
La maniobra se realizaba previa obtención fraudulenta del número de cuenta y clave de los clientes, y mediante la operativa giro móvil, que consiste en habilitar una transferencia de dinero a un beneficiario digitándose para ello un número de documento y un número de celular.
Al momento en que se debita el dinero de la cuenta del cliente, se dispara un mensaje al celular ingresado en la transferencia con un código para hacer posible el cobro en un cajero automático.
Cuando la persona habilitada concurre al cajero, ingresa al menú de giro, digitando la cédula que se ingresó como beneficiaria y el código enviado al celular por el banco.
Pudo constatarse que la IP utilizada para las transferencias denunciadas no corresponde a Uruguay y se origina en Perú, según lo indicó el propio banco a la Fiscalía. No obstante, el cobro de los giros sí se realizó en cajeros en Uruguay.
El dinero sustraído, a su vez, fue entregado a una tercera persona, según la fuente.
El Departamento de Delitos Financieros de la Dirección General de Lucha contra el Crimen Organizado investiga a otro uruguayo que fue el que contactó a la uruguaya para que le diera su número de teléfono donde iba a recibir órdenes desde Perú para realizar retiros en cajeros automáticos de un banco de plaza.
En una audiencia realizada ayer, en el Juzgado Penal de 45° Turno, la acusada confesó el delito. Luego, su abogado defensor llegó a un acuerdo con el fiscal Rodríguez de realizar un juicio abreviado por el delito de estafa.
La jueza penal María Noel Odriozola, le tipificó a la mujer un delito continuado de estafa y le decretó una libertad vigilada de la Oficina de Seguimiento de Libertad Asistida (OSLA), porque carecía de antecedentes penales.
La Policía trabaja en una línea de investigación con investigadores peruanos, ya que el número identificatorio (IP) de las computadoras que realizan las transferencias se encuentran en Lima.
Trascendió que expertos de seguridad del banco aún no determinaron cómo se produjo el hackeo, que determinó que la organización tuviera los números de cuentas y las claves de los usuarios.
Pequeños montos.
No es la primera vez que esta organización andina opera en Uruguay. El 9 de noviembre de 2017, en el comienzo de la implementación del nuevo Código del Proceso Penal (CPP), el fiscal Rodríguez acusó a dos peruanos que realizaron por lo menos 50 retiros ilegales de dinero de cajeros automáticos.
Todos los retiros efectuados por los peruanos fueron por montos escasos: oscilaban entre $ 5.000 y US$ 175.
El 6 de noviembre de 2017, se presentó el representante legal de un banco de plaza en la Dirección General de Lucha contra el Crimen Organizado a denunciar una serie de quejas que habían sido presentadas por parte de clientes de distintas sucursales.
Las víctimas, según el denunciante, eran usuarios de una aplicación que proporcionaba la institución financiera a sus clientes. Los damnificados relataron al banco que les fue retirado dinero de sus cuentas bancarias en pesos y en dólares, señala la denuncia.
Posteriormente, los investigadores policiales observaron, a través de las cámaras de vigilancia del Ministerio del Interior, que la pareja de peruanos realizaba los retiros de los cajeros automáticos y luego se hospedaban en un hotel céntrico.
Tras una discreta vigilancia policial, fueron detenidos en el momento en que salían de una casa bancaria.
Los efectivos del Departamento de Delitos Financieros incautaron al hombre una mochila que contenía $ 280.000, un celular, un giro a Perú por US$ 3.000 y varios chips telefónicos. Y a la mujer se le encontraron en su cartera $ 60.000 y dos teléfonos celulares.
Con la autorización de un encargado del hotel, los policías inspeccionaron la habitación de los peruanos y encontraron $ 762.200 y US$ 1.000 y 10 chips de teléfonos.
Varios números de estos chips coincidían con los denunciados por el banco que habían sido utilizados en la maniobra. El banco estimó la estafa en US$ 40.000.